Borran con el Codo lo que dicen en la Prensa

Votaron Ley Mordaza y después fueron a posar para los  medios

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Los parlamentarios votan en el Congreso propuestas que atentan contra el ejercicio democrático pero cuando detectan flashes y apariciones en la prensa no pierden el tiempo para  sumarse a causas contradictorias a sus propios pronunciamientos.

Fue lo que ocurrió con la última indicación que se hizo a  la Agenda Corta Antidelincuencia de laaaargo debate, porque  mientras el Senado votaba por unanimidad a excepción de 3 abstenciones  y ningún rechazo, la represión a fiscales y otros funcionarios judiciales para que filtren información, posaban luego junto a integrantes del Colegio de Periodistas y vociferar que estaban a favor de una Bancada por la Democratización de las Comunicaciones.

Así, la diputada Cariola entre otros  tantos defensores de la Prensa Libre denostaron contra empresas periodísticas, pero no repararon que la iniciativa  incorporada a la Agenda Antidelincuencia reprime el ejercicio de  todos los medios, también de los pequeños, aquellos que ellos dicen defender. Porque la represión de las fuentes es por extensión represión del Periodismo.

Los Grandes Consorcios Periodísticos no se combaten con retórica parlamentaria, sino con educar  mejor a las personas para que ideas espurias, foráneas e ideologizadas no constituyan un manto de impunidad y un obstáculo al acceso a la real información.

La autonomía en el conocimiento la otorga la información libre, pero también la capacidad de discernimiento y ese potencial se sustenta en la Educación.

Quienes han tenido el privilegio de bien educarse pueden leer 20.000 pasquines de alta o baja alcurnia, y eso no contaminará sus propias ideas.

De la famosa  glosa que en definitiva repone la Ley Mordaza que durante 16 años de dictadura operó en Chile, se excluyó a los periodistas hacia los cuales se  aplicaban también  las sanciones.

Pero  tal retracto es puro gatopardismo, porque en la medida que se impide el flujo de tanto antecedente gracias al cual ha sido posible ventilar muchos escándalos encubiertos que protagonizan las esferas del poder político y empresarial, se reprime tácitamente la labor del Periodismo de Investigación que  con esta glosa vería muy debilitadas sus redes de contacto.

Hasta el  senador Alejandro Guillier adhirió a esta deplorable iniciativa. El otrora conductor de “Tolerancia Cero” se sumó  a este atentado a la prensa. Luego a modo de explicación dijo que “le habían pasado un gol” y reconoció no haber leído esta “letra chica” que es un “chancho en misa” en  el postergado proyecto.

Y continuó señalando la liviandad con que se  tramitan las leyes que nos rigen, porque afirmó que es demasiada la presión para aprobar propuestas que llegan desde La Moneda y eso lleva a votar en bloque.

Para  firmar y votar hay que revisar y eso  forma parte del trabajo del senador Guillier y no  pronunciarse ideologicamente.

Esta es una indicación que busca  proteger a  las clases privilegiadas de la labor  investigativa de la prensa y nos motivó  el artículo que publicó el pasado viernes en el Semanario “Tiempo”.

Les invito a leer esta columna sobre este primer paso para reprimir  el Periodismo, entuerto que ahora debiera desarticular la Cámara de Diputados.

 Eso sería mejor decisión que la bancada formada para salir en la prensa y que dudamos de su eficaz funcionamiento.

Ya lo demostraron los senadores.

Aquí va nuestro artículo.

Un Paso de Retorno a la Dictadura

Publicado en Semanario “Tiempo” el 08 de Abril de 2016

Unánime fue la votación del Senado para aprobar la Ley Mordaza que vergonzosamente se aplicará en un régimen político que se estima democrático.

Ni siquiera el  senador periodista, Alejandro Guillier, tuvo la consideración al  menos  de abstenerse sobre esta indicación incluida en la demorada Agenda Corta Antidelincuencia.

Porque el que se haya excluido a los periodistas de esta extraña glosa no desarticula la clara intencionalidad que está tras la iniciativa para reprimir  la información reservada en procesos judiciales.

Desde ahora, fiscales y otros funcionarios  judiciales quedan expuestos a condenas de 61 a 540 días de cárcel y de multas de hasta 200 UTM si transmiten información considerada reservada.

Y ya se imagina qué juicios  y de qué castas caerán en reserva.

Con exclusión de periodistas de esas penas, sigue siendo Ley Mordaza y explico por qué.

Simplemente porque constituye una clara represión de las fuentes en las que habitualmente se sustenta el Periodismo de Investigación, cuyo trabajo ha dejado al descubierto todos los  escándalos en que han incurrido políticos y empresarios.

La censura es propia de regímenes dictatoriales y nuestra historia está aún demasiado fresca como para que la clase política no recuerde cómo Chile estuvo  desinformado nada menos que por 16 años de todos los actos dolosos y de corrupción cometidos.

Y que significaron que impunemente el patrimonio nacional- como la empresa Soquimich a la que hoy estiran la mano los políticos de todos los colores- fue depredado; que  el dictador  sustrajo fondos depositados en bancos extranjeros y que, como estaban prohibidas las manifestaciones, nos impusieron malditas herencias como las AFP, que pesan hasta el día de hoy.

Lo anterior para mencionar algunas de las repulsivas  prácticas como consecuencia de la carencia de un Periodismo Libre como el que hoy existe, donde los medios de comunicación pueden acceder a importante  información  frente a políticos que han recurrido a múltiples estrategias para mantenerlas en el secretismo con el objeto de ocultar irregularidades y actos de corrupción.

¿Qué tiene que ver la Agenda Corta Antidelincuencia con esta espuria indicación que reprime a fiscales y restantes funcionarios para constituirse en informantes?

Nada, simplemente se colgaron de este proyecto para cometer un nuevo abuso parlamentario y continuar siendo una casta privilegiada al margen de la aplicación de la Justicia por igual.

Esta indicación no es sólo una censura para  los funcionarios de tribunales: además de obstaculizar la labor periodística, es un atentado al derecho ciudadano de informarse correctamente.

¿Representará un dolo que  la prensa  cuente con redes de contacto para llegar a la Verdad? Por cierto que no.

No cabe duda: lo aprobado por los senadores es claramente un retorno a tiempos dictatoriales y su brutal represión.