Macri asume ahora el timón de la complicada Argentina
Se van 12 años de kichnerismo y la centro derecha deberá entender que la opción electoral es por el cambio y no una pasión política
La Presidenta Cristina Fernández tendrá que hacerse el ánimo de retirar de la Casa Rosada su matecito regalón y tantas otras pertenencias que acumuló en los 12 años del kichnerismo que el 10 de diciembre próximo finalizan, dejando que ahora la historia se haga cargo de analizar el Gobierno de su fallecido esposo (2003-2007) y los de ella misma en estos últimos 8 años.
El balotaje que otorgó el triunfo al postulante de la centro derecha Mauricio Macri pone un punto de inflexión en la política argentina porque el ex Gobernador de Buenos Aires ha prometido zafar el tipo de cambio, recortar los impuestos y suprimir el control del mercado agrícola, entre otras medidas que van en la dirección opuesta a las implementadas por Fernández.
Su victoria tiene mayor explicación en el viraje, en un deseo de cambio más que en la postura ideológica tras el desastroso saldo que dejan los 2 Gobiernos de la Sra. “K” con un crecimiento que no llega al 0.5%, una inflación oficialmente reconocida en un 11%, que análisis informales la sitúan por sobre el doble, y un déficit fiscal que supera el 6%.
En lo social, sus dos administraciones instalaron una intensa política subsidiaria que llegó a los más pobres pero que en conjunto no logró hacer despegar a la Argentina ni superar la seria crisis económica que presenta hoy.
La mandataria debió enfrentar una fuerte movilización de los empresarios agrarios por los impuestos aplicados, así como por el freno aplicado a sus exportaciones.
Los granos y el ganado son precisamente los productos de mayor exportación. Trigo, maíz y soya cuentan hoy con límites en sus ventas externas.
Puede que la liberación al comercio prometida por Macri no mejore el escenario agrario trasandino porque hoy deberán encarar un mercado global deprimido por el menor crecimiento mundial que ha impactado mayoritariamente a las naciones exportadoras de commodities.
El nuevo gobernante deberá además hacer frente a la elevadísima deuda externa que mantiene fuera del mercado internacional a la nación trasandina, con un default y tendrá que estructurar pagos, incluido el débito a los llamados fondos buitres, cuyo acoso terminó por congelar los pagos programados por el Gobierno.
Desde su primer discurso, Macri se ha hecho cargo que su triunfo no ha sido holgado, no fueron los 8 puntos que pronosticaban las encuestas, sino apenas 2,8, aun con todo el desgaste que tuvo la Presidenta de su capital electoral, quien se va con un 50% de popularidad.
A ello se suma que el derrotado Frente para la Victoria que apoyaba a Scioli, el representante del kichnerismo, cuenta con 100 escaños entre los diputados por sobre los 90 de agrupaciones que ungieron a Macri, quien deberá buscar apoyo en los Justicialistas disidentes y a los seguidores de Sergio Massa.
Es un buen ajedrez que por pertenecer a una nación federada, se agregan además los poderes e influencias que también se reparten entre gobernadores y el caciquismo que se observa hacia Provincias de elevado ascendiente en el segmentado mapa político de la vecina nación.
Pero no sólo la política está allí fragmentada. Tras años de ingentes fracasos para recuperar la economía de uno de los países sudamericanos de mayor riqueza productiva, Argentina presenta hoy una profunda división social entre pobres entre los cuales la profundidad de sus carencias les llevó a una vergonzosa desnutrición, un sector menor de gran riqueza y una clase media oprimida por la crisis económica.
Eso aun cuando Cristina Fernández reajustó hasta el 1000 % el salario mínimo para mantenerlo al ritmo de una información galopante.
Macri ha comprometido otorgar autonomía al Banco Central como una de las medidas para sanear la economía y emprender un equilibrio en las políticas cambiaria e inflacionaria.
