Nota de la Editora
Esta columna fue publicada hace un mes en el Semanario “Tiempo”. La publico sin ningún pudor porque no ha perdido nada de la frescura que tenía cuando la escribí. Nuestro tema es la Reforma Educacional que está lejano a ser zanjado aun cuando el Gobierno ha puesto todo su empeño en que se despache en el Senado, donde hoy es tema de debate y profundas discrepancias.
Tampoco los actores, participantes y protagonistas involucrados en el sector- que somos todos los chilenos- han despejado sus dudas.
Por el contrario, el gremio de los profesores está fracturado: un gran sector ha tomado distancia de su líder y otro tanto rechaza la postura de la CUT, cuya presidenta es tambiérn una docente. Ello como resultado de una prolongada movilización del sector municipalizado.
En tanto, los alumnos de enseñanza básica y media de ese sector arriesgan una prolongación del año lectivo hasta enero.
Esta movilización es la muestra más prístina que el profesor no es uno de los ejes en los necesarios cambios, aun cuando todos los análisis apuntan al maestro como uno de los motores en la calidad educacional.
Con este escenario, el siguiente artículo pude mantenerlo al menos unos 15 días más sin publicarlo y estaríamos en el mismo punto de partida.
Eso, aun cuando, los establecimientos educacionales requieren saber si serán ¿municipalizados? ¿subvencionados? ¿o que suerte de hibridez? si tenemos en cuenta que estamos en vísperas del proceso de inscripción de 2015.
Y esta Nota al margen es de hace unas 2 semanas y nada ha cambiado. Algo pasa que hay un frenazo.
¡Este si que es un nudo gordiano¡
Les invito a leer la columna publicada en Semanario “Tiempo” el día 22 de octubre: ¡fresquísima¡
Una Victoria Pírrica
La Reforma Educacional ha concluido una etapa: al interior de la Cámara Baja, y ahora va rumbo hacia su batalla en el Senado, donde se dará la contienda final.
He recurrido al glosario bélico para graficarlo porque este proyecto está convertido en una verdadera conflagración, donde han confluido fuerzas contrapuestas: la de los políticos que pensaron que como la calle consensuó consignas en torno a la gratuidad, ofreciéndoles eso, neutralizarían las movilizaciones. Pero, se equivocaron, porque los adherentes a la gratuidad tienen una postura más radical y siguen en pie de guerra.
Han cometido además el error de lesionar el sector educacional donde está situada la clase media: la sufrida clase media que carece de subsidios y no disfruta del tremendo bienestar de los adinerados; es al sector que a pesar de sus limitantes monetarias, le preocupa más una formación de calidad en la a veces difícil tarea de educar a sus hijos: a la clase cuya gran ilusión es que sus retoños sean profesionales, porque aspiran a que asciendan más que ellos, que no enfrenten las carencias que tal vez sufrieron.
Y por tanto, así como avanza la Reforma Educacional, está resultando una victoria pírrica, donde el vencedor también habrá perdido mucho en la guerra.
Este nombre proviene de Pirro, Rey de Epiro, quien venció a los romanos con un tremendo costo en sus filas.
Así vamos en la Reforma Educacional, con batallones donde todos están descontentos, al igual que Pirro, y sumidos también en la incertidumbre de aplicar y arribar a un proceso en que seguiremos cosechando víctimas: las nuevas generaciones de jóvenes que no recibirán una buena educación. ¿O alguien piensa que los resultados que se observan son al menos satisfactorios?
Desde mi experiencia académica constato que los jóvenes llegan a la Universidad sin que se les enseñe a pensar, a reflexionar, a relacionar, a descubrir por sí mismos.
Y razonar, proyectar, inferir y encadenar es lo que tendrán que demostrar, no sólo en su desempeño profesional o laboral, cualquiera que sea, sino también en la lucha por la vida. Motivar a los niños y jóvenes a crear e investigar debiera ser una estrategia en la educación, en todos sus niveles.
Pero todos esos pivotes no están presentes hoy en su formación.
La Reforma, focalizada en la cuestión pecuniaria, no resuelve el problema profundo que tenemos en la preparación de las nuevas generaciones.
Como Pirro, cuando la reforma se convierta en flamante ley, no tendremos motivo para celebrar.
Pero ¿Qué importa? Si después de todo, los conejillos de India serán los de siempre: los pobres y la clase media que observo serán los laboratorios y retortas donde se experimentará con esta transformación que se agotó en gratuidad, fin al copago y selección.
En los colegios privados, donde se educan los hijos de los hacedores de leyes, la vida seguirá igual.
Comments
No comment