El Cuento de “La Cenicienta”  de la Nueva Mayoría

Por llegar después de las 12, el  conglomerado perdió su zapatito de cristal

Pero ellos no se creen el cuento cuya moraleja es la  humildad, e insisten en tener carroza privilegiada

Y no quieren perder a su Príncipe Azul (money,money)

Al Tricel llevará la Nueva Mayoría su monserga para lograr inscribir sus  Primarias en el marco de la ley, tras todas las irregularidades que  reiteradamente ha ratificado el Servicio Electoral que  dejó al conglomerado sin opción de disfrutar de nuevos recursos porque la documentación se presentó fuera plazo, sin comparecientes y sin firma.

Eso, según funcionarios del  Servel, en medio de un “numerito”  protagonizado por los líderes y representantes de los Partidos Políticos que llegaron hasta esas dependencias  sin estar de acuerdo y con documentos que pretendían readecuar con borrón y lápiz grafito, cuando ya el reloj  había marcado las 12. Como la Cenicienta, habían perdido su zapatito de cristal y  la  hermosa carroza estaba convertida en vulgar calabaza.

Pero, claro, los políticos no se creen el cuento de la humildad de la Cenicienta, ni pretenden que el Servel sea una madrastra perversa y mucho menos parearse con todos los pelafustanes que constituimos el “Otro Chile”, aquel que cumple con la ley o de lo contrario nos dan con todo.

Se han permitido calificar de mentirosa a la directora del organismo, pese a testimonios de restantes funcionarios que acreditaron que a voz de  cuello les advertían que se cumplía el plazo de la Cenicienta, pero ellos no escuchaban, se hacían los sordos y seguían “tirándose” los  cupos de alcaldes y concejales  por la cabeza.

Patético el “numerito”. E impropio de quienes lideran agrupaciones desde donde emergen líderes que luego pretenden representarnos.

En 3 instancias el Servel  les ha hecho presente que hubo irregularidades al intentar inscribir sus Pactos y Sub pactos para la  próxima contienda electora en cargos municipales.

¿Por qué ahora tanta insistencia con berrinches incluidos?

Ah, porque ven que se les escapa de las manos el dinero que todos los chilenos les colocamos para sus campañas.

Entonces, quiéranlo o no: serán Cenicientos, al menos que opere  una vez más, como ha sido histórico, el uso y abuso de privilegios  de que goza la casta política.

De todo lo anterior hablamos la semana pasada en la columna que semanalmente publicamos en el Semanario “Tiempo” y que hoy le invitamos a leer.

Saltarse la Ley

Publicado el 29 de abril de 2016

¿Qué nos sucede a los pobres pelafustanes de clase media de este país- la gran mayoría- si nos “saltamos” la ley. Si no cumplimos los plazos?

Quedamos en la cuerda  floja, a  merced de una  institucionalidad torturadora e inquisidora para quienes  no  gozan de privilegios.

Una funcionaria de las a veces oscuras  oficinas de cobranzas me amenazó con Dicom, porque  asumía que una tarjeta de crédito que sí estaba pagada, permanecía en mora con vencimiento ¡del día anterior!

Eso, en un banco con cuenta falta 0 desde su apertura hace décadas.

Atrévase este mes a no cancelar sus impuestos o las contribuciones. El 2015 el SII me objetó declarar como crédito una donación que hago a un Hogar de Menores, en circunstancias que así lo permite la ley.

Opté por pagar la diferencia por un crédito que siempre fue aceptado como tal porque me exponía a multas e intereses si asumía la utópica aspiración de apelar y ganar.

Historias similares tiene todo el mundo.

Ahora, aplicar la ley con criterio y en sus justos términos, es la forma sana de convivencia en un país donde somos campeones de creativos  para torcer la nariz a la norma.

¿Se imagina que la sola presentación de un documento sin firma, sin comparecencia, sin dedito digital, sea aceptado como un mandato de lo allí escrito?

Ah, accederíamos a otra categoría de delincuencia: los cacos no necesitarían incurrir en portonazos, ni alunizajes, ni Cutufas, ni huidas hacia naciones sin convenio de extradición.

¿Para qué? Podrían a simple muestra de documento apropiarse de casas, talleres, negocios, cuentas corrientes y cuanto activo se les ocurra, sin necesidad de rúbrica, dedito digital, cédula, comparecencia; etc.

¡Y pobres notarios!: quedarían cesantes. ¿El Registro Civil? ¡Que retome su huelga!

Bueno eso pretendió la Nueva Mayoría para insistir en la tarea incumplida dentro de los plazos establecidos y además prorrogados e inscribir Pactos en Primarias regulares.

Primero, llegaron al Servel, como niñitos porros, traspasaron cierre de plazo, sin comparecencia de  todos los representantes legales de sus colectividades.

Luego, en  segunda insistencia, llevaron un documento, sin  firmas y estimaron que eso ¡era legal!

Están buscando mil argucias para mantener el privilegio de saltarse la ley que ellos mismos elaboraron.

El senador Jaime Quintana, el ilustre autor de la retroexcavadora,  insistió  en una “Ley Corta” para deshacer el entuerto. Al parecer, desempolvó su maquinaria y quiso pasarla por encima de los pobres  pelafustanes que debemos aceptar sus prerrogativas.

Otros dirigentes han amenazado con recurso de protección,  Tricel, sanciones funcionarias y toda suerte de presiones.

Apostamos que alguna les resultará y sabremos que es cierto: congresistas y Partidos Políticos es clase privilegiada en Chile.

Pero después de este “numerito” no responsabilicen a la Prensa de su mala  fama.