Nada muy incoherente con el Convulsionado Clima Político

Lo positivo: al Populismo no le fue bien en  los comicios

Aun siendo una discreta señal, muchos nos dimos por complacidos con un electorado que dio la espalda a  aquellos parlamentarios que desde su tribuna hicieron uso y abuso de prácticas que dañaron a los ciudadanos creyendo que con eso ganarían votos para sus “ahijados” en estas últimas elecciones.

El mayor ejemplo de  mala práctica ha sido la diputada Pamela Jiles, autora de los retiros previsionales y quien actuó con la complicidad de una  gran mayoría de congresistas  de todos los colores, eso  téngase presente.

No le fue bien a la parlamentaria con su candidato que apenas se situó en el quinto lugar en su postulación a la Gobernación Metropolitana, resultado que debiera llevarla a meditar sobre si es factible su eventual candidatura presidencial.

Varias otras conclusiones dejaron esos comicios: hubo un  rechazo a los partidos y sus candidatos y los comicios  favorecieron a los Independientes en la elección de Constituyentes, un resultado coherente con la votación plebiscitaria. Sobre esos constituyentes tenemos una gran interrogante en cuanto a los objetivos que pretenden imponer en la tarea de reconstruir una Constitución que los parlamentarios y Partidos Políticos decidieron echar al tacho de la basura.

Las primeras declaraciones de algunos de los electos inquietan por las enaltecidas expresiones de restarse a dialogar con determinados sectores. ¡Cuándo aún el trabajo no empieza y en circunstancias que parecieran no comprender que su tarea implicará llegar a acuerdos! Están muy equivocados si están asumiendo similar postura que el sector político cuya intolerancia ha derivado en una encrucijada y rechazo ciudadano.

Una Constitución no lleva sello ni domicilio ideológico y tiene el enorme significado de marcar una ruta institucional y soberana de un país.

En los cargos municipales y de Gobernadores el mapa político se inclinó hacia la ultraizquierda, sector que también se situó en el pedestal  demostrando lo mal que le sienta a algunos el triunfalismo, porque los milennials de la política, creyéndose dueños del juego en conjunto con el Partido Comunista y su tradicional comportamiento avasallador, generaron el quiebre de una Primaria Presidencial que reuniera todo el conglomerado de Oposición.

Conjuntamente rechazaron las alianzas con las  2  únicas mujeres candidatas- Rincón y Narváez- apoyándose en excusas grotescas que evidenciaron que el discurso de género es sólo eso, una oratoria sin convicción.

En definitiva una “tole tole” (existe el término) que da cuenta de cuán despreciable se ha tornado la política y que quienes llegaron pregonando hacer una política “distinta”, se contagiaron de asumir nocivas prácticas cuando llega la hora de acceder al Poder.

Así se dio el inicio de este  Año Electoral que tendrá al país en permanente inestabilidad, lamentablemente, a pesar de las buenas señales de la economía.

Nuestra última columna abordó el discreto guiño antipopulista del electorado, una respuesta ciudadana que  es de esperar crezca y se consolide.

Les invito a leer ese artículo.

Populismo y Elecciones

Semanario “Tiempo” 21/05/2021

Uno de los trasquilados en los maratónicos comicios de la semana reciente fue el Populismo que arrastró en su caída algunos candidatos que pensaron que con su práctica tenían la carrera ganada. Es de esperar que el mismo efecto impacte sobre futuros candidatos envalentonados (as) con el nefasto populismo.

Para bien del país, no les fue bien a quienes cual encantadores de serpientes protagonizaron, lideraron e incurrieron desde sus atribuciones en  prácticas populacheras en esta accidentada campaña electoral.

Esto no está nada de claro en el caso de los Constituyentes que se han incorporado al mapa político del país. Estaremos testeando los nuevos movimientos en su tesitura y temperatura. Ya hay algunos que anunciaron no estar dispuestos a ¡dialogar! con nadie que tenga aroma de derecha ni de partido. Empiezan mal.

El retroceso del Populismo demuestra que los chilenos aún están tras la búsqueda de líderes que actúen con seriedad, sin oportunismo y no busquen seducir a los ciudadanos con medidas cortoplacistas de negativos impactos a futuro.

No obstante, las elecciones fueron apenas una señal de rechazo. El Populismo y la tentación de incurrir en sus prácticas siempre estarán al acecho cuando están latentes las circunstancias políticas que presenta hoy Chile, una Democracia debilitada y embestida por intereses y apetitos personales.

Asumamos que los ciudadanos no somos “víctimas” del Populismo. Simplemente lo permitimos porque tenemos memoria corta, somos permisivos y nos dejamos encantar por los cantos de estos sirenos y sirenas que están buscando su hora de la fama.

Y también porque abandonamos nuestro deber cívico, no concurrimos a las urnas para usar nuestro derecho en democracia, ya que tanto apelamos a los Derechos Humanos. Cuántos países aun oprimidos por el yugo de  la tiranía con cualquier apellido que ésta tenga quisieran ir libremente a elegir a sus representantes o saber que no hay por encima un poder omnímodo que confabula todo a su favor para perpetuarse en el cargo.

En estas últimas elecciones, calificadas como las más importantes de las últimas 4 décadas, la participación ciudadana no superó el 42%, cifra inferior a la registrada en el plebiscito.

Así, téngase presente que contra el Populismo se  habría (me reservo el potencial) ganado una Batalla pero no la Guerra y si algunos militantes de esta mal práctica se han filtrado entre los elegidos, aprendamos a identificarlos y castigarlos a futuro en las urnas.

Conjuntamente, los resultados de las municipales y gobernadores provocaron un terremoto intenso con un movimiento de placas tectónicas que está escorando nuestro mapa político hacia la extrema izquierda.

No es un tsunami, pero hay río revuelto y pescadores que deberán modificar su discurso. Y fundamentalmente sus prácticas para retornar a la seriedad de cumplir con los compromisos con el país.

La pelota quedó en el piso. Aprendan a jugar con fair play. Es lo que Chile se merece.