Unimos 2 aciagos acontecimientos para reflexionar sobre la transcendencia de la Democracia
Concluimos una semana muy desafortunada para Chile, que ya registra dos acontecimientos hitos en el balance que se hará al concluir el año.
Los magnos incendios ocurridos en Viña del Mar y comunas vecinas y el deceso del expresidente Sebastián Piñera se conjugaron con tanta cercanía en la línea de tiempo que no alcanzamos a finalizar el duelo decretado por una de las más grandes catástrofes en la última década para enfrentar un segundo duelo oficial con la pérdida de un expresidente.
Este último suceso ha sido lamentado por todos aquellos que creemos en la Democracia como la mejor opción que puede darse un país que aspira a vivir en Libertad y en avanzar en Crecimiento para el bienestar de sus Ciudadanos.
A las masivas manifestaciones de adhesión a la familia del exgobernante han llegado numerosos chilenos que admiten no participar de las ideas del malogrado exmandatario pero que reconocen y valoran en él su condición de Demócrata y por eso se hicieron presentes.
Tal comportamiento hay que asumirlo como una gran esperanza para Chile sobre la existencia de un sentir mayoritario de chilenos que desde los más diversos pensamientos creen y quieren vivir en Democracia.
Por extensos años se ha pretendido arrastrar el país hacia un objetivo doctrinario por colectividades y alianzas políticas entre cuyos fundamentos subyace la idea de reprimir para gobernar bajo un poderío estatal excluyente y así alcanzar una igualdad por lo demás ilusoria.
Un objetivo no alcanzado bajo ningún régimen donde impere el Partido Comunista. Sólo ha generado Pobreza, Miseria y Retroceso.
Todas las naciones que han logrado zafarse aun parcialmente de tal ideología han experimentado el progreso. Un ejemplo presente es el de China Continental a quienes una gran mayoría ve como un modelo exitoso del Comunismo.
Pero no es así. China, paradigma del Comunismo, ha logrado establecer una suerte de silencio en su particular gestión del poderío comunista en lo interno, donde ha persistido en el monopolio del poder político, en la conculcación (atropello) a la Libertad de Expresión y de Derechos Humanos.
Pero, conjuntamente, el gigante asiático, actúa con plena Libertad en sus relaciones económicas con el resto del mundo. En cuyas circunstancias además puede actuar desde el privilegio de su gran poder de consumo y de compra donde actúa como socio mayoritario.
Si eso no es gestión bajo parámetros libertarios y no comunistas, no tengo conceptos ni palabras para definir a China como el enorme imperio que abandonó a nivel internacional su apuesta comunista para sumarse al gran progreso y riqueza que se observa en sus grandes urbes, a diferencia de zonas rurales, aun castigadas por la bota comunista de gran pobreza.
Me he permitido hacer este gran salto desde el primer enunciado de este comentario con la tragedia que viven centenares de chilenos con los devastadores incendios y el lamentable deceso del ex presidente Sebastián Piñera porque creo que el país, lamentablemente a raíz de dos sucesos dramáticos, está frente a la mejor oportunidad para reflexionar sobre lo importante que es que el país cuente con una eficiente gestión gubernamental y que es necesario valorar- por sobre todo- la Democracia y poder elegir a sus gobernantes bajo los parámetros democráticos.
La masividad de las manifestaciones ciudadanas en las exequias del exmandatario son una muestra que Chile dispone de un gran potencial con una mayoría silenciosa- aquella que se expresa sin destruir, sin odiosidades y sin descalificaciones por pertenecer a uno u otro segmento socioeconómico- que aspira a ser conducida por un Gobierno ajeno al predominio de idearios doctrinarios.
La muerte de Piñera y la valoración que hace la Ciudadanía de su Gobierno agrega otro punto de partida para dejar atrás 4 extensos años donde sólo hemos sido una nación perdedora.
Los incendios de la V Región dejan al descubierto que no da lo mismo quien gobierne, si quien ocupa La Moneda no se nutre de la experiencia y la valoración de quienes, por muy distante que estén de sus idearios propios, reúnen apropiadas calificaciones en determinados cargos.
