“Tess” ha sido una de las películas más relevantes en la filmografía de Roman Polanski, el octogenario director de cine. En ambos, el filme y el cineasta, se focalizó el último capítulo de la serie “La historia detrás de….” que este mes transmite el Canal F&A
La cinta podríamos inscribirla en lo más europeo en su estilo de trabajo, pero no la más representativa de su trayectoria. ¿Por qué fue elegida para analizar a Polanski? Simplemente- creo- porque este excelente documental es de factura francesa y en Francia tuvo lugar también el rodaje de “Tess”, no obstante que el libro de igual nombre del escritor Thomas Hardy tiene como escenario la campiña inglesa.
Toda un mezcla de intereses y circunstancias en las locaciones tanto de la película como de la producción del F&A.
Podemos en ese aspecto también hacer la analogía con la vida de Polanski quien ha seguido una tortuosa ruta de encuentros y desencuentros en los países que ha permanecido: Francia, Polonia y Estados Unidos. Desde los tres, alguna vez emigró o ingresó tras dramáticos episodios que dan cuenta de una vida con trágicos acontecimientos. En la entrevista que documenta “Tras la historia de….” Polanski explica estos hechos simplemente como propios del azar, del destino. Se lo ha tomado con la tranquilidad que puede asumir cuando está próximo a cumplir 80 años, pero eso no significa que debe haber sido difícil encarar las situaciones límites que le tocó vivir y desde esa perspectiva, Polanski ha debido actuar como un camaleón, rearmándose y buscando nuevos rumbos.
Hijo de polacos, pero nacido en Francia, sus padres tomaron la errónea decisión de retornar a su patria a escasos meses que Polonia fuera ocupada por la bota nazi. Allí perdió a su madre enviada a un campo de exterminio y su padre le abandonó para reestructurar su propia vida. Sin amparo, enfrentó una infancia paupérrima antes de ser adoptado por una familia que logró sacarle adelante.
Todo eso pertenece a la esfera íntima del cineasta pero lo relato porque algunos de los dramáticos episodios de su vida están muy presentes en sus cintas. En esa línea se inscribe “El Pianista”, la película que le permitió ganar el Oscar al Mejor Director en 2002, al llevar a escena la historia de un músico judío quien, separado de su familia, logró salvar del Holocausto gracias a su talento artístico. Debió haberse identificado plenamente con el protagonista tras leer esta historia que es también de la vida real.
Polanski volvió más atrás, a su infancia, cuando filmó “Oliver Twist”, el clásico de Dickens que retrata el abandono en la niñez. De este director se dice que debió mendigar para lograr alimentarse en una Cracovia devastada por la guerra.
Hay también versiones en cuanto a que la extrema violencia que se observa en su versión fílmica para “Macbeth” de Shakespeare, tiene explicación en su estado de ánimo, pues esta cinta la filmó tras el asesinato de su esposa, Sharon Tate, ocurrido en un virtual baño de sangre en su mansión de California.
Y otra de sus más taquilleras películas tiene también vínculos premonitorios con este trágico suceso, cuando no perdió sólo a su mujer, sino también su primer hijo por nacer.
Me refiero a “El Bebé de Rosemary”, cinta que narra el nacimiento de un niño que supuestamente es el diablo y cuya concepción está en conocimiento de truculentos vecinos y el cónyuge de la protagonista interpretada por Mia Farrow. No concluyan que hago un símil de su truncada paternidad con el diablo. La analogía es en cuanto a que la actriz y su hijo fueron víctimas de una banda liderada por Charles Manson, cuyos integrantes, enajenados por el LSD, se dedicaban además a prácticas esotéricas. Algo similar le ocurre a Rosemary al quedar presa de un confabulado grupo que amparaba el nacimiento de satán.
También está la versión en cuanto a que la masacre en la casa de Polanski fue un vil acto de venganza por el tema planteado en “El Bebé de Rosemary”, una película de clara influencia hitchconiana. Manson nunca ha querido referirse a las motivaciones que tuvo para liderar el asesinato masivo que marcó la vida del cineasta.
“Tess”- lo ha afirmado él- fue una cinta filmada en homenaje a Sharon Tate, quien le regaló la novela y lo animó a que rodara la versión fílmica. Según el cineasta, ese fue uno de los últimos contactos con su esposa en vida, días antes de que partiera a Francia, donde se encontraba trabajando al momento de los trágicos sucesos.
El admite en “La historia detrás de….” que le resulta más cómodo dirigir temas sobre los cuales ha tenido experiencias personales.
Las otras obsesiones de Polanski tienen que ver con el denominado terror sicológico. Varias de sus películas persisten en personajes presos de sus obstinaciones y perturbaciones.
En esa categoría se inscribe su primera película, “El Cuchillo en el Agua”, que empezó a perfilarlo como un gran director.
Citemos en este subgénero cinematográfico a películas como “Repulsión” con Catherine Deneuve; “El Inquilino” con Isabelle Adjani; “Chinatown”, interpretada por un juvenil Jack Nicholson y Faye Dunaway; “El Escritor” con Pier Brosnan y “Luna de Hiel” con Peter Coyote.
La violencia en el cine de Polanski está más relacionada con las obcecaciones y confusiones de los personajes y de la forma en que se relacionan que a las situaciones a que se ven enfrentados.
“Tess”- eje del relato sobre la filmografía de Polanski en este documental- narra la historia de una joven campesina y su dramática trayectoria hacia un muy crudo final, algo que debe haber seducido a Polanski para hacer la versión fílmica. La gran mayoría de los personajes de Polanski tiene un trágico término.
Es una cinta merecedora de todos los galardones que recibió a los inicios de los 80: 3 Oscar y otros 8 galardones del mundo cinematográfico. En esta producción relucen los méritos del director y su equipo dando vida fílmica a una novela emblemática de la época victoriana, cuando la mujer era objeto e instrumento de una cultura decimonónica que escasísimo valor asignaba a la figura femenina.
Destacan de manera sublime la fotografía, el paisaje, las costumbres bucólicas propias de la antesala al despegue industrial y personajes puestos a un punto por Polanski. En el documental, el cineasta admite también que su experiencia como peón de estancia en su juventud le sirvió para rodar esta inolvidable cinta que descubrió además como una actriz con gran futuro a una juvenil Natssaja Kinski en el rol de Tess.
Este filme representa el retorno de Polanski al cine europeo, específicamente a su trabajo en Francia, donde todavía vive y llegó, tras dramático episodio vivido en Estados Unidos.
En “La historia detrás de…..” los productores de la película relatan que recibieron con los brazos abiertos a este director quien buscaba refugio en su patria para huir del proceso que se le seguía en Estados Unidos por el delito de estupro contra una menor de 13 años.
La protagonista de este episodio, reveló hace un par de años, que en los hechos participó con pleno consentimiento y que nunca tuvo un sentimiento de reproche hacia Polanski. Para este último significó un quiebre en su carrera en Hollywood, pero consignemos finalmente que este cineasta representa con mayor propiedad el cine europeo que el norteamericano.
Digamos como corolario que la vida del propio Polanski tiene ingredientes como para un film del llamado cine negro, de esos a los que él mismo ha estado vinculado.
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