Centro de Diagnóstico sigue en bochornosa Lista de Espera

¿Dulce o Truco? ¿Estadio o Salud?

 

 

 

Coquimbo  comparte con otras regiones alejadas del centralismo una política de salud paupérrima. Eso, como resultado de la indiferencia, el abandono y la desidia

 

 

centro diagnosticoLa Serena puede ufanarse de su Estadio de Fútbol  pero tiene que avergonzarse de  su infraestructura  en salud.

Para el primero hubo presupuesto porque se aproximaba un mundial, submundial o algo así, y había que cobijar 3 ó 4 partidos.

Los serenenses tendrían para verlos y tratar de tocarlos a algunos  ídolos cuyos nombres no están en mi memoria y la fanaticada pudo estar feliz por una semana disfrutando de esa fiesta futbolera.

Ojalá que terminado aquel  certamen,  esa mole de  cemento que  se construyó ad hoc, cuyas graderías asoman de manera impertinentehacia uno de los pocos sectores con vestigios reales de la época  colonial en calle Amunátegui, tenga hoy mejor destino y cumpla una mejor misión: que sirva para  que muchos  jóvenes puedan ocupar sus canchas y practicar deporte. ¿Será así?

No lo sé, pero sería  la única forma de justificar tamaño presupuesto, teniendo como vecino otro colosal estadio en la ciudad de Coquimbo, como si hubiese tanta distancia que se requiriera en ambas ciudades contar cada una con estos magnos estadios.

Los brasileños, que sufren de histórica  fiebre futbolera, tuvieron más sensibilidad en donde poner sus dineros e hicieron campañas para evitar la construcción de estas moles que después  dan curso a una infraestructura  ociosa en países  con otras múltiples necesidades en lo social.

Desde mi ignorancia futbolera, habría optado por ocupar esos recursos en varias canchas y  centros de recreación en poblaciones periféricas, aunque hubiese dado lugar a una cancha con tres palos en cada extremo, pero cercanos y a disposición de sus habitantes. Con un gol de taquito, hubiesen contribuido a contar con jovenes sanos. Y los hubiese distribuido en otras localidades de la Región, porque La Serena es apenas una de sus ciudades.

Vamos a la vergüenza: me refiero a la paupérrima infraestructura  sanitaria y el nuevo mazazo que ha recibido la región y también Atacama, porque el Centro de Diagnóstico del Tratamiento (CDT) de La Serena  nuevamente  no figura entre las glosas presupuestarias para el 2016.

Eso significa que ni se sueñen los enfermos que reciben trato indigno, no por falta de esmero del personal, sino por la precariedad de su infraestructura, que  podrán a lo menos hasta el 2018…si es que…. contar con este proyecto que permitiría descongestionar la saturada y hacinada atención  en el  ya decrépito Hospital de La Serena.

Decía que también era preocupación de Atacama porque como muchas otras atenciones, la del CDT tendrá carácter suprarregional y habrá múltiples derivaciones de pacientes desde esa Región.

EL CDT, por  tanto, es un aún nonato que cuando pueda  ser dado a luz, nacerá ya hacinado, ante la realidad de las regiones alejadas de la zona central donde  se comparten la miseria.

Llama la atención que a medida que avanzan los años de postergación del CDT, suma un vertiginoso aumento presupuestario que debiera ser explicado.

60 médicos de La Serena amenazan con renunciar si  al 30 de octubre no reciben  señales ciertas  que se revertirá el NO rotundo que  hace algunos días  otorgó la ministra de Salud a la justificada aspiración de incluir ese dilatado proyecto en el presupuesto 2016.

Que quede incluido entre las ejecuciones 2016 es un rol de competencia entre los parlamentarios de la zona y de sus autoridades regionales y locales y si no lo logran, que se vayan todos a sus casas, a los mundiales de rugby o a cualquier otro menester, pero no hay justificación para que una vez más, este necesario centro vuelva a ser retrasado.

La coalición de Gobierno ha recibido histórica mayoría en preferencia de parte del electorado regional, pero esa opción no  ha encontrado co-relato en materia de salud,  porque tales administraciones han mostrado abandono e indiferencia supinos.

Veamos tal argumento con cifras.

Bachelet tenía un proyecto 20-20-20 en materia de construcción de hospitales como promesa de campaña.

Tales guarismos significaban que  durante su  mandato serían construidos o re-construidos un total de 20 planteles; otro número igual estaría en construcción al término de su mandato en 2018 y otros 20 en etapa de licitación.

De estos  60 centros, la Región está favorecida con apenas uno, a pesar de su evidente precariedad en salud,  el de Ovalle, que se situaba entre los 20 compromisos para ser inaugurado, esto es en la primera nómina.

Pero  aún este único no hay ninguna seguridad que se  vaya a concretar, por cuanto, la nómina de 20 se redujo primero dramáticamente a sólo ¡6!, luego se dijo que serían 14 y se desconoce si el Hospital de Ovalle cayó a la tómbola de los favorecidos.

El senador Pizarro es de Ovalle, ojalá que en medio de sus preocupaciones mundialistas,  haya usado su muñeca para mantener al menos, esa única  re-construcción dedicada a esta región y que aun sea considerada.

La seguridad es que tampoco el CDT está entre las prioridades en la categoría del Centro de Especialidades, que sumarían  unos 14  en todo el país.

En el postergado Centro que se levantaría  en la ex Cárcel, la comunidad estaban requiriendo se considere un Subcentro Oncológico, a  fin de  terminar con el impío peregrinaje de los pacientes críticos hacia Valparaíso o Santiago.

Pero al parecer no habrá ni lo uno ni lo otro.

Se acerca Halloween y los niños, con su inocencia, saldrán a la calle a preguntar ¿Dulce o Truco?

La Serena consultó ¿Estadio o Salud? Y lo primero se hizo realidad.

Es cierto, no son posibles los desvíos de fondos de uno  a otro sector, pero en materia de  Salud en la IV Región no prima  ni la prioridad ni el criterio y los pacientes pueden seguir jugando su mejor rol: ser absolutamente “pacientes”, a ver si  mientras algunos fenecerán en el intento de ser atendidos, las futuras generaciones de enfermos podrán recibir un  trato más  igualitario.

Se anuncian movilizaciones en estos días, se realizó ya una velatón y médicos y pacientes sehan movilizado en la región: el llanterío hay que llevarlo a La Moneda.

Para cumplir esa tarea están  las autoridades elegidas y mandatadas.

Susana Pozo Pizarro, es Periodista (UCh), Magíster en Información Económica. A nivel profesional ejerció en formatos de Televisión, Radio, Periódico y Revista. También se desempeñó en Comunicación Corporativa y culminó su carrera como Editora y Columnista del sector de Economía en Diario “El Mercurio” de Valparaíso. A nivel académico ocupó cargos en la Universidad de La Serena como académica, Directora de la Escuela de Periodismo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas. En 2008 recibe el Premio “Elena Caffarena” que otorga el Gobierno para reconocer a mujeres destacadas en su ámbito profesional. Hoy es columnista del Semanario “Tiempo” de La Serena y maneja este sitio para analizar la actualidad así como otros temas de interés. Nos estamos acercando a 1.800 seguidores en twitter y un número significativo que nos siguen a través del contacto directo y de correos. Nuestro interés es otorgar análisis independiente y acogemos comentarios que pueden observar enfoques distintos y opuestos al nuestro.

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