El Primer Puerto de Chile: Botín de los Políticos
Como porteño por adopción, Cristian Warnken resintió las Primarias efectuadas en Valparaíso que puso a un popular Dj en las puertas de lograr la alcaldía de esa ciudad y fue tema de su último comentario.
Compartimos su artículo y lo hacemos colaborando en su difusión.
Particularmente concordamos con el trasfondo de su texto, una crítica al politiqueo que ha llevado a la ciudad tras sucesivas administraciones de militantes de izquierda, centro y derecha, a lo que el columnista denomina el vacío de poder. Lo cierto es que esa es una calamidad que transversaliza todo el sector político.
Y a lo que él califica al referirse a Valparaíso, la “desesperanza” y que en la práctica se traduce- entre otras miserias- en la pérdida de su patrimonio arquitectónico y a la irrupción de iniciativas enajenadas, como es la instalación de un mall que ensuciará la belleza de su bahía.
Que no se asuma el comentario de Warnken ni esta introducción de preámbulo, como una discriminación contra el DJ Méndez, quien nació en los cerros de Valparaíso.
Pero asisten dudas: ¿Cuál es el equipo técnico que le respaldará? ¿o su desconocimiento de la administración comunal y su carácter de Independiente llevará a los partidos de la Nueva Mayoría a nutrir el municipio de sus operadores políticos? ¿Más de los que ya existen? ¿para que la ciudad continúe siendo lo que hoy es?
Valparaíso es hoy un hermoso puerto en decadencia. con una sede parlamentaria que es una burbuja de espalda a la realidad local, con tragedias y desastres que no han revertido sus gérmenes y con foráneos que llegan a incendiar sus inmuebles para expresar su rabia.
El escritor titula su columna” DJ Lagos Méndez” porque es el senador Ricardo Lagos Weber- otro foráneo que la política insertó en Valparaíso- quien “apadrinó” a Méndez en esta candidatura, seguramente porque su partido o conglomerado carecía de un candidato que despertara en los porteños el interés por ir a votar.
Ese es el riesgo de elegir representantes como Lagos Weber, quien no tiene ninguna identidad con la comuna, a excepción de su madre que vivió en Viña del Mar. Son los políticos más peligrosos porque hacen uso y abuso de una circunscripción con la cual no guardan emocionalidad ni identidad, sólo les lleva el objetivo de mantener un vínculo político que les asegure una re-elección o la instalación de un delfín.
No es el desprecio por el DJ, regatonero o protagonista de un reality: Valparaíso cuenta ya con suficientes trovadores que le cantan y a cuya cabeza está el recordado Osvaldo “Gitano” Rodríguez. Requiere un Alcalde reconstructor.
No es el desaire a la regatonería de Méndez. Es la preocupación por el destino de una ciudad, cuya decadencia comenzó cuando el también señorial Santiago se convirtió en Región Metropolitana y comenzó a desmantelar a Valparaíso de su zona de servicio.
La primera lápida la puso el régimen militar cuando con torpeza, miopía e indiferencia con el puerto, destruyó la vía férrea, como vaso comunicante con la actividad marítima.
Ha seguido con este Congreso trasplantado a Valparaíso y que se muere por retornar a Santiago para inspirarse en medio de la contaminación. ¡Dios Santo¡ ¿Qué leyes saldrían de mentes aún más polutas?
Les invito a leer la columna de Cristian Warnken
DJ Lagos Méndez
“¿Lo del DJ alcalde es una chacota? Más bien habría que decir que el desempeño de la clase política de la ciudad ha sido hasta ahora una sucesión de gags desastrosos que hacen posible que un DJ se convierta en alcