¿Pudo calcular La Moneda el desajuste después de su “Abrazo de Maipú” con la Oposición para sellar un Acuerdo y hacer fluir la Reforma Tributaria en el Senado? ¿Terminará siendo el “Abrazo del Oso”, ese que comprime y ahoga?
Porque la dispersión que produjo está muy distante de la unidad que se pretendió mostrar tras la flamante foto que sellaba este rimbombante Pacto.
Por el contrario, ha exacerbado la fragmentación en la Nueva Mayoría como consecuencia de la coexistencia de dos fuerzas políticas contrapuestas en los temas que hoy se debaten.
A las grandes diferencias valóricas y estratégicas del Partido Comunista y la Democracia Cristiana se suma ahora este acuerdo que no hará sino dificultar la tramitación de la propuesta tributaria.
A menos que opere la retroexcavadora y el Acuerdo quede en el papel.
Porque recién aprobado en general este proyecto, ahora deberán debatir la llamada letra chica que La Moneda insiste aun tiene su “corazón” intacto.
Pero hay muchas dudas que así sea, a juzgar por la amplia sonrisa del empresariado tras el Protocolo de Acuerdo con la Derecha.
El Gobierno y sus dos Proyectos Estrellas- Tributario y Educacional ambos encadenados y en proceso legislativo- están entrampados. Una real paradoja pues el Gobierno los estima ejes en sus cambios estructurales.
El punto importante es que el tributario financiará propuestas educacionales aun muy cuestionadas e inciertas.
El ex ministro de Hacienda Eduardo Aninat resultó un verdadero gurú con su parafraseo hasta con referencia bíblica cuando recién iniciado el debate tributario, afirmó que el programa de Gobierno “no eran las tablas de los 10 Mandamientos” y que “nunca se ha detallado en los foros”.
Y en estos dos últimos parafraseos radica la dificultad al interior de la Nueva Mayoría.
El PC exige de sus socios el cumplimiento inicial del programa y la DC plantea cambios.
Está clarísimo que la Nueva Mayoría llegó a La Moneda sin debatir su programa de gobierno al interior del conglomerado. Ni tampoco cuánto estaba dispuesto cada uno de los partidos a ceder en pro de avanzar en los cambios. Toda la energía estuvo en asumir el poder.
Si la Nueva Mayoría no compatibilizó su proyecto internamente, el pecado mayor es del electorado que no demandó similar claridad.
No nos mostraron el “corazón” sino apenas los enunciados.
Bueno, hace tiempo que la clase política nos engatusa sólo con el marketing en las campañas.
Ahora, cuando hay que resolver qué cambios estructurales y educacionales instalaremos en el país, afloran las diferencias políticas y en la Opinión Pública. Esta última motivó el Acuerdo para la foto.
El debate está recién iniciándose y a pesar de la pose para la prensa, de los acuerdos y de los berrinches de algunos socios, la Tributaria y la Educacional seguirán siendo las Reformas de la Discordia.
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