El Presidente Piñera en entrevista concedida esta semana a una radioemisora nacional lamentó los “4 años de sequía” que registra el país. Repitió dos veces el guarismo, no escuché mal.
¿Se promediará a nivel país una situación de sequía? Porque para dramatizar esta catástrofe, el mandatario debió ejemplarizar con esta IV Región, que lidera tal desastre. Región que este 2013, con magra precipitación, profundizó el déficit pluviométrico y entró al Año 8 con un persistente terremoto seco. Los bonos sequía hay que asumirlos como un paliativo pero aún no se conoce un plan radical para la disponibilidad del recurso.
Según estudio de los académicos de la Universidad de La Serena Jorge Cepeda y Melitta Fiebig, quienes trabajaron asociados con la Universidad de Regina, Canadá, y el Ceaza, citando a la DGA MOPT, señalan que entre 1915 y 2003, esta región enfrentó 16 años de sequía moderada y otros 11 años de sequía extrema. En ese periodo, la mayor catástrofe se situó en Montegrande (8 años) en tanto que la estadística que los investigadores anexan da cuenta para La Serena de 5 años de sequía extrema y de otros 6 de carácter moderado.
Son algunas de las cifras que recogen los académicos hasta 2003 pero después de esa fecha la Región ha registrado otros 8 años continuos de déficit pluvial.
Por eso, creo imperdonable el lapsus presidencial, pero opto por reflexionar a quienes en definitiva recae las responsabilidades de un Téngase Presente sobre qué está ocurriendo en las regiones. Y ese, estimo, es un compromiso de las autoridades regionales y locales. De sus parlamentarios también. El gobierno central- el actual y todos los anteriores- han mostrado escasa sensibilidad frente a los problemas y dificultades regionales y nítidamente han presentado más capacidad de reacción a sucesos de similar y hasta menor virulencia de la Región Metropolitana. Claro, esta última es una especie de Gigante Egoísta que concentra la atención.
Una muestra de ello es este equivocado registro del gobernante sobre la magnitud de la sequía.
Hemos construido una deformidad de país con una desequilibrada dispersión de recursos financieros entre las 15 regiones. Es la política del “chorreo”, con 14 regiones recibiendo cuotas presupuestarias menores, bajo el pretexto de una menor población. Es la cultura de la desigualdad por ubicación geográfica.
Invitemos al Mandatario a visitar el Puclaro, La Paloma, el valle. Disfrutará de cielos limpios, pero ¿se atrevería a pedir un vaso de agua?
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