¡Bien! Legisladores retrasan revisión de Ley Pro-Aborto

antiaborto

AL  menos  un mes se retardará la iniciativa que da la espalda a nonatos y que en la tarde de hoy debió ser votada en la idea de legislar.

La Cámara de Diputados tenía en tabla revisar la propuesta de Gobierno para la despenalización de tres causales que permitirían practicar el aborto, pero el Gobierno accedió a la demanda de la Democracia Cristiana para que más instituciones hicieran sus planteamientos en torno a esta iniciativa que  ha dividido a la propia Nueva Mayoría. 

Ya nos hemos pronunciado en contra de este proyecto que reafirma en nuestro país la cultura por la muerte y la gran indefensión en que quedarán niños en formación.

Afirmo lo anterior porque accedí a un video de un  feto con 5 semanas de gestación. Lo impresionante es escuchar los latidos de su corazón, con fuerza, cuando apenas  su tamaño es de centímetros.

 Sobre esas críaturas se pretende legislar para oponerse a su vida.

Uno de los artículos elaborados hace algunos meses,  se refiere a cuatro ejemplos con distintos finales de  niños que  o fueron abortados o su madre resolvió insuflarle vida.

Y si pincha el video que insertamos hoy al costado derecho se encontrará con la historia que canta Andrea Bocelli, que es su propia historia. También puede ir a youtu.be/Asm.Ecni2UQ

Invitamos a  quienes no han leido estas hitorias  y a escuchar a Bocelli y su historia.

Un aborto nos hubiese privado de este gran cantante.

El artículo a su vez tiene  un preámbulo.

La película”Aurora” tuvo  fugaz paso por los cines, en La Serena sólo a propósito del Día del Cine. ¿Será que- en vísperas que se apruebe el Aborto Terapéutico- queremos cerrar los ojos ante lo brutal que representa la interrupción del embarazo? Y sus implicancias, porque despenalizar algunas causales pro aborto  proyecta y refuerza el escenario de violencia que estamos viendo en nuestra sociedad. ¿Qué más violento que atentar contra un ser indefenso?

“Aurora”, está basada en el caso real de  una bebé que  sufrió el peor  de los maltratos de  parte de sus progenitores: la muerte, al ser lanzada, cual vil deshecho, a un vertedero. Y cómo este ser que no pudo defenderse logró despertar el cariño de quien  se convirtió en su madre póstuma: hermosa historia después de todo, a pesar del triste final de la criatura, y afortunadamente de la vida real, porque da cuenta de personas que  sí tienen sensibilidad frente a la vida y a la dignidad que significa el ser acompañado hasta en el último suspiro.

Ello no resta que el tema fílmico tiene su génesis cruel, en un desafortunado suceso que  en nuestro país ¿cuántas veces se  ha  repetido? miles y  da cuenta de una sociedad despiadada, de parejas que nunca debieran engendrar y al menos tener la responsabilidad de evitarlo  para no tener que otorgar trato de  desperdicio a  quienes no pidieron ser concebidos en esas condiciones.

“Aurora” nos inspiró el siguiente artículo que difundimos por Semanario “Tiempo” y que se  refiere a cuatro relatos, ejemplos, de cómo otorgar dignidad y afecto a los seres más indefensos: los nonatos, los mismos a  quienes luego a través de un proyecto de ley se les negará legalmente la oportunidad de nacer, ya sea porque el mundo está violento, porque seguramente debe significar mucho esfuerzo educar a las nuevas generaciones en  responsabilidad sexual y parental o porque estamos  buscando seres “perfectos”

¿Quién lo es? nadie, mucho menos aquellos que se ampararán en la ley para “deshacerse” de un hijo indeseado. 

Le invito ahora a leer mi artículo

Aurora y el Aborto “Terapéutico”

 

 

 

En estos días  circulan 4 historias que  resultaría interesante tener presente en el debate sobre despenalización del aborto ya ingresado a la Comisión de Salud del Parlamento.

