Tablas santiaguinas reciben a Ricardo Darín
El actor trae la aplaudida obra de Bergman “Escenas de la Vida Conyugal”
La recomendamos, así como a su premiada cinta “Truman” que aquí comentamos
A tablero vuelto (todo vendido) están las entradas para la obra “Escenas de la Vida Conyugal” que trae por primera vez a Chile al exitoso actor argentino Ricardo Darín en funciones programadas para la segunda semana de mayo en Santiago.
Esta puesta en escena la disfrutamos en Buenos Aires el año pasado. En el vecino país, el montaje ha estado sobre las tablas durante los 3 últimos años y ahora formará parte de la primera gira que el talentoso actor hace a nuestro país. En Chile, la taquilla se completó apenas iniciada la venta, lo que da cuenta de la popularidad del elenco que encabeza Darín y que integra como directora la actriz Norma Aleandro (“El Hijo de la Novia”). Lo óptimo hubiese sido que esta representación llegara a regiones, pero éstas lamentablemente carecen de recintos que permitan rentabilizar obras de elevado costo.
Resultaría conveniente, en una acción descentralizadora, que sea el sector ´privado o el público o ambos co-subsidien tantos espectáculos de los cuales se excluye al público regional.
Darin está en su mejor momento, porque es uno de los actores más demandados, tanto en las tablas como en el cine a nivel hispanoamericano. Acaba de obtener el Premio Goya por la película “Truman”, co-producción hispano-argentina que ahora comentaremos.
Tuvimos la suerte de ver esta cinta en sala el verano pasado y la recomendamos ahora para ser adquirida a través de la web, como una realización de tono intimista, cuyo mérito es elevar valores hoy escasos: la amistad, la lealtad y la incondicionalidad en la camaradería.
“Truman” aborda estas virtudes desde su más profunda conexión, aquella que no claudica ante distancias, dificultades y crisis.
La realización retrotrae la camaradería a esa ya caduca pero buena práctica del encuentro, que hoy está siendo lamentablemente reemplazada por una conexión virtual de menor calidad, y eso fue lo que valoró el Jurado del Premio Goya en esta producción catalana.
Y en buena hora que desde la cinematografia, apabullada por tantas propuestas bullangueras, de baja calidad, se premien estos relatos íntimos así como resulta lamentable que algunos críticos lo hubiesen catalogado como un filme de instrumentalizado sentimentalismo para captar público.
Como respuesta a esa visión signo de los tiempos, esta cinta se llevó 5 Premios Goya y fue además galardonada en otras tantas asociaciones que distinguen anualmente el trabajo del Cine en habla hispana.
Ricardo Darín, el intérprete hoy convertido en el regalón de los directores hispanoparlantes, abrazó por segundo año consecutivo el Goya, esta vez uno propio, al ser distinguido como el Mejor Actor Protagonista por su papel en esta sutil cinta.
El año pasado, Darín compartió la misma estatuilla por su participación en la realización que se llevó el premio a la Mejor Película Hispanoamericana, “Relatos Salvajes”, aplaudida y disfrutada por millones de espectadores y que comentamos profusamente en estas páginas.
También Javier Cámara, quien actúa en “Truman” en binomio con Darín, obtuvo el mismo reconocimiento en la categoría al Mejor Intérprete de Reparto, lo que da cuenta del afianzamiento entre ambos en sus roles.
En la cinta, Truman es un perro y qué mejor que simbolizar en un can la amistad incondicional, a toda prueba.
Los perros- que no tienen idea de conexiones en mundos virtuales- practican con mayor eficacia la amistad que muchos quienes ensimismados en sus nexos virtuales ejercitan así sus afectos y restan tiempo y esfuerzo a practicar la camaradería como la muestra este filme: una amistad que venció las distancias, y dedicó tiempo para acoger al otro, en la dramática situación que enfrentaba el protagonista.
Pero no se crea que esta realización catalana del director Cecs Gay es la típica narración de las peripecias de un perro y su amo, que ese es un tema recurrente en el cine hollywoodense tratado como comedia (“Beethoven”) o con toques sentimentales (“Marley y yo”). Ambas muy respetables y queribles.
“Truman” va por otro vía.
Este perro llamado Truman es uno de los tantos concurrentes en este ensalzamiento del compañerismo inclaudicable que hace esta cinta. El can ha logrado despertar en su amo tanto afecto por los años compartidos y será al que más le está costando decir adiós. El can será quien mantendrá la conexión del protagonista con sus extrañables amigos, los pocos que estuvieron en momentos dramáticos. El perro será el nexo para que esa amistad perdure aun cuando eso no sea posible.
El relato de “Truman” aborda asuntos complejos como la muerte, el desempleo y, en contraste con la confraternidad hace presente también el abandono de aquellos cuya amistad es tan feble y de baja calidad que no resiste crisis ni vendavales. O simplemente carecen de los valores y las sensibilidades necesarias para comprender al otro.
Esta es una cinta sutil, discreta, que enuncia y propone sin parafernalia ni dramones llorados lo que aguarda al protagonista. Por eso no compartimos la mañosa versión de críticos que ven esta película como un aprovechamiento comercial, Muestra también cómo los verdaderos amigos aceptan las complejas decisiones del otro como un gesto de afecto incondicional.
El rol principal, para el punto de discreción que pretendía el director, estaba perfilado para Darin, que suele ser seleccionado para estos papeles.
El intérprete trasandino está encasillado en estos papeles intimistas que le han otorgado satisfacciones, reconocimiento y premios. La excepción es la también premiada “Relatos Salvajes”, lo que da cuenta de su versatilidad.
Recomendamos “Truman”, una propuesta que invita a recuperar ya olvidados rituales en una sociedad que avanza de forma vertiginosa hacia un inquietante individualismo.
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