¿Dónde va preferentemente el Dinero Público que se destina a Universidades?
Vamos a ir directamente al grano con este artículo que reafirmará lo que hemos sostenido en estos últimos 3 años al menos en 7 artículos en cuanto que las universidades privadas asociadas en el llamado G-9 tienen la predominancia en lograr dineros fiscales.
Varias asignaciones son meritorias, no lo negamos. Porque llegan por la vía de los beneficios a estudiantes y otras por el trabajo que hacen en Investigación, Innovación y Transferencia en Investigación Aplicada.
Con todo, cuentan con ciertos privilegios que hoy no se sostienen si quieren participar con lo que todos pregonan y nadie practica: el avance a la igualdad al otorgar reales oportunidades- particularmente en Educación- a los grupos más vulnerables. Eso no se logra beneficiando mayoritariamente con presupuesto fiscal a universidades donde se educan jóvenes de los deciles más altos.
La semana pasada elaboramos un artículo sobre el tema y en el texto prometimos añadir más antecedentes que prueban cuan injustificada es la presión del G-9 por lograr mayor presupuesto fiscal que el que hoy se les asigna.
Es posible que desaparezcan algunas asignaciones retrogradas como el AFI y otras que ellos alegan son históricas. Como universidades, sus autoridades bien debieran entender que lo histórico debe quedarse en eso: formar parte de la historia y que el mundo cambia, con transformaciones muchas de las cuales se construyen desde las universidades.
A la columna que acompaña este texto, agregaremos los siguientes antecedentes que dan cuenta del privilegiado trato a las también llamadas universidades privadas del Consejo de Rectores (UP-CRUCH):
La asignación a los mejores puntajes, el 41% de los recursos se los lleva el G-9.
Este año- como se señala en la columna- los Fondos Basales por Desempeño fueron en su totalidad a las arcas de estas 9 universidades, con el 24% del total destinados a la Pontifica Universidad Católica (PUC).
En Fondos Corfo a la Competitividad y la Transferencia Tecnológica, las 9 privadas del Consejo de Rectores se adjudicaron similar suma que las 16 estatales.
Los Gobiernos Regionales (GORE) favorecieron mayoritariamente a los planteles del G-9, en segundo término a las privadas y en última preferencia a las estatales.
Las asignaciones a las universidades regionales, un 23,9% lo captaron 3 instituciones privadas del CRUCH y el 55,4% fue a las universidades estatales. Los montos restantes se destinaron a Centros de Formación Técnica, algunos asociados a las redes de universidades católicas.
El informe de Contraloría- del cual extrajimos estos antecedentes- señala claramente en sus conclusiones que una vez más se establece que los recursos fiscales van mayoritariamente a las universidades privadas del Consejo de Rectores.
Desde esa perspectiva, contarán con más recursos para contratar cuerpo docente que otorgue dedicación exclusiva a la investigación, cerrando el círculo virtuoso que por esa vía podrán también asignarse otros fondos fiscales que les mantendrá siempre en ventaja.
Seguramente son meritorios, pero no le peleen los dineros de las estatales, donde se educan los más vulnerables.
Otro mito que debe desterrarse es que a los estudiantes no se les beneficia en sus demandas.
Del total de fondos a universidades, el 68,7% fue para los estudiantes y el 31,5% a las instituciones.
Al interior de las 16 universidades estatales, la Universidad de Chile captura una gran tajada y cuenta con asignaciones monopólicas, reafirmando el centralismo que contradice una promesa de campaña.
Estas son:
- Programa de Medición de Riesgo Sísmico
- Actividades de la Orquesta Sinfónica de Chile
- Actividades del Ballet Nacional
- Actividades de la Camerata Vocal de la Universidad de Chile.
¿Y el fomento a la actividad cultural en regiones, cuándo?
Del total de 60 planteles beneficiados con platas públicas, hay 16 privados que no están acreditados.
Y varias universidades privadas obtienen mayores recursos que algunas estatales regionales.
Les invito a leer la columna publicada el pasado viernes.
Por un Puñado de Dólares
Semanario “Tiempo” – 15.07.2016
Así se tituló el primer spaguetti western con que las películas del Viejo Oeste reconquistaron popularidad.
Los balazos llovían entre el sheriff, el bandidaje y los caza-recompensas, bajo el arrullo musical de Ennio Morricone.
En Chile tenemos nuestros spaguetti westerns porque por un puñado de dólares y por lograr un botín muchos se cortan las venas.
Ya sea con artimañas espurias que ha dado lugar a una corrupción generalizada o por razones nobles y accediendo a plata “blanca”.
En este último caso se circunscriben los aportes estatales en Educación que tras la Reforma debieran modificar su distribución.
El llamado G-9, capitalista nomenclatura para identificar las 6 Universidades Católicas, más la Santa María, Concepción y Austral, están en la línea de tiro para mantener privilegios económicos que hoy no se sostienen.
Los dineros recibidos por el G-9 dan cuenta de una inaceptable injusticia y de descuido de los sucesivos Gobiernos por las universidades estatales.
Por ejemplo, el G-9 tiene el monopolio en Fondos Basales por Desempeño. Este año recibieron $ 11.000 millones con la parte del león para la más poderosa, la Pontificia Universidad Católica.
Y si hablamos de discriminación, esta sí lo es.
Así como es indignantemente recesivo el Aporte Fiscal Indirecto (AFI) que se otorga a los 27.000 mejores puntajes: es el premio al ingreso a la enseñanza superior que es de beneficio mayoritario para los jóvenes de nivel socio-económico superior.
Eso explica que el G-9 se ufane de educar al 71% más talentoso del país. Se hace con fondos fiscales y sería la pérdida que lloran. Si pretenden retener esta selección, deberán- esperamos- hacerlo con sus propios recursos.
En Aporte Fiscal Directo (AFD) 2015, 4 planteles G-9 se situaron en los lugares 2,3,4 y 5 con el 35% del total de recursos entre 25 planteles.
Todas las G-9 además están entre las 30 universidades con mayores aportes estatales para estudiantes e instituciones y los fondos asignados a esas Top-30 significaron el 80,1% del presupuesto fiscal 2015.
Y si piensa que los Gobiernos Regionales (GORE) fueron dadivosos con los planteles fiscales, se equivoca medio a medio.
Seis instituciones del G-9 se llevaron los mayores montos. Las G-9 captaron el 49,4% de Recursos Gore; un 25,7% fue para planteles privados y el 24,9% a instituciones fiscales.
El GORE Coquimbo distribuyó el 60% de los aportes universidades a la UCN, un 10% a las privadas. Sólo el 30% restante fue para la Universidad de La Serena.
En Aportes Fiscales Directos, la ULS también está rezagada con respecto a la UCN. Esta última recibió este año $ 9 mil 153 millones, un 50% más que la estatal, con $ 4 mil 232 millones.
La danza de cifras que demuestra la predominancia G-9 en obtención de recursos fiscales supera los balazos en los spaguetti-westerns.
Los ampliaremos en la edición de esta columna en nuestra página agendalternativa.cl
Susana Pozo Pizarro, es Periodista (UCh), Magíster en Información Económica. A nivel profesional ejerció en formatos de Televisión, Radio, Periódico y Revista. También se desempeñó en Comunicación Corporativa y culminó su carrera como Editora y Columnista del sector de Economía en Diario “El Mercurio” de Valparaíso. A nivel académico ocupó cargos en la Universidad de La Serena como académica, Directora de la Escuela de Periodismo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas. En 2008 recibe el Premio “Elena Caffarena” que otorga el Gobierno para reconocer a mujeres destacadas en su ámbito profesional. Hoy es columnista del Semanario “Tiempo” de La Serena y maneja este sitio para analizar la actualidad así como otros temas de interés. Nos estamos acercando a 1.800 seguidores en twitter y un número significativo que nos siguen a través del contacto directo y de correos. Nuestro interés es otorgar análisis independiente y acogemos comentarios que pueden observar enfoques distintos y opuestos al nuestro.
Susana Pozo – who has written 670 posts on Agenda Alternativa.
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