¿Seremos una “Transnacional”? Locuras de una elección hecha a ciegas
Fue un golpe al mentón para la gran mayoría de los chilenos el zarpazo que hizo la subcomisión de Reglamento de la Convención al eliminar el término “República de Chile” en el enunciado de su texto.
Si han pretendido congraciarse con los pueblos originarios, tal objetivo no se cumple con borrar los más de 200 años de nuestra historia propia en la que estamos involucrados pueblos de todos los orígenes: amerindios, pero también aquellos nacidos del encuentro de ese mundo originario y de aquellos que llegaron en afán de conquista.
La mezcla y la travesía emprendidas en estas centurias- con todas sus vicisitudes de triunfos, tragedias, fracasos, encuentros y desencuentros- dentro de los límites territoriales y con los ciudadanos que sienten que su Patria es Chile abarca esa nación que con mucho orgullo se llama “la República de Chile”, aquella que es reconocida como un núcleo de individuos que se identifica a si mismos en un Estado y aquella que se reconoce internacionalmente y donde tienen cabida dos conceptos “República” y “Chile”.
Todos conocemos bien esos conceptos, no requerirían mayores explicaciones y hasta en el colegio nos enseñaron que la otra opción es la “Monarquía”.
Claramente no lo somos y por tanto no resulta baladí que el trabajo de la citada Comisión, mayoritariamente haya ocupado el codo para eliminar a la República de Chile, que por ahora no inquieta lo suficiente pues son acuerdos que deben subir a plenarios.
¿Y si pasa?
Ahhh….como están las cosas, las intenciones demostradas, las afirmaciones vertidas, las desorientaciones que se observan, hacen legítimas las aprensiones de que todo puede suceder.
Y lo concreto es que el “encargo” que tienen los Convencionales es que nos PROPONGAN una Constitución para todos los chilenos, ese es nuestro gentilicio, que por cierto no excluye aquellos que les respetamos, reconocemos y valoramos como son los pueblos originarios, así como el valioso activo patrimonial de mantener sus usos, costumbres, y creencias hasta hoy y a futuro.
De lo contrario, una gran mayoría de chilenos está en el limbo, aun incluyendo aquellos que proviniendo de esa misma sangre amerindia, nos mezclamos y fuimos constituyendo este ente histórico llamado “chileno (a)”.
Preocupa que en la Convención surjan estas tesis excluyentes, aunque no nos debiera extrañar si votamos por convencionales de quienes ignorábamos ¡qué estaba en su mente! ¡qué van a redactar! Y ¡qué pretenden!
Por eso, en la columna que les invito a revisar publicada esta semana analizo este tema, el del borrón y cuenta nueva de la República de Chile y que lo más loco que nos ha sucedido en el ejercicio de la Democracia ha sido ir a las urnas a ciegas para encomendar la elaboración del texto que regirá nuestra vida democrática en los próximos años.
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Si serán….. diría Cicerón
Semanario “Tiempo” 20/08/21
Si serán y Cicerón no es juego de palabras. Ni equidad de género: la siserán y el Cicerón. Pero seguro que Marco Tulio Cicerón quedaría atónito al escuchar las sinrazones que tuvo la subcomisión de Reglamento de la Constitucional para suprimir el término “República de Chile”
Cicerón es el filósofo, político y jurista que inspirado en Platón, Sócrates y otros pensadores redactó un Tratado de 6 textos para explicar la “República”.
Es decir, la Res (cosa) Pública (del pueblo), ese pueblo que ha sido tan mañoseado en la retórica política a través de la historia.
Con grandiosas excepciones, como “Del Pueblo, por el Pueblo, para el Pueblo” frase pronunciada por Abraham Lincoln, quien pagó con su vida el abolir la esclavitud, la forma más alevosa de la desigualdad. Algo parecido dijeron los jacobinos al inicio de la Revolución Francesa.
Recordemos que entre los constitucionales además de quienes pretenden borrar a la República y a Chile, hay una fracción que se denomina “Lista del Pueblo”, con varios intentos de pasar la aplanadora a sus pares elegidos de manera tan democrática como ellos.
Lejos de bien inspirados como Lincoln, muchos- digámosle en buen chileno- hacen gárgara retórica en nombre del pueblo, y una prueba de ello es toda la verborrea de muchos constituyentes que en nombre del pueblo van en direcciones que este pueblo que les eligió nunca lo tuvieron en mente.
El borrón y cuenta nueva de “República de Chile” es un gran ejemplo. Una gran mayoría de quienes concurrieron esperanzadamente a las urnas a elegir sus constitucionales, no lo harían si hubiesen visionado decisiones, comportamientos e intentonas hoy de conducir su trabajo de una forma equivocadamente doctrinaria.
Porque lo más irreflexivo que sucedió es que este proyecto- insisto-gestado en un trasnoche, cuando no se adoptan las mejores decisiones, nos llevó a elegir constitucionales que no teníamos idea qué escribirían.
Nunca en nuestra Democracia hubo una elección más a ciegas, sin propuestas, ignorando las intenciones de quienes fueron electos, y de los cuales sólo fuimos informados de agrupaciones con nombres tan de marketing como Lista del Pueblo o de personajes sacados de algún cuento virtual.
Y si esta idea loca de borrar la República y a Chile escala a nivel de propuesta formal ¿qué pasaría con esta “Res Pública” llamada Chile?
Desapareceríamos como país, muy conveniente para los inmigrantes que no requerirían de mayores trámites para ser ciudadanos de esta “transnacional”
Porque, según lo visto, todo puede suceder.
Pero como la esperanza es lo último que se pierde, confiemos en que prevalecerá la voz de quienes no persiguen Poder Político ni oportunismo cortoplacista y logremos un borrador de Constitución sin letra chica, ni sesgo excluyente para esta “República de Chile” donde vive una aplastante mayoría que desea estabilidad, gobernabilidad en un país que guste o disguste goza de prestigio internacional.
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