Un Apagón Solar por fortuna sólo fugaz

Apenas un breve paréntesis significará el eclipse total que  habrá mañana martes sobre la Tierra y que en Chile se extenderá entre Domeyko (Atacama) y Guanaqueros (Coquimbo). Será pasajero, pero lo suficientemente espectacular como una señal sobre la  gran magnitud que el impacto del sol representa en nuestra existencia: le debemos la vida. Este eclipse, por tanto, es un llamado a no desafiar la armonía de la naturaleza y a valorar astros clave como el sol y la luna.

Por eso, en nuestra última columna en el Semanario “Tiempo” nos imaginamos a la luna embelesada con el sol y permanentemente detenida frente al sol, impidiendo que nos llegue la energía del gran astro, que nos brinda el día y nos invita en cada jornada a reanudar nuestras actividades. Disfrutar de la vida está ligado al sol y el eclipse de mañana martes es una gran enseñanza.

Les invito a revisar mi columna  cn la supuesta ausencia del sol.

¿Y si la Luna nos hace una Jugarreta?

Semanario “Tiempo” 28/06/2019

En coincidencia con su potencial cósmico, Coquimbo será en 4 días una estrella de brillo internacional, aunque para que ello ocurra, será oscurecida por el paso de la luna al impedir al sol que ilumine la Tierra.

Sabemos que los eclipses obedecen a los desplazamientos de los cuerpos celestes y han significado avances científicos en el conocimiento del cosmos. En la  antigüedad, eran otras las creencias.

Hoy sólo nos atrevemos a hacer el símil de la condición genérica femenina de la luna, que ocultará el sol- masculino- en tiempos que la mujer se alza para eclipsar al género que por siglos predominó.

Pero lo más transcendente de este eclipse es el despertar de la población por conocer  de este fenómeno.

Hace 25 años que Chile no disfrutaba de un eclipse solar total, experiencia más espectacular que los parciales y con creces más que los lunares totales o parciales.

Este 2 de julio, el eclipse total va desde Domeyko (Atacama) a Guanaqueros (Coquimbo) donde caerá la noche en plena tarde, aparejada con un descenso importante de la temperatura. Esta inusual experiencia,  nos debiera conducir a una profunda reflexión sobre la transcendencia del sol.

Porque ¿qué sería de nosotros sin el sol? Es la pregunta que debemos hacernos, si estamos dispuestos a valorar el acontecimiento cósmico que dentro de 4 días hará brillar como estrellas internacionales a las Regiones de Coquimbo y Atacama.

Imaginemos que la luna decide hacer una jugarreta: “congela” su paso frente al sol el martes próximo y nos  condena a la penumbra, a la menor calidez y a no contar con esa estrella vital a la que rutinariamente  le prestamos tan poca atención y cuyo potencial es enorme, aún  subutilizado, para que en la Tierra dispongamos de una vida más sustentable.

Celebramos el eclipse, pero sus fugaces minutos de ocurrencia expresan la vida sin sol: privados de luz natural, temperaturas frías, Algo más definitivo: sin el astro es el fin de toda existencia, porque sin el ciclo vital, la fotosíntesis, cuyo elemento esencial es la energía lumínica proveniente del sol, no es posible vivir.

Aun no nos beneficiamos de todo el potencial del sol, que debiera ser nuestro principal recurso energético y valoramos mucho menos que las antiguas civilizaciones la trascendencia de esta gran estrella. La adoración que brindaban al Dios Sol- al Ra, Atón o Antu- no es simple mitología ni es descabellada.

Eran culturas más sabias. Ojalá que no sea entonces sólo con ocasión del eclipse que saquemos nuestra cabeza del celular y observemos con mayor gratitud a esa estrella que nos regala la vida. El apagón real es la obsesiva conexión tecnológica.

El sol ilumina y posibilita nuestra existencia. La nueva aparatología tecnológica nos obnubila, sin no la aprovechamos correctamente.

Que este eclipse nos deje una gran lección sobre la importancia del sol y su noble presencia en el universo.