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El Clan que estremeció a Argentina hoy  lo recuerda el cine trasandino

El ClanEl gran problema de la aclamada película “El Clan”, actualmente en cartelera, radica es que está relatada para público argentino, y no se hace  cargo de su circuito internacional.

Esto último demanda que la producción disponga de los contextos necesarios para la cabal comprensión de un espectador foráneo. Eso no sucede, y por tanto, el público navega un tanto desorientado al menos en los primeros 15 minutos.

Si no le es familiar la  figura del Presidente Raúl Alfonsín y no dispone al menos de una pátina de la historia trasandina en los años 80, caminará más a tientas en el seguimiento y enganche con el relato.

La cinta está basada en un caso real ocurrido en Buenos Aires a inicios de la década de los 80. Han trascurrido entonces 35 años, los suficientes para que incluidas las nuevas generaciones argentinas  poco conozcan del dramático episodio de secuestro, tortura y crímenes cometidos por la familia Puccio.

Con nulos antecedentes cuenta entonces el espectador foráneo sobre estos acontecimientos que están unidos al devenir político de la nación vecina tras el advenimiento del gobierno de Raúl Alfonsín, con que la nación vecina reinició su vida democrática y puso fin a 8 años de dictadura militar.

Las sucesivas Juntas Militares que le antecedieron dejaron como triste herencia la Guerra de la Malvinas que llevó a la muerte a una generación de jóvenes y mal cultivó un terrorismo de estado, con avasallamiento de los Derechos Humanos.

Ese es el escenario en que se suceden los truculentos  hechos que relata “El Clan”, protagonizados por una familia típica del Barrio San Isidro, perteneciente a la clase media alta, sobre la cual nadie sospechaba que  continuaba con la estela de crímenes cometidos en  dictadura.

Si bien la película  comienza con escenas de la asunción al poder de Raúl Alfonsín, el líder de la Unión Cívica Radical (UCR), que aun es recordado como uno de los mandatarios más probos de Argentina, esta escena no está unida a una mayor explicación que la conecte con el relato que continuará.

Tampoco hay suficiente contexto con los protagonistas de los hechos, demasiado locales para público foráneo. Aun bastante avanzado el relato viene recién a contextualizarse el manto de protección que tiene el protagonista- Arquímedes Puccio- interpretado por el excelente actor Guillermo Franchella (“El Secreto de sus Ojos”), quien transita en esta cinta hacia un rol más dramático.

No hay además  explicación para el móvil de los secuestros cometidos, (los crímenes sucedieron por hechos que se fueron de las manos) porque al parecer no hubo más causales que las económicas, pero eso no está suficientemente bien explicado.

Hice todo este preámbulo con respecto al contexto, por cuanto para disfrutar una película resulta fundamental que el espectador se sienta cómodo y más que  nada satisfecho con la información que va aportando el relato.

Eso no ocurre con “El Clan” y esa es su mayor debilidad.

Agreguemos que el director Pablo Trapero, recurre de manera confusa al flash forward, esto es salto en el tiempo anticipando sucesos futuros, para ir construyendo la historia.

Hay una escena de la última persona raptada que parece más una falla de  edición que un flash forward. Eso desorienta.

Pero veamos los aciertos de la película: en lo técnico, agradecemos un muy buen sonido, y no nos complica el acento trasandino. Tiene además muy escasos giros  idiomáticos locales.

Hay que valorar también que llegue a la cartelera nacional una película del cine argentino y compita para obtener un espacio entre tanta bazofia de acción proveniente de gringolandia que satisface a cierto público (eso lo respetamos)  pero que no da lugar a producciones provenientes de otros países.

“El Clan” es una producción que  reúne méritos suficientes como para ser vista, pero recomendamos informarse antes del Caso de la Familia Puccio para poder disfrutarla en propiedad.

La banda  sonora, aunque estridente, resulta por lo mismo, coherente con el frenesí de los hechos que, por repudiables, bien vale acallarlos con música estruendosa. Así al menos la interpreté. Reúne una serie de composiciones rockeras latinas, pero el tema central “Sunny Afternoon”, interpretado por el grupo británico Kinks,  es el de mayor fuerza.

La misma finalidad que la música ensordecedora parece cumplir la extensa y fogosa escena de sexo, que además refuerza la cotidianeidad con que esta familia vivía y hacía abstracción de los deleznables hechos que cometía. Ese es el carácter incidental de las erotizadas escenas que parecieran fuera de contexto.

El relato se construye sobre la base de  esos contrapuntos: la vida hogareña, la familia en pleno frente a un televisor, disfrutando de un programa; las hijas realizando sus tareas, las cenas familiares y el previo rezo en familia, mientras en la trastienda, alguien sufre  por las torturas y el encierro.

Ese contraste está bien logrado.

“El Clan” nos deja dos mensajes. La práctica de secuestros y torturas practicada por la Familia Puccio fue una “secuela” de un periodo nefasto de represión en que Argentina  convivió con el terrorismo de Estado, de cual Arquímedes Puccio formaba parte. Este criminal continuó con tales prácticas en beneficio propio, amparado por el aparato militar.

En esa línea, el Caso Puccio es un ejemplo nítido que todo acto de Gobierno- legítimo o ilegítimo- trasciende como modelo a la ciudadanía, incluidos los crímenes cometidos por esta Familia. Este integrante de la “Inteligencia” militar prosiguió- desaparecida la dictadura- cometiendo raptos, pero también envolvió a su familia en estos abusos

Por tanto, en la misma dirección,  estos acontecimientos se sitúan por contraste como un ejemplo paradigmático de  la responsabilidad de los padres para generar en sus hijos valores que les permita avanzar en la vida por la ruta correcta. Aquí, por el contrario, Puccio fue un padre que sumió a sus hijos en el delito y capturó sus vidas para hundirlas en prácticas delictuales y amorales.

Muy bueno el trabajo de edición en la escena del intento de suicidio del hijo.

En resumen: recomendamos “El Clan”, pero reiteramos: primero infórmese de los acontecimientos que inspiraron a este filme y así podrá disfrutarlo.

La cinta, a nuestro juicio,  está sobredimensionada en su valor. Ya ganó el León de Plata al mejor director y ahora está pre-seleccionada para la futura competencia por el Oscar a la Mejor Película Extranjera.

No obstante, alejadísima de cualquier postura chouvinista, me quedo con “El Club”, la apuesta chilena  a  la estatuilla  hollywoodense, que ya comentamos. ( http://agendalternativa.cl/cine-y/ )

Esta última reune mayores méritos que esta producción de Argentina.

 

 

 

 

Susana Pozo Pizarro, es Periodista (UCh), Magíster en Información Económica. A nivel profesional ejerció en formatos de Televisión, Radio, Periódico y Revista. También se desempeñó en Comunicación Corporativa y culminó su carrera como Editora y Columnista del sector de Economía en Diario “El Mercurio” de Valparaíso. A nivel académico ocupó cargos en la Universidad de La Serena como académica, Directora de la Escuela de Periodismo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas. En 2008 recibe el Premio “Elena Caffarena” que otorga el Gobierno para reconocer a mujeres destacadas en su ámbito profesional. Hoy es columnista del Semanario “Tiempo” de La Serena y maneja este sitio para analizar la actualidad así como otros temas de interés. Nos estamos acercando a 1.800 seguidores en twitter y un número significativo que nos siguen a través del contacto directo y de correos. Nuestro interés es otorgar análisis independiente y acogemos comentarios que pueden observar enfoques distintos y opuestos al nuestro.

Susana Pozo – who has written posts on Agenda Alternativa.


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