¿Terminemos con la lesera?
¿Qué quiso realmente decir la Presidenta?
Fue la frase del día ayer jueves, circuló rauda por las redes sociales y provino de la propia Presidenta Bachelet, para demostrar su molestia ante los periodistas que le consultaron por el nombramiento del nuevo Secretario General de la Presidencia en reemplazo de la frustrada designación del ya ex ministro y ex diputado Jorge Insunza.
Profundicemos sobre la frase.
¿Qué quiso decir la mandataria?
¿Qué los periodistas preguntaban leseras?
¿O que constituía una “lesera” preocuparse del nombramiento de un ministro?
No me queda claro, pero me disgustan las dos alternativas.
La primera, me parece un insulto en la cara de los reporteros que la gobernante les adjudique la intención de estar preguntando “leseras”. Son quienes permanecen todos los días a las puertas de La Moneda enfrentando, sol, calor, frío o lluvia, que promocionan el quehacer del Gobierno, que son sus fuentes y llevan a la Opinión Pública las iniciativas, políticas, propuestas, cuñas y promociones de la mandataria y su gabinete.
Pero al margen de las condiciones que enfrentan muchas veces los periodistas para la cobertura informativa- es la profesión que eligieron- debe haber un respeto para su trabajo y comprender que su labor ES hacer preguntas sobre los más variados temas.
Para eso se preparan, para eso deben estar informados de todo lo que ocurre en su sector y los acontecimientos colaterales. Aunque los estudiantes en su formación no lo entiendan así.
Tampoco me gusta la segunda opción, si es que la jefa de gobierno quiso significar que la falta de un nombramiento no tenía importancia.
Porque trascurridas más de dos semanas de la vacancia del cargo, la consulta que se le hacía a la jefa de estado resultaba absolutamente válida y pertinente.
Sumemos otros 6 cargos aún pendientes de asignación: el embajador de Argentina, el Contralor General de la República, el Director de Impuestos Internos, el Director de la Secretaría de Comunicaciones, el Presidente del BancoEstado y el subsecretario de Previsión Social. Y con el nombramiento fallido de Insunza dejó vacante un sillón parlamentario en la IV Región, aun cuando le concedemos que ello nos permitió informarnos del affaire Insunza.
En suma hay 8 nombramientos pendientes.
¿Ve que no era “lesera” la consulta periodística?
Pero, ¿qué es una “lesera”?
El término no se registra en el WordReference, un buen texto de consulta sobre palabras, pero la Rae lo acuña como un chilenismo, lo atribuye a una “tontería” y lo describe como “un dicho o hecho tonto”.
Además entrega una segunda acepción: “asunto sin importancia”.
Ambas calzan en las dos opciones que indiqué podían otorgar significancia a la frase presidencial y reitero que ninguna de las dos se la merecen los reporteros.
Porque habría que concluir que si nos ajustamos al Diccionario Rae, los nombramientos de altos cargos no tienen para la mandataria importancia o los periodistas son tontos: están preguntando leseras.
Los profesionales de la prensa están autorizados, como labor inherente a su actividad, hacer preguntas incómodas, así como en otras ocasiones, formulan algunas consultas para que las autoridades se luzcan.
Son las reglas del juego que creo que quienes ocupan altos y medianos cargos deben asumir con respeto. No siempre brilla el sol, y sería absurdo estimar que la prensa debe solo difundir lo bonito, aquello que tiene lucimiento.
Por tanto creemos que es improcedente la respuesta de la mandataria, que bien sabe estamos en Democracia y a ésta se suma de manera inherente la Libertad de Expresión, dentro de normas éticas y criterio que estimo cumple la prensa nacional.
Ella y la gran mayoría de los chilenos, y en particular los periodistas, experimentamos con mucho sinsabor el vernos privados de Libertad de Expresión. Hay que otorgarle el valor, entonces.
No es primera vez que los periodistas son ninguneados.
Ejemplos de maltrato a la prensa hay muchos, todos los periodistas tenemos nuestras propias experiencias y sinsabores al respecto.
Por eso, la preparación con calidad en el ejercicio periodístico para enfrentar estas circunstancias es de trascendencia. Pocos estudiantes cuando están en las aulas comprenden la importancia de prepararse para el rigor y muchos le vienen a experimentar en el ejercicio laboral.
En un curso que imparto en un magíster, reviso una serie de evidencias visuales de altas autoridades sobre maltrato a la prensa.
Las reuniré en una segunda crónica, inspirada en este exabrupto de la Presidenta para que no “terminemos con la lesera”.
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