Erase un vez en Hollywood

La reminiscente visión cinematográfica en el estilo de Quentin Tarantino

Erase una vez en HollywoodSharon Tate, su dramático final junto a su hijo por nacer y otras 4 personas que alojaban en su casa  el 9 de agosto de 1969- hace ya medio siglo- a manos de la secta que dirigía Charles Manson, constituye la columna vertebral de la nueva película en cartelera del director Quentin Tarantino.

Pero una de sus columnas vertebrales porque  el filme haciéndole  honor a su título- “Erase una vez en Hollywood”- se va además por otros derroteros propios de la industria cinematográfica de los vertiginosos años 60- cuando Hollywood continuaba identificándose con el Cine Western e irrumpían en ese género los llamados Spaguetti Westerns, en alusión a las producciones italianas en las que  destacó Sergio Leone y la inolvidable musicalización de Ennio Morricone.

Significaron un refresco para las películas de vaqueros y aunque se situaron en el llamado Cine B, con que se  califica despectivamente a producciones de menor tono y bajo presupuesto, para despecho de la cinematografía hollywoodense, los  western elaborados en Europa se ganaron el respeto de  los cinéfilos que valoraron  los guiones, la música y geniales producciones. Demostraron a la meca del Cine norteamericano que la producción europea no pierde su compostura ni su estilo aunque el escenario sea un concierto de balaceras entre bandidos y cazarrecompensas.

A eso alude este nuevo filme de Tarantino, en los diálogos rápidos de un actor  que ya  sufre su declive- interpretado por Leonardo Di Caprio- y su doble (el llamado stuntman), cuyo rol está a cargo de un recuperado Brad Pitt.

Estos 2 actores- recurrentes en la discreta filmografía de Tarantino- son la segunda columna vertebral, tras el telón de fondo del asesinato de  Sharon Tate.

De pronto hace su aparición el legendario Jackie Chan, así como los conflictos propios de una industria donde la competencia, el glamour, las luces de neón, las mansiones en la colina, forman también parte de las escenografías  de cartón que tan bien lucen en la producción final y que esconden la presión de actores por  incorporarse a las realizaciones bajo la omnipotencia de agentes, directores y el descarnado proceso del casting.

Todo eso es el mosaico para esta nueva producción tarantiniana cuyos 169 minutos de duración (2 horas 30)  se hacen sentir, una señal que el guion y el relato, pudo haberse compactado o que no estuvo a la altura de “Los 8 más Odiados” con la misma duración.

Pero la larga duración es uno de los sellos de Tarantino y el otro la extrema  violencia que, de tan extrema, se convierte en caricatura y es el tono humorístico de su filmografía.

Eso mismo sucede con “Erase una vez en Hollywood”, sólo que habría que criticar que lo hace con el episodio más trágico y el real que toma del historial hollywoodense.

Que él le imprimió un viraje, creo que con la aviesa intención de demostrar el poder del guionista y del realizador y para  suavizar o ilusionarse con un happy end, los espectadores no podemos sino sentirnos culpables que con ese episodio haya llegado el momento de la risotada.

El rol de Sharon Tate, sin embargo, tiene otras referencias. Uno de ellos es cuando ella va a la librería a comprar la novela “Tess”, que probablemente sea la última interacción que tuvo con su esposo, el director Roman Polanski, a quien le recomendó el libro para una próxima película. Polanski la filmaría 10 años después, en 1979, en homenaje a la malograda actriz, quien no se había equivocado en su recomendación, por cuanto el filme ganó 11 de los más importantes premios cinematográficos, entre ellos 3 Óscar. Con espléndido guion, fotografía, dirección, “Tess” es una película plenamente vigente, que  haría mucho sentido a las feministas y sus reivindicaciones.

Una vez más un Di Caprio sólido en su actuación; un Brad Pitt que nos sorprendió con un mayor histrionismo junto a su recuperada compostura física y lo grato de haber incluido en el reparto aunque fugazmente a un irreconocible Al Pacino y el aún más breve rol del incomparable Bruce Dern que  a sus 83 años no atenúa su fuerza interpretativa.

Recomendamos “Erase una vez en Hollywood” a cinéfilos, a todos aquellos que tienen referencias del Cine de los 60. Somos escépticos que sin el conocimiento de tales códigos, este nuevo filme de Tarantino tenga acogida en las nuevas generaciones que poco entenderán el contexto que atraviesa la película y la época de auge del cine porque aun no se asomaban los nuevos formatos y dispositivos para apreciar o mal apreciar el buen cine.

Susana Pozo Pizarro, es Periodista (UCh), Magíster en Información Económica. A nivel profesional ejerció en formatos de Televisión, Radio, Periódico y Revista. También se desempeñó en Comunicación Corporativa y culminó su carrera como Editora y Columnista del sector de Economía en Diario “El Mercurio” de Valparaíso. A nivel académico ocupó cargos en la Universidad de La Serena como académica, Directora de la Escuela de Periodismo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas. En 2008 recibe el Premio “Elena Caffarena” que otorga el Gobierno para reconocer a mujeres destacadas en su ámbito profesional. Hoy es columnista del Semanario “Tiempo” de La Serena y maneja este sitio para analizar la actualidad así como otros temas de interés. Nos estamos acercando a 1.800 seguidores en twitter y un número significativo que nos siguen a través del contacto directo y de correos. Nuestro interés es otorgar análisis independiente y acogemos comentarios que pueden observar enfoques distintos y opuestos al nuestro.

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