“Toro Salvaje”: Salvaje Fiesta Cinematográfica
¿Cómo es posible que una de las mejores películas de todos los tiempos- “Toro Salvaje”- apenas merezca una docena de espectadores en su retorno a la pantalla grande?
Esta lamentable respuesta de concurrencia ocurrió ayer sábado en La Serena y tal vez habría que adecuar la famosa frase en cuanto que los países tienen los Gobiernos que se merecen, y en este caso habría que decir también que “el público tiene la cartelera que se merece”.
Y es lamentable porque uno de los méritos que le reconocemos a la cadena Cinemark es el reciente ciclo que ha puesto en pantalla películas clásicas en alta definición, entre las que figura “Toro Salvaje”, exhibida ayer sábado, mañana domingo y el miércoles próximo.
Es cierto, fue virtualmente una antigua “matinée”, porque se exhibió en única función a las 15:00 hrs. Y habrá que entender que en esta decisión prima que el público no responde o no está suficientemente informado de estas producciones que se sitúan en la cima del cine estadounidense.
“Toro Salvaje” relata la vida, pasión y autocrucifixión del boxeador Jake La Motta, quien fue un gran triunfador arriba del cuadrilátero y un gran perdedor en su vida personal.
La cinta coloca el acento en este recorrido que hace el protagonista quien termina derrotado por sus propios fantasmas.
No es extraña ni única esta trayectoria en los boxeadores, quienes de tanto recibir golpes terminan convirtiendo su vida privada en un caos. Así ocurrió con el chileno Martin Vargas y también con Cassius Clay, lo que ratifica que este mal llamado deporte, no es sino un espectáculo muy brutal.
En esa misma ruta se inscribe la vida de La Motta, quien nacido en el Bronx llega a la cumbre en la categoría Peso Mediano y ha sido uno de los boxeadores de mayor prestigio al vencer en el 80% del más centenar de enfrentamientos que tuvo.
Pero la historia que retrata el director Martin Scorsese es la de un perdedor, de un autoinmolador y convierte su vida en un desastre que le lleva a una gran soledad en su madurez, cuando ya está abandonado por su mujer, su hermano y la gloria que los golpes le dieron ya se fueron.
“Toro Salvaje”, uno de los apodos de la Motta- porque en eso se convertía arriba del ring y también fuera del cuadrilátero- está basado en el libro del mismo boxeador que terminó su trayectoria como showman en cabarets de los 60.
Y si la vida del boxeador fue un desastre, no lo fue el filme que reúne un sinnúmero de méritos técnicos y de actuación.
Digamos primero que “Toro Salvaje” reúne una trilogía de excepción: el director Martín Scorsese y los actores Robert de Niro y Joe Pesci y con eso ya es suficiente para señalar que ésta es una extraordinaria película, que aun se inscribe, tras su cuarto siglo de trayectoria, como una de las mejores películas de todos los tiempos, calificación reiterada por varias agrupaciones de especialistas cinematográficos.
De Niro logró con este filme uno de sus dos Oscar al mejor actor, porque en realidad su actuación es descollante.
Y como no, si es uno de los alter ego de Scorsese, quien parece obtener del actor su mejor potencial histriónico.
Junto a Scorsese, este versátil actor ha interpretado los roles principales de “Cabo de Miedo”, “Casino”, “El Rey de la Comedia” y “Buenos Muchachos”, todas propuestas ampliamente recomendables.
En las dos últimas películas se repite la dupla de Niro-Pesci. Este último intérprete es uno de los grandes del celuloide norteamericano en roles secundarios, particularmente en representaciones gansteriles.
El segundo Oscar de “Toro Salvaje” fue al Mejor Montaje, que es en realidad extraordinario, al convertir esas masacres que se desarrollan arriba del ring en una fiesta visual, gracias a la mano de Scorsese y de la montajista que fue premiada con el galardón.
Un acierto fue la opción del director para filmar en el reminiscente blanco y negro, que otorga más dramatismo al relato.
El inicio del film ya permite adivinar que estamos frente a una gran realización. Es una fiesta audiovisual de extraordinaria estética que reúne una extraordinaria banda sonora y un plano corto con un boxeador en plena preparación para el combate.
Esa escena- a pesar de ser la primera- podrá ser siempre recordada como una de las mejores facturas cinematográficas con la que se da curso a una película realmente extraordinaria.
“Toro Salvaje” bien vale la pena sacrificar hoy la siesta dominical y estimular a la cadena de las cabritas para que incluya otras joyitas de la cinematografía del nivel como esta realización de Martin Scorsese.
Este director tuvo la virtud de revertir un espectáculo bárbaro es una fiesta para los sentidos de gran profundidad estética: no se la pierda.
Comments
No comment