La instalación de colaboradores experimentados no debe ocurrir sólo en la cúpula del gabinete. Clave en los errores cometidos para acudir en rápida asistencia con los pobladores que lo perdieron todo en estos incendios ha sido la actuación de los mandos medios, particularmente para instalar una red asistencial en todos sus aspectos frente a tal devastación. Equivocaciones que ya aflorarán superadas las primeras etapas de la emergencia.
La muerte de Piñera ha estado unida a estos más de 300 decesos- cifra aun estimativa- dejados por la catástrofe. Ambos sucesos se conjugan en otros aspectos y similitudes y los enlazo en mi última columna, hoy publicada en el Semanario “Tiempo” de La Serena.
Ambos son sucesos en pleno desarrollo y que nos seguirá acompañando en lo que resta del verano y en los siguientes meses. La muerte de Piñera en la protección de la Democracia y los incendios deberán ser objeto de una investigación acuciosa en gestión oportuna. En ese aspecto creemos que hubo una muy grave falla dado el trágico balance.
Les invito a leer mi columna.
Dos Destinos, dos Resistencias
Semanario “Tiempo” 09/02/24
Resistencia, Aguante, Oposición: tres vocablos para entender conceptos divergentes.
El “aguante” lo experimentamos todos los chilenos en las dificultades que hoy vive el país.
La Resistencia y la Oposición se encuentran y desencuentran en ideas y experiencias asociadas a distintos conceptos.
La catástrofe de Valparaíso y la partida de Piñera, ambas unidas en una semana en exceso adversa para Chile, son un símbolo de resistencia y de oposición a la adversidad aunque desde diferentes dimensiones.
Cuanto “aguante” está viviendo hoy una centena de modestas familias víctimas de devastadores incendios y castigadas por la improvisación, la imprevisión, el abandono y una evidente carencia para gestionar de forma integral la crítica encrucijada de los asentamientos urbanos.
En otra dimensión, el hoy desaparecido expresidente Piñera enfrentó férrea oposición y también resistió la deslealtad de congresistas de sus propias filas, intimidados por un Estallido, cuyos orígenes no provenían de la gestión presidencial. Así, otorgaron sus votos para aprobar iniciativas fácticas como fueron los retiros previsionales, cuyas nefastas consecuencias económicas asumió luego todo el país.
La soledad del gobernante resistiendo ataques de la ultraizquierda que pedía su salida y de una centroizquierda que participó de 2 acusaciones constitucionales, representa la dignidad que hoy se le reconoce en forma póstuma para defender la Democracia porque su permanencia en el cargo representaba preservar y respetar el sistema que otorga a la Ciudadanía el derecho a elegir a sus representantes, incluidos los cargos de quienes pedían su cabeza. Pretendían del gobernador, en cambio, su muerte política.
Qué contradicción.
La soledad de los pobladores de Viña del Mar y comunas vecinas la observamos en medio de un escenario devastador. Los damnificados fueron capaces de reprimir su dolor y pérdidas para resistir semejante adversidad, y estar en pie al día siguiente del siniestro, muchos aún sin recibir ayuda, ropa de cambio y auxilio para las necesidades más básicas.
Son pobladores que quedaron atrapados por la pobreza, en sectores carentes de accesos para enfrentar una emergencia y por un sistema de alerta que no funcionó. Miles de hogares destruidos y centenares de fallecidos han sido el trágico saldo de una gestión de emergencia que deberá investigarse si estuvo mal direccionada.
Colaboradores de Piñera testimoniaron que el exgobernante estaba organizando hasta la víspera de su deceso una propuesta para colaborar en la superación de esta nueva tragedia, sin intuir que sería una de sus últimas preocupaciones.
El actual Gobierno debería iniciar un estudio integral sobre la correcta inserción de asentamientos urbanos, identificar los sectores apropiados y generar un proyecto que impida la instalación en aquellos donde la recurrencia de tragedias ha sido una y otra vez.
¿Hasta cuándo se repetirá el mismo guion?
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