Que todo fluya mejor para Argentina es un tema no menor para Chile, que bien sabemos de la importancia que nuestros vecinos en particular mejoren en beneficio de sus ciudadanos y de la sana convivencia como integrantes de un continente que aun debe buscar nuevos estatus, reducir la pobreza, quebrantar la desigualdad y elevar la calidad de vida.
La deuda con muchos sectores es demasiada, particularmente en oportunidades y en el soporte para que la calidad de vida la alcancen con autonomía y dignidad.
El triunfo de la Centro Derecha en Argentina no es garantía de una tendencia a nivel continental.
La población de estas naciones ha aprendido que más les vale el pragmatismo en función de soluciones a sus dificultades cotidianas y se ha despojado de emocionalidades ideológicas que poco le han servido.
Eso lo entenderán los políticos cuando abandonen sus burbujas que les impiden una correcta lectura del escenario social.
Y en materia diplomática a nuestros gobernantes les queda mucho por aprender. Con una Presidenta que en primera vuelta deseó éxito al candidato oficialista y que hoy debió felicitar a su rival y a una trasnochada UDI que antes que el nuevo Presidente asuma está presionando por la extradicción de un ex frentista, da cuenta que somos analfabetos en relación a negociación con países vecinos.
Y por eso, nos pasa lo que nos pasa.
En las concordancias, respecto al analfabetismo diplomático, estoy 100 % de acuerdo. Lo peor es que no es primera vez que nos sucede. Ya validamos una vez un Golpe de Estado (Venezuela) que a la media hora se probó fallido.
En las discrepancias, cómo es que el primer comentario respecto a Cristina es “el desastroso saldo” con magro crecimiento y alta inflación (relativa a un Estado subsidiario y a los impuestos al área agrícola), mientras que la primera referencia a Macri dice relación con la depresión de los mercados mundiales?
Acaso los yerros (evidentes) de la administración K tienen que ver con una realidad exclusivamente interna, mientras que Macri y su aparente libro sagrado dependerán únicamente de la coyuntura y las vicisitudes de China y otros importadores de commodities?
Las crisis mundiales afectan a todos los gobiernos, no sólo a los de “centro-derecha” (permítame el sarcasmo de las comillas). Y los errores de conducción política los cometen todos, no sólo los gobiernos socialistas o kirchneristas.
Mi estimadísimo Roberto:
Primero permítame señalarle que es un agrado recibir su comentario y segundo que me alegra que que siga teniendo ese apasionamiento para defender aquello que Ud. considera justo. Cuando se termina el apasionamiento, seguramente uno debe estar un poco muerto, creo.
Y también decirle que la diferencia entre el comentario que hice sobre la Presidenta Fernández es que hoy se puede emitir una opinión por su Gobierno que ya concluye. Es el balance al final del camino.
Y lo expresado por Macri se vincula a su circunstancias que aún ni siquiera ha comenzado su Gobierno: menciono su escenario externo como uno de los tantos desafíos que deberá encarar: lo digo claramente. Mal podría justificarlo si aun no sabemos cómo va a sortear esta realidad que por cierto enfrentó la Fernández.
Le preciso además que por fortuna, por mi experiencia, por mi individualidad y por la profesión que ambos compartimos, no me matriculo ni con derechas, ni con izquierdas ni con centros: estoy felizmente liberada de todo ideologismo.
Ojalá continúe comentando mis artículos porque el debate enriquece cualquier opinión.
Un gran abrazo desde La Serena para Ud. y su linda familia.
Prof. Susana Pozo P.
Coincido en que son diferentes análisis y me alegro que sea la suya una opinión sin matrículas. Sin embargo, he visto en diferentes medios de comunicación un desinterés (casual? premeditado?) a la hora de considerar las condiciones de los mercados mundiales al analizar el crecimiento de Chile, como si de un momento a otro (de marzo de 2014 para ser más precisos) nuestro país se hubiese vuelto inmune a cualquier variación de las potencias del orbe.
Ya me conoce. Siempre que estoy de acuerdo con usted, no comento, así que por eso aparezco poco por acá.
Un abrazo, R