Realismo de la Gira Papal

francisco3¿Cuánto debiera preocuparnos que la gira papal en Chile sea calificada como la peor de su pontificado que ya cumple un quinquenio?

Absolutamente nada, ese es un tema de reflexión para la curia criolla, para el Vaticano y por último nos asisten profundas dudas que el calificativo en rigor sea “la peor”. Diríamos más bien que fue la más sincera, la más realista, de las circunstancias que vive la Iglesia  Católica a nivel mundial y en el país donde el diálogo fluyó por sobre el protocolo, la diplomacia y las anécdotas, ya que no  sólo hubo mensaje papal, también los chilenos, y particularmente sus fieles, a través de diversas manifestaciones expresaron su malestar con una institucionalidad que por siglo ejerció supremacía en el comportamiento de sus creyentes quienes extendieron el acto de fe religiosa hacia una autoridad terrenal que ha desencantado.

Una eficiente comunicación es entre dos o más que hablan sobre un tema común. Y los chilenos le hablaron al Papa, más allá  de la efervescencia que pudo provocar su figura, sobre los asuntos pendientes, del cual requerían explicaciones en el discurso del Jefe Supremo quien apeló a una retórica decepcionante.

La Comunicación también tiene forma de abstención, de omisión, de negación. Y en este peregrinar del Pontífice, eso se dio. Si eso en las noticias internacionales se califica como “la peor” de las giras realizadas, no es tema de fallas organizacionales, sino cosecha para una jerarquía cuyo comportamiento en materia de los abusos revelados no es consonante con lo que  predica y demanda de sus devotos.

Es de esperar que no afloren aquellos pensadores  porfiados que el mal calificativo internacional de la gira (creemos que es un juicio apresurado, en caliente, y que se modificará en el balance final)  lo atribuyan al  hedonismo, al materialismo y al consumismo.

El distanciamiento con la Iglesia confluye simplemente de observar y constatar que es una congregación que no acoge al que sufre- como siempre lo ha proclamado- como consecuencia de sus propios errores.

En su mensaje navideño de hace 3 años, Francisco fustigó a la curia romana sobre la cual- dijo- padecía de enfermedades “graves”, entre las cuales citó rivalidad, chismes, “Alzheimer espiritual”, esquizofrenia existencial e incluso falta de humor.

Nada nuevo, ni más ni menos, aquello que quienes hemos pertenecido a instituciones públicas o privadas lo vemos  reflejado hasta en el día a día y por cierto en decisiones  gravitantes en su quehacer.

La Iglesia  tiene más mea culpas que aquellos someramente mencionados por el Papa en la Navidad de 2014 y los que soslayadamente planteó en esta gira por el país, cuando fustigó a sus subordinados a cumplir su rol de pastores. Ha sumado uno más  en su trayectoria histórica.

Porque recordemos que la iglesia Católica se ha alzado en su Historia como una institución que hasta se ha permitido proclamar al Sumo Pontífice como una criatura infalible, calificativo que es desde ya ese   una  posición de soberbia. Pero los acontecimientos históricos contienen hechos vergonzosos, aberrantes, protagonizados por quienes han asumido esta jerarquía. Mencionemos sólo los más citados: su indiferencia ante el Holocausto; la Santa Inquisición y tantos otros para llegar ahora a estos casos de pedofilia, en que vemos  avasallados 3 de los 7 pecados capitales que el mismo Cristianismo proclama: Soberbia, Lujuria y Pereza, este último el más amable para decir que la Iglesia Católica ha dejado de hacer, se ha abstraído de cumplir con el deber de castigar a aquellos abusadores, le ha continuado permitiendo usar sotana, practicar los ritos y hasta los ha nombrado en cargos jerárquicos.

Esto último atravesó toda la gira pontificia en Chile, a propósito de la presencia del Obispo de Osorno,  Juan Barros, sobre el cual, el Papa se permitió justificarlo como una caso de “calumnia”.

¿Con qué elementos de juicio cuenta Francisco para llegar a tal convicción?. Es un misterio, sólo que una gran mayoría entiende que frente a casos graves de acusación, y particularmente donde están involucrados abusos a menores, lo más juicioso es la exigencia de una rigurosa indagación y la inhibición de llevar al indagado a un cargo jerárquico.

Imposible no hacer el paralelo en el nombramiento de la ex ministra de Justicia Javiera Blanco por la  Presidenta Bachelet en una designación destinada a premiar a profesionales altamente calificados y libre de sospecha en culpas y errores cometidos.

En el símil, ambas decisiones guardan muchas coincidencias, al relacionarse con la Justicia, con los  niños y por el halo de soberbia demostrada tanto por la Presidenta como el Papa para persistir en nombramientos que generan sospecha, recelo, desconfianza.

En ambas designaciones es posible identificarlas como decisiones imprudentes y desafiantes para sus públicos (ciudadanos y fieles respectivamente).

Francisco tuvo en Chile no más de lo que se merecía: el boato discreto de una Institución cuestionada, pero que aún guarda la bondad y el seguimiento de fieles que le conceden credibilidad a su palabra.

Tras su discursos hubo además omisiones importantes como el Derecho a la Vida, sobre el cual no profundizó y eso continúa reafirmando nuestra percepción que las grandes omisiones han sido los niños, una falta importante de una institucionalidad, cuyas  enseñanzas están pletóricas en la vida de un  niño al que proclama como Hijo de Dios.

Insistimos entonces en lo señalado en nuestro primer artículo sobre esta visita: Francisco no es un hombre que se perfile como un Papa para nuestros Tiempos.

Por último, nos permitimos recomendar como artículo sobre el mismo tema el escrito para el Diario “El Mercurio” por Cristian Warnken titulado “Al Pie de la Letra”, edición 18 de enero.

Susana Pozo Pizarro, es Periodista (UCh), Magíster en Información Económica. A nivel profesional ejerció en formatos de Televisión, Radio, Periódico y Revista. También se desempeñó en Comunicación Corporativa y culminó su carrera como Editora y Columnista del sector de Economía en Diario “El Mercurio” de Valparaíso. A nivel académico ocupó cargos en la Universidad de La Serena como académica, Directora de la Escuela de Periodismo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas. En 2008 recibe el Premio “Elena Caffarena” que otorga el Gobierno para reconocer a mujeres destacadas en su ámbito profesional. Hoy es columnista del Semanario “Tiempo” de La Serena y maneja este sitio para analizar la actualidad así como otros temas de interés. Nos estamos acercando a 1.800 seguidores en twitter y un número significativo que nos siguen a través del contacto directo y de correos. Nuestro interés es otorgar análisis independiente y acogemos comentarios que pueden observar enfoques distintos y opuestos al nuestro.

Susana Pozo – who has written posts on Agenda Alternativa.


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