El Diputado Rincón……

…..aviva el “Fuego Amigo”

ricardo rincónCon la decisión de la abanderada de la Democracia Cristiana, Carolina Goic, de sacar de la carrera parlamentaria al diputado Ricardo Rincón,  se sofocaron algunas llamas pero no el incendio, a juzgar por  las amenazas y reacciones del  congresista, quien pasará a los registros de las incorrecciones políticas como el  militante que se atreve a descalificar a su propia abanderada.

Acompañará al  senador Guido Girardi en expresiones inéditas de campañas porque nunca se  había escuchado  que las denostaciones proviniesen de las propias filas de los  candidatos.

Al “castigo” con que adjetivó Girardi a la candidatura de Guillier, el diputado Rincón llamó a Goic “a revisar su candidatura, porque no tiene destino”. La acusó además de pretender tapar los problemas internos y sus malas encuestas sacándolo de la carrera parlamentaria  y conducir  el partido hacia la derecha.

Él desconoce las atribuciones que la Junta Nacional le dio a Goic y pretende seguir con su candidatura, acudiendo a Tribunales y el Tricel.

Todo lo anterior es inédito en política. Al menos estas reacciones que  mal hablan de los políticos, como si no fuese suficiente el desprestigio ya ganado,  no se  ventilaban por  los medios de comunicación,  pero hoy  los otrora respetados Partidos Políticos, estimados como un eje prioritario en la vida democrática, han perdido la compostura, y con este espectáculo piroténico de baja categoría no hacen sino continuar horadando la adhesión ciudadana.

¿Es eso  lo que eufemísticamente se llama “fuego amigo”? ¿ Y eso es admisible?

Por eso en la columna que publicamos hoy en el Semanario “Tiempo” señalamos que con la resolución adoptada ayer por la presidenta y abanderada, la Falange no resuelve sus conflictos y añadimos ahora a lo redactado en el artículo que se añora un Gabriel Valdés, un Radomiro Tomic, un Frei Montalva o un Patricio Aylwin, quienes  sustentaron sus liderazgos en los principios social cristianos que inspiraron la formación falangista.

Comparto con nuestros lectores el artículo que hoy  nos publica el Semanario “Tiempo”

El Diputado de la Discordia

Si alguien duda que las crisis representan oportunidades, de ahora en adelante tendrá un buen ejemplo en contrario tras la gran crisis  que  vive la Democracia Cristiana y que ha transitado desde  su participación en un Gobierno escorado a la izquierda a su desafiliación electoral para llevar candidatura propia.

En todo ese tránsito, su  principal pérdida ha sido la de su identidad y con ello, la desafectación de la ciudadanía que reconocía en la Falange  a un partido de centro, de principios social cristianos y doctrinas valóricas de  familia y  vida.

No es el otrora exultante partido que movió masas cuando la adhesión ciudadana se manifestaba en pacíficas  manifestaciones públicas y no existían las encuestas, convertidas hoy en la plaza pública  con que la ciudadanía levanta o baja su  pulgar sentenciador.

Entre esas convocatorias masivas y los sondeos de consultoras buscando su minuto de gloria para acertar con sus  diagnósticos, ha corrido  mucha agua bajo el puente de la corriente falangista  y ha sido un partido devenido de potentado a una hoy jibarizada colectividad.

Las cifras son elocuentes. En 1965, la DC obtuvo 82 escaños de  147 en la Cámara Baja, hoy sólo  cuenta con 22 representantes. Su pináculo en  el Senado fue en 1969, con 22 asientos, versus los 6 actuales.

Esta semana la DC vivió una mega  crisis, a propósito del diputado de la discordia, Ricardo Rincón, a quien la Junta Nacional visó su  repostulación a la Cámara, a pesar de la acusación de  violencia intrafamiliar que según el medio denunciante-“El Mostrador”- está acreditada en los tribunales  y fallada una sanción que el parlamentario incumplió.

Difícil identificar en una colectividad que hoy se  debate  en la ambigüedad y el divisionismo interno de  un corazón fracturado, cuáles han sido las encubiertas intenciones  de  la última  Junta Nacional para persistir en incluirlo en la boleta  electoral, que no sea imprimir severo castigo a su abanderada, Carolina Goic, replicando el símil a lo acontecido con la  pre-candidatura de Lagos.

Pero para situar el escenario en su contexto hay que decir que Rincón no es el principal detonante del conflicto que hoy vive la Falange, sino sus diferencias internas y fundamentalmente lo ya señalado, su desaparecida identidad.

Para ser justo, además de Rincón deben revisarse otros casos  sensibles de ser cuestionados en el listado parlamentario porque  el discurso de  Goic, tras aceptar la continuidad de su postulación, queda claro que en definitiva hay voluntad de transmitir a la ciudadanía la intención de retomar los principios  de la DC.

De esta crisis, la Falange sale fortalecida pero no resuelve todos sus problemas internos. Gana sí frente a la ciudadanía que quisiese  ver atisbos, por lo menos, entre la clase política que los discursos sean coherentes con las actuaciones y quien incurre en faltas debe ser sancionado.

Susana Pozo Pizarro, es Periodista (UCh), Magíster en Información Económica. A nivel profesional ejerció en formatos de Televisión, Radio, Periódico y Revista. También se desempeñó en Comunicación Corporativa y culminó su carrera como Editora y Columnista del sector de Economía en Diario “El Mercurio” de Valparaíso. A nivel académico ocupó cargos en la Universidad de La Serena como académica, Directora de la Escuela de Periodismo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas. En 2008 recibe el Premio “Elena Caffarena” que otorga el Gobierno para reconocer a mujeres destacadas en su ámbito profesional. Hoy es columnista del Semanario “Tiempo” de La Serena y maneja este sitio para analizar la actualidad así como otros temas de interés. Nos estamos acercando a 1.800 seguidores en twitter y un número significativo que nos siguen a través del contacto directo y de correos. Nuestro interés es otorgar análisis independiente y acogemos comentarios que pueden observar enfoques distintos y opuestos al nuestro.

Susana Pozo – who has written posts on Agenda Alternativa.


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