La Amenaza no es un E.T.  sino nuestra misma Sociedad

Recia película que nos conduce hacia nosotros mismos

“La Llegada” es una película de caretas. Se promociona como de ciencia ficción y no lo es. Tal  género es apenas  la carcasa en su relato, la excusa y el pretexto para hablar de un gran tema: la comunicación y su vulnerabilidad en tiempos de la inmediatez, cuando no hay mucho espacio para comunicarse; cuando predomina la tecnología, la que permite a su vez colocar caretas sobre quienes realmente somos. Y que nos tiende puentes para estar presente pero eludir el cara a cara e invisibilizar el enriquecedor lenguaje gestual  y que nos comprime para expresarnos desde el laconismo.

Todo ese  escenario  nos  conducirá a la peor pobreza: la del lenguaje,  a partir de la cual el tejido social se  desarticula y se segmenta, profundizando las desigualdades.

“La Llegada”, por tanto,  entra en el mismo juego de la mascarada en que hoy se plantean las relaciones y las comunicaciones: no es lo que realmente se  promocionó que era.

Más que una película de ciencia ficción y de llegada de alienígenas que nos vienen a invadir, perturbar, destruir, esta cinta perteneciente al ya reconocido director Denis de Villeneuve, nos llama a reflexionar sobre la precariedad de la comunicación actual, y nos invita a tomarnos un tiempo para intentar indagar, por sobre los mensajes subliminales, la realidad del otro.

12 naves extraterrestres aterrizan curiosamente en ciudades  donde  comandan los líderes mundiales, cuyas decisiones impactan en el orden internacional y el principal dilema común a todos es saber cuál es su propósito en la tierra.

Aun cuando se trata de una supuesta amenaza a nivel mundial- no se sabe cuál es el propósito de los visitantes- cada líder trabaja desde el secretismo, lo que da cuenta que lo mismo que observamos en nuestro entorno, se recrea a  nivel mundial porque las redes sociales, no actúan como vasos comunicantes sino acorde a los intereses de cada país, un escenario nada alejado de lo que hoy sucede.

Al militar a cargo  en Estados Unidos  de este secreto operativo- interpretado por Forest Whitaker- una vez más dando el punto impecable a su actuación- le interesa qué vienen a hacer a este mundo. Saberlo ya rápido, de inmediato, sin contexto,  como hoy se plantean las interrelaciones.

Será una versada lingüista y políglota, a quien marca una experiencia traumática, la que dará en la clave de la comunicación para llegar al mensaje alienista y le enseñará a los líderes que manejan el Poder, que por sobre los intereses mezquinos que impiden hoy una relación armónica a nivel internacional, cuán importante es tomarse el tiempo para leer los mensajes  del otro, y por tanto, comprender.

Hay una relación entre la comunicación y el tiempo que se plantea de forma subliminal en  esta producción, a la que hay que  aplaudir su  pulcra y bella estética, con lenguaje de planos, fotografía, luz, color y encuadres que dan cuenta de una prolija y eximia realización.

El tiempo es una de las obsesiones de la académica ( Amy Adams ) quien hace la conexión con los visitantes a partir de su experiencia personal, un factor también subliminal, que  casi siempre se soslaya para entender al otro en las interrelaciones.

El tiempo también está muy presente en el manejo del relato, que no es lineal, cuenta con  permanentes retrocesos y avances (flaskback y flash-forward) particularmente en la narración complementaria que fluye.

Que “La Llegada” no se agote en un guion convencional  de presencia de marcianos o algo parecido y que además su narración tenga complejidades como las señaladas, puede  llevar a que muchos espectadores queden  decepcionados con esta producción que, entre tanta propuesta de tercera categoría, destaca como una producción notable, delicada e inteligente.

Desde esta perspectiva, se inscribe como una cinta provocadora, en el sentido que nos invita a que retornemos a prácticas pretéritas y nos  tomemos el tiempo para conectarnos desde lecturas más profundas que las frases comprimidas y a veces engañosas, ilusorias y convencionales con que nos relacionamos. Ni a fantasear con que 1.000 “me gusta” significa igual número de amigos incondicionales.

Desde esa misma reflexión, si queremos conectarnos con esta cinta, hay que ir a su mensaje recóndito y ese es un buen ejercicio para los tiempos que hoy corren.

“La llegada” está dirigida por el canadiense Denis Villeneuve, el mismo que estuvo tras la dirección de “Incendies”,  excelente realización que comentamos por estas páginas hace más de 2 años  ( http://agendalternativa.cl/incendies/ ). Es lo que hemos podido ver de su exitosa filmografía porque en la pantalla grande en regiones no se exhibe todo lo que debiera exponerse. O no resulta rentable, si vemos al Cine sólo  como a un vil negocio.

Con todo, disfrutamos de “La Llegada”, un golpe al mentón para guiones ñoños, insulsos e insufribles, que esos sí abundan. Le otorgo fichas para alguna nominación a la  próxima estatuilla dorada.

Ojalá los espectadores  lo logren apreciar.