Todas son reales, dramáticas y hablan de amor, desafecto y violencia. También del desamparo que produce el desafecto y la violencia.

La primera es la de  Aurora, que no es  el sólo título de una película chilena hoy en exhibición: es el caso real de  una recién nacida que una mano muy cruel lanzó a un vertedero de basura.

Pero Aurora tuvo un segundo nacimiento, que le brindó el regazo cálido de Bernarda Gallardo, quien se impuso otorgarle una sepultura digna para revertir su aciago destino.

Eso, en breve, es la brutal pero también hermosa historia de Aurora, como le bautizó esta socióloga que remeció instituciones inamovibles para brindarle amor y dignidad en su triste final.

También la experiencia de la propia Bernarda es asombrosa. Violentada a los 16 años, producto de ese  bárbaro abuso, nació su única hija.

Sufrió un parto traumático y quedó infértil. Al formar familia, adoptó 2 niños, y además de Aurora, ha realizado el rescate  póstumo de otros 3 recién nacidos también recogidos en vertederos. A todos los ha adoptado por lo que afirma tener 7 hijos.

La tercera  historia  es de una niña de  13 años quien la semana pasada dio a luz un hijo, gestado por un abusador.

La criatura falleció por su inviabilidad para sobrevivir. Su cruel experiencia de abuso ha sido ahora levantada para sustentar la urgencia de legislar y aprobar el aborto “terapéutico” que según estos cultores de la muerte hubiese “salvado” a esta niña del trauma vivido.

¿Y qué tiene de  terapéutico un aborto, si lo  terapéutico es  lo curativo, la sanación? ¿De qué la hubiese “sanado” el aborto? ¿de la violación, si eso es marca indeleble? ¿Alguien le ha preguntado si siente que cumplió con su hijo hasta que expiró? ¿No irá por esa ruta lo verdaderamente terapéutico?

Ya nadie recuerda una cuarta historia: el caso de Belén, de sólo 11 años, violentada por su padrastro, quien decidió en 2013  tener  a su hijo, a pesar del trauma. Este caso se olvida porque no sirve a los cultores de la muerte.

Bernarda demostró que su experiencia de abuso- la misma que  hoy pretenden levantar como pretexto para interrumpir la vida- no anuló su capacidad para brindar amor a  los más indefensos de la sociedad: los niños que están por nacer.

Algunos argumentarán que si existiese  despenalización, los 4 niños  rescatados por Ber narda gallardo no habrían  terminado en un vertedero. ¿Y dónde terminan los “productos” de un aborto?

Aurora, Bernarda, Belén y la reciente niña-madre, dejan en entredicho este funesto proyecto que va contra la vida. A futuras madres en similares circunstancias se pretende dotar de soporte legal para que atenten contra sus hijos. Y eso es  tan  brutal como el trauma de la violación. Reflexionemos.

 

 

 

 

Susana Pozo Pizarro, es Periodista (UCh), Magíster en Información Económica. A nivel profesional ejerció en formatos de Televisión, Radio, Periódico y Revista. También se desempeñó en Comunicación Corporativa y culminó su carrera como Editora y Columnista del sector de Economía en Diario “El Mercurio” de Valparaíso. A nivel académico ocupó cargos en la Universidad de La Serena como académica, Directora de la Escuela de Periodismo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas. En 2008 recibe el Premio “Elena Caffarena” que otorga el Gobierno para reconocer a mujeres destacadas en su ámbito profesional. Hoy es columnista del Semanario “Tiempo” de La Serena y maneja este sitio para analizar la actualidad así como otros temas de interés. Nos estamos acercando a 1.800 seguidores en twitter y un número significativo que nos siguen a través del contacto directo y de correos. Nuestro interés es otorgar análisis independiente y acogemos comentarios que pueden observar enfoques distintos y opuestos al nuestro.

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