Los Nuevos Pobres

pobresHace un año, impactaba en el mundo la renuncia de Benedicto XVI, como Jefe Supremo de la Iglesia Católica.

¿Qué será de él? ¿A qué dedicará su tiempo libre? No lo sabemos y la única certeza es que disfruta de un retiro “dorado” propio de la Iglesia Católica y sus grandes jerarcas, contradiciendo la humildad que proclaman vivió Jesucristo.

Pero al igual que hace un año reflexionábamos en el contraste de ese exilio “dorado” con el que viviremos la mayoría de los chilenos- posiblementes también muchos de quienes somos originarios de este continente- y que ni siquiera será de “plata”, sino de muy precarias pensiones.

Recordemos esta columna publicada en el mes de febrero del año pasado en el Semanario “Tiempo” de La Serena, porque tiene plena vigencia: nada ha cambiado sobre nuestro destino previsional.

Y porque seguramente que nada cambiará en estos siguientes años, aun cuando como en un mes más asume un nuevo gobierno y sus proclamas socializantes debieran hacerse cargo de esta situación indignante, incoherente con el cacareado éxito del modelo económico críollo.

Esa columna la titulamos “Los nuevos Pobres” porque eso es nuestro sistema previsional: una fábrica de pobres, ni más ni menos. Y además representa una lógica que mantiene a los viejos trabajando hasta agotar sus fuerzas, cierra el paso al necesario tiraje de chimena de las nuevas generaciones, quienes además terminan haciendose cargo de sus viejos.

¡Qué bonito horizonte¡ ¿No le parece?

Les invito a leer lo que expresé hace un año:

El Papa anunció su retiro. Su decisión sorprendió al mundo, acostumbrado a autoridades que se aferran al Poder.

Las razones de su abdicación radican en su edad avanzada, salud frágil y fastidio por las luchas de poder en las cúpulas eclesiásticas.

El Prelado permanecería en Italia dedicado al descanso, la oración y el estudio. Benedicto XVI renuncia a un trono de gran influencia en el mundo para cumplir sus aspiraciones más íntimas, sin preocupaciones económicas.

¡Qué envidia¡ Si yo fuera una Sumo Pontífice (ninguna probabilidad) hubiese adoptado idéntica decisión y me hubiese instalado en una de las colinas de Roma a disfrutar de la maravilla arquitectónica de esa ciudad desde una amplia terraza, premunida de un computador y de todos los textos que no he logrado leer en muchos años.

Pero no, soy una simple chilena, que al igual que la gran mayorìa al momento del retiro lidiaremos con una pensión miserable, como injusta compensación a muchos años de trabajo y ahorro. Eso es, a menos que logremos chutear bien una pelota mundialista, seamos hábiles con una raqueta de categoría internacional, notario, rentista de alguna megaempresa, por ejemplo una AFP, o algún otro oficio exclusivo.

Jubilación….que término más irónico para lo resultados que obtenemos. Viene del concepto de jubileo, que significa fiesta, celebración………un sarcasmo.

Sí, porque la gran mayoría de chilenos que contribuyó en hacer avanzar a este país, tras 40 y hasta 50 años de trabajo, restó horas a la vida familiar, se preparó con ahínco en alguna especialidad, cumplió fatigosos horarios de trabajo y le aseguraron desde su primer día laboral que era importante su ahorro previsional, que le rentaría generosamente en sus años de vejez, ahora ya retirado, suma los pesos y tarjetas de crédito para llegar con dificultad a fin de mes, todo esto gracias a una escuálida pensión. Y buscará trabajos ocasionales para adicionar dinero a pesar que ya los años le pesan.

Esa es la realidad de quienes toman en Chile decisiones a lo Benedicto XVI. Otro gran grupo de candidatos al retiro se resiste, si puede.

Esos ya saben que sus ingresos se reducirán a un tercio. Son quienes junto con verse obligados a continuar trabajando representan una barrera en el tiraje de chimenea para que nuevas generaciones logren acceder a un puesto y reducir la tasa de desempleo. Para estimularlos a retirarse, se han generado leyes especiales, con costo fiscal.

Hay otras consecuencias económicas.

Los retirados con estas minipensiones han pasado a formar parte de los nuevos pobres de este país que se ufana de reducir la tasa de pobreza. El Estado deberá asistirles con programas de salud, variados bonos y otros subsidios.

Cómo crecería además la Industria Turística con jubilados con recursos para viajar y otras actividades recreacionales. Hoy, por el contrario, son consumidores contraídos y con tiempo suficiente para preguntarse porqué la gestión de su AFP es tan exitosa para los administradores y tan magra para su bolsillo.

El discurso político hoy está direccionado en adicionar años para jubilar, a estimular el ahorro complementario, aumentar la tasa de cotización pero no se cuestiona que el administrador se lleve la mayor ganancia y el capitalista- los trabajadores- obtenga la menor participación.

Chile camina a zancadas a una mayoritaria tercera de edad empobrecida por el sistema. Por ello, ¡ cómo me hubiera gustado ser una Pontífice ¡

 

Susana Pozo Pizarro, es Periodista (UCh), Magíster en Información Económica. A nivel profesional ejerció en formatos de Televisión, Radio, Periódico y Revista. También se desempeñó en Comunicación Corporativa y culminó su carrera como Editora y Columnista del sector de Economía en Diario “El Mercurio” de Valparaíso. A nivel académico ocupó cargos en la Universidad de La Serena como académica, Directora de la Escuela de Periodismo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas. En 2008 recibe el Premio “Elena Caffarena” que otorga el Gobierno para reconocer a mujeres destacadas en su ámbito profesional. Hoy es columnista del Semanario “Tiempo” de La Serena y maneja este sitio para analizar la actualidad así como otros temas de interés. Nos estamos acercando a 1.800 seguidores en twitter y un número significativo que nos siguen a través del contacto directo y de correos. Nuestro interés es otorgar análisis independiente y acogemos comentarios que pueden observar enfoques distintos y opuestos al nuestro.

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