Una Caja de Pandora y el Notario que emerge de las tinieblas

 

A propósito del pre-candidato que sostuvo esotérico encuentro con un notario nos recordamos de un olvidado proyecto de ley

notarioAun no concluye la caja de Pandora abierta a propósito de elecciones pasadas y futuras,  cuyos aspirantes han protagonizado  triquiñuelas varias para romper la barrera de la regulación en sus inscripciones.

Y todavía no nos recuperábamos de las 23.000 firmas fraudulentas del candidato de la Lista del Pueblo suscritas ante un notario ya fallecido. cuando la fé pública recibe otra bofetada de manos de un constituyente que sustentó su campaña generando compasión por un mal inexistente.

Esa es una noticia en pleno desarrollo no sólo por la resistencia de la Asamblea Constitucional a reprobar tal engaño. También hay un vacío legal y el propio inculpado no admite de plano una situación dolosa.

Un tercer candidato cuestionado- el insistente Marco Enríquez-Ominami-vuelve a la nómina presidencial, tras pronunciamiento del Tricel que estimó que hay una absolución de cargos por financiamiento irregular de la política. Vuelve por segunda vez a la inscripción de presidenciales, dejando una estela de división con la Unidad Constituyente y fuera de carrera de  la re-elección a los parlamentarios de su coalición: Alejandro Guillier y Alejandro Navarro. Con todo, MEO aun tiene cuestiones judiciales pendientes en el caso Soquimich que podrían generar una tercera salida de la boleta presidencial.

La encrucijada que generó Rodrigo Rojas Vade la abordaremos en un próximo artículo, pero lo ocurrido con el  frustrado candidato Daniel Ancalao y las firmas notariales falsas  han permitido recordar el olvidado proyecto de modernización de las notarías, un servicio que no resulta grato para los chilenos, por sus costos y  por las largas esperas.

Además aun se mantiene  lo poco transparente de las designaciones de notarios, algunos aun sujetos a la voluntad política.

La de la notaría es además una actividad como miles de otras que sufren el mal de la centralización, con muchas ofertas del servicio en la Región Metropolitana y las de mayor concentración poblacional y con escasas propuestas en localidades pequeñas.

¿Por qué si cumplen un servicio  que muchos ciudadanos se ven obligados a realizar, existe una aglutinación excesiva de oferta en zonas de alta densidad demográfica y los poblados menores no cuentan con el servicio? Pregunta sin respuesta, al igual que el enorme retraso en una ley que ya hace muchos años debiera estar vigente y que prometía resolver todos los males  derivados de la actividad notarial pensando en el beneficio ciudadano. Si analogamos con el mito de Pandora, ésta destapó su caja y dejó fluir los males hacia el mundo.

Si los parlamentarios abrieran el baúl de los proyectos hibernados y reflotaran la ley de modernización notarial, al contrario de la leyenda de Pandora, podrían ¡alguna vez! disipar las tribulaciones del ciudadano cuando debe hacer trámites notariales.

¿Por qué esta iniciativa sufre la desidia parlamentaria? Uno de los argumentos sustentados por los mismos parlamentarios es que habría muchos apellidos de notarios ligados a políticos, es decir lazos de sangre.

Hay una opacidad además en la continuidad de notarías que quedaron vacantes por fallecimiento o retiro del titular y que continúan por arte de magia funcionando como si fuese una dinastía de familia,  como si el cargo fuese un patrimonio heredable.

Daniel Ancalao tuvo un esotérico encuentro con un notario quien- al igual que Lázaro-se levantó de su tumba para dar fé que 23.000 ciudadanos le ungían como candidato. Ese es el tema que le invitamos a leer. Una historia que entrelaza el mal de las notarías y la pillería de las inscripciones.

La Notaría de Lázaro

Semanario “Tiempo” 03/09/21

¿Quién alguna vez en su vida no ha tenido que enfrentar tediosas esperas en una notaría? ¿Cuántos ante esa atestada permanencia fantasean sobre las jugosas rentas notariales?

Porque una gran mayoría de gestiones legales requiere de ese premio final: la firma del notario que abre las puertas a un universo de procedimientos.

¿Y cuántos habrán conocido al dueño de tan preciada rúbrica? ¿Cuántos podrán decir, es un señor bajito de bigote que me miró fijamente a los ojos antes de asegurar con su preciada rúbrica que yo era yo?

Ah eso es lotería. La mayoría deja esa atestada oficina- cuya modestia a veces no se condice con los ingresos que percibe- con un documento que lleva en sí la mentira de un trámite que asegura “haber firmado ante mí”.

Para ser justos, digamos que el notario es un ministro de fé para facilitar un sinfín de trámites personales, entre terceros y sociedades, pero que por su antigüedad debe ser modernizado y hacer una profunda revisión de aquél papeleo que no tiene cabida en el Chile actual, así como colocar límite a sus onerosos aranceles.

Es decir, democratizar una acción legal que viene de tiempos pretéritos, con todos los vicios como nombramientos vitalicios que aun persisten y la designación política.

Una reforma que viene desde  varios Gobiernos atrás y duerme el sueño inexplicable en trámite parlamentario.

Siempre se susurran los cruces con el sector político, que dilatan su aprobación ¡pero nadie le pone el cascabel al gato!

La informalidad en trámites notariales saltó al nivel de escándalo la semana reciente cuando cayó el candidato de la Lista del Pueblo, Diego Ancalao, después que el Servel revisara las 33.000 firmas que le exigían como postulante Independiente a La Moneda y unas 23.000 estaban autorizadas por un notario, ¡fallecido hace algunos meses!

No sondearemos sobre este caso porque el propio excandidato ha prometido “destapar” quien frustró su postulación, pero huele a algo más profundo-.

Como sea, asoma la desconfianza.

¿Es este el primer caso de firmas en la Notaría de Lázaro?, para hacer referencia al cristiano resucitado por Jesús.

¿Hay más Notarías “Lázaro”? ¿En cuántas otras oportunidades pudo torcerse la nariz de la regulación para obtener el pase camino a una candidatura pública?

Todas interrogantes legítimas y que imponen al Servicio Electoral dar seguridades a la ciudadanía de aplicar una gran rigurosidad en la revisión de las postulaciones.

Así como corresponderá a las instituciones policiales indagar que no exista una práctica, maquinaria, operativo para hacer milagros como Jesús y resucitar notarios, timbres y firmas que habían pasado a mejor vida.

La columna de la semana anterior anticipamos esa mala fragancia, al menos una anormalidad en comportamientos reñidos con lo que debiera ser lo políticamente correcto y la blancura de los patrocinios.

Nos quedamos corta, tras saber este caso que nos plantea la interrogante si esta telenovela ha llegado a su fin.

Susana Pozo Pizarro, es Periodista (UCh), Magíster en Información Económica. A nivel profesional ejerció en formatos de Televisión, Radio, Periódico y Revista. También se desempeñó en Comunicación Corporativa y culminó su carrera como Editora y Columnista del sector de Economía en Diario “El Mercurio” de Valparaíso. A nivel académico ocupó cargos en la Universidad de La Serena como académica, Directora de la Escuela de Periodismo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas. En 2008 recibe el Premio “Elena Caffarena” que otorga el Gobierno para reconocer a mujeres destacadas en su ámbito profesional. Hoy es columnista del Semanario “Tiempo” de La Serena y maneja este sitio para analizar la actualidad así como otros temas de interés. Nos estamos acercando a 1.800 seguidores en twitter y un número significativo que nos siguen a través del contacto directo y de correos. Nuestro interés es otorgar análisis independiente y acogemos comentarios que pueden observar enfoques distintos y opuestos al nuestro.

Susana Pozo – who has written posts on Agenda Alternativa.


Agregar un comentario