Director:  Andrés Wood
Año: 2004

Ninguna cinta- al margen de las de tipo documental que hay una gran cantidad-  es más emblemática  que “Machuca” para representar el convulsionado Chile de 1973.

No pretendo insistir sobre el tema, pero he querido iniciar esta sección dedicada al Cine con una producción chilena y este filme  simboliza muy bien lo acontecido, particularmente la dicotomía entre clases sociales y  la fragmentación en la convivencia de un Chile subdesarrollado y profundamente influenciado por el acontecer político. Así era nuestro país en esos años.

“Machuca” va de la mano del prestigioso director chileno Andrés Wood, cuyos relatos se distinguen por  esa combinación visual y de guión con que nos ha recreado excelentes producciones como “Violeta se fue a los Cielos”, “La Fiebre del Loco”, “El Desquite”, “la Buena Vida”.

Toda su filmografía identifica un trozo de la idiosincracia chilena. “Machuca” tiene un claro sesgo biográfico ya que responde efectivamente a vivencias del Wood en sus años escolares y el experimento- aunque resulte irreverente el término- de un bienintencionado religioso que  quiso cruzar el cerco de las enormes barreras socioeconómicas que trasversalizan al país – y que aun subsisten-  en un colegio privado y mezclar jóvenes de opuestas clases sociales.

No es el propósito de esta sección relatar las películas, sino orientar sobre lo que personalmente estimo buenos filmes, ya sea por su producción, su mensaje, su factura, etc. y muchos concordarán que este “Machuca”,  que  reune a niños  de clase acomodada y otros abiertamente marcados  por la desigualdad, la pobreza y la injusticia, es un trozo significativo de Chile.

Son  niños (Matías Quer, Ariel Mateluna y Manuela Martelli) con infancia bruscamente interrumpida por los trágicos acontecimientos del 73 porque deben de manera prematura asomarse,   cuando inician su pubertad,  al rigor de la violencia, del egoismo y pequeñez de  la que somos capaces  los adultos.

La última exhibición en Televisión Abierta fue en septiembre último que recién pasó,   cuando, como no ocurría hace mucho,  al cumplirse  los 40 años del quiebre institucional,   se revivieron con especial virulencia  los dramáticos episodios, y que es el escenario que nos muestra “Machuca”.

Es de esperar que esta inolvidable cinta reaparezca  en alguna programación de la pantalla chica o en algún ciclo de cine auspiciado por alguna empresa que  se sume a hacer cultura con la exhibición  de la filmografía chilena.

“Machuca” merece ser vista por las nuevas generaciones, aquellas que  no vivieron Septiembre del 73 y que no se asomaron como protagonistas al mundo del 73.