Nuestros Mártires de la Tercera Edad
Uno de nuestros temas “estrellas” llegó por fin a primera plana: las deterioradas jubilaciones de los chilenos.
Dicen que estalló a propósito del llamado jubilazo de la periodista Myriam Olate, esposa del presidente del Senado, Osvaldo Andrade.
No lo creo: el nido estaba preparado hace bastante tiempo, con nuestros sufridos viejos enfrentando pensiones miserables.
Porque me parece mezquino que protestemos por una pensión por sobre los ingresos que la generaron y no nos inquieten las miles que son miserables.
Los únicos reparos que tengo con la pensión Olate son que está elaborada a partir de dineros estatales, calculada de manera mañosa e irregular, usando sus influencias de elevado nivel y desde un Gobierno que dice aspira a aplicar la igualdad.
Pero nuestra preocupación ética debe estar con los actuales “jubilados”, que no tiene razones para expresar júbilo.
Son nuestros contemporáneos mártires: fueron cazados como mariposas y detrás de ellos todas las generaciones que les seguimos por una dictadura que nos clasificó como fríos números que les haríamos la pega en levantar un sistema económico de beneficios para unos pocos.
Y de otros, como las Fuerzas Armadas, que siendo quienes aprobaron el sistema, se sustrajeron de este laboratorio de ensayo en que ¿digamoslo descarnadamente? fuimos ratas con las cuales se probó esta estructura fallida y despiadada.
Las Administradoras de Fondos Previsionales han ratificado nuestra gran desigualdad, con la figura de Olate como emblema de eso.
Y también del abuso de políticos que cacarean la socialización, la igualdad mientras no les toque el bolsillo de ellos y en tanto, por el contrario, puedan profitar y estrujar el Estado, con el dinero que aportamos principalmente los pobres y la clase media.
Seguiremos revisando este estallido social:
La siguiente es la primera columna que escribí para el Semanario “Tiempo” tras el estallido social que en realidad integra ya varios artículos sobre el tema.
También elaboraré para esta página un segundo artículo y en la siguiente columna del semanario volveremos sobre la materia.
Les invito ahora a internarse por mi denominada “Fábrica de Pobres”.
La Fábrica de Pobres
En Semanario “Tiempo” – 12 del 08 de 2016
Tuvo que salir el ciudadano a la calle a mostrar su rabia por el sistema previsional para que los políticos se dignaran a salir de su burbuja y concluyeran que “al parecer” hay “cierto grado” de molestia generalizado con respecto a las pensiones de hambre que están recibiendo los trabajadores, cuyos ahorros han capitalizado a grandes consorcios.
Porque esa es la realidad descarnada: los trabajadores aportamos parte de nuestro salario a los hoy 6 “chanchitos” alcancías (AFPs) que han incumplido la tarea de protegernos de la volatilidad de los mercados y desarrollar con mayor prolijidad su trabajo. Porque aun si el cotizante retrocede en capital, ellos ganan siempre. Ni se mueven del escritorio para cobrar comisiones que se aplican aun con pérdidas.
Al inicio del sistema se prometía una “jubilación” equivalente al 70% de ingreso en actividad.
Ese debió ser el compromiso ético que debieron cautelar tanto las Administradoras- AFPs- pero en especial los sucesivos Gobiernos, desde 1989 hacia adelante, aun cuando el sistema se instauró- por la fuerza impositiva de una dictadura- a contar de 1981.
Porque no demandemos que un Gobierno de facto, nos cautele de esta suerte de trampa inexorable que nos impusieron. El ideólogo del sistema, el enigmático, ausente e impenetrable José Piñera, iba tras otra finalidad: que los trabajadores pusiésemos el hombro para capitalizar el país y validar así la dictadura. Y que unos pocos- incluido él- se enriquecieran y los muchos trabajadores se empobrecieran.
Se cumplió su objetivo: hoy estamos cautivos en lo que en reiterados artículos he denominado la “fábrica de pobres”. No me gusta el apelativo, me parece vulgar, pero la realidad es más dramática y vulgar: somos una manada de prisioneros de un sistema que nos envía a la miseria, la estrechez, la carencia y nos despoja de una merecida dignidad.
¿Por qué hoy el Gobierno viene recién a preocuparse por el drama previsional?
Dos factores. Primero sinceremos que Gobiernos y políticos carecen de sensibilidad frente al tema: no vivirán de una pensión: se han enriquecido ocupando puestos con salarios muy desiguales a los de un trabajador.
Segundo, hoy les preocupa porque la multitud que ocupó las calles de todo el país representa simplemente votos, entonces habrá que simpatizar con el elector, al igual que se hizo con una promesa que se sabía utópica: la gratuidad universal.
En previsión nos quisieron poner un “dulce”: la AFP estatal, una nueva falacia para seguir considerando bobo al ciudadano.
Ojo con lo que nos ofrecerán: hay mucha tontera hoy circulando para resolver este zapato chino de esta lamentable fábrica de pobres.
La Presidenta ya hizo anuncios, los examinaremos desde esta columna y en agendalternativa.cl, así como todas las fantasías de ingeniosos ansiosos ahora por resolver nuestro ineludible voto de pobreza franciscana en la mal denominada edad “dorada”.
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