Escribí este artículo recordando mi propia experiencia. Aún persiste la consigna en los periodistas que estimo, es de beneficio empresarial, y no de los profesionales y aun escucho la ya histórica frase que “el periodista no tiene horario”. Nunca me convenció, porque lo que no tiene horario es la información, pero ha llevado a muchas generaciones de periodistas, a sacrificar descanso y familia, por la cobertura informativa en cualquier horario.
Así trabajé en muchas ocasiones con horarios excedidos y también, por la naturaleza de esta profesión, hice turnos en sábados y domingos. Agreguemos Navidades, Años Nuevos y tanto otros festivos cuando se reúne la familia pero un gran grupo de trabajadores y profesionales debemos cumplir funciones.
Añado que durante 3 años fui Editora Nocturna: devastador para la normalidad de cualquier persona, a nivel familiar y de exigencia física. Nadie quería ocupar ese cargo y fue el precio que pagué por retornar a la actividad profesional. Hasta que me llegó desde el cielo un colega dispuesto a realizar ese turno, habitualmente entre las 19:00 hrs. hasta las 03:00. Por cierto que recuerdo a este colega con mucho afecto, aun mantenemos contacto.
Por eso, este artículo lo escribo desde la experiencia que me permite afirmar que si queremos sumar calidad de vida a la gran mayoría de los chilenos, no le demos tanta vuelta a decidirnos a bajar cortinas en domingos, si ya es suficiente con la retahíla de actividades en que eso no es posible, como es el caso de los periodistas, personal de salud y todo tipo de actividades de emergencia y recreativas…aunque no sería una mala idea, en el caso de los periodistas, hacer “San Lunes” en noticias y acontecimientos.
Les invito a leer esta columna publicada en el Semanario “Tiempo”
Tan subyugados estamos por el consumismo que veo lejano un acuerdo para que empresarios del retailer simpaticen con la iniciativa ya aprobada por la Comisión de Trabajo de la Cámara Baja para que el comercio cierre a contar de las 17 horas los domingos y los trabajadores del sector se puedan sumar al necesario descanso.
La iniciativa no ha dejando contentas a ninguna de las partes. Los empresarios lamentan las pérdidas por anticipo de cierre; los vendedores argumentan que perderán por menos comisiones. Supuestamente, porque creo que ambos están errados. Hay una mayoría de asalariados para quienes el trabajo dominical no incrementa su sueldo, sólo les roba descanso.
Como nos gusta imitar lo foráneo, sabrán los dueños de esos macronegocios que el mundo desarrollado respeta el ocio de los domingos.
En Europa sólo las actividades recreativas y aquellas que por su naturaleza exigen turnos, como los hospitales, no descansan ese día. A las 14:00 horas del sábado se bajan las cortinas.
El mismo régimen se observa en Estados Unidos. A pesar de ser el país del money, money, se suman al tradicional “Gracias a Dios hoy es Viernes” y a las 17:00 de ese día cierran, a excepción de lo recreativo.
En Brasil este descanso dominical lo extienden a servicentros, proveedores, y servicios municipales. Y si hay fiesta futbolera local en el Maracaná, Río de Janeiro cierra sus puertas a toda actividad.
En Chile, el gesto también debiera venir de parte de los consumidores, o de los consumistas, y hacer del domingo un boicot a las compras.
Porque los trabajadores en algo tienen razón: cierre a las 17:00 hrs. significa aguardar que los insensibles consumistas abandonen el local a las 18:30 hrs.
¿Por qué comprar pasteles u otra vitualla los domingos? ¿Por qué tanto lloran los empresarios que obtienen pingües utilidades, si quienes son consumidores adictos igual concentrarán sus compras en sábados?
Hay en nuestra actitud desprecio por el descanso de los demás, y salir a comprar los fines de semanas, a horas de la Navidad y el Año Nuevo.
Pregunto si los propietarios de los meganegocios laboran los domingos o, por el contrario, hacen “fiesta de guardar” en sus segundas viviendas costeras, mientras sus empleados trabajan.
No despreciemos la oportunidad para que Chile entre en la lógica sanadora y que el signo $ no esté por sobre la calidad de vida para privilegiar los días de encuentros familiares.
Los dueños del retailer deben frenar su afán de acumular ganancias en domingos a costa de muchos trabajadores, cuya remuneración tiene carácter de día normal. Si de verdad queremos avanzar en el descanso dominical para una gran mayoría, sinceremos esa intención y bajemos cortinas comerciales ese día. La propuesta de Jornada hasta las 17:00 hrs. o tercer domingo son señales tímidas y así no avanzaremos también en equidad en el necesario ocio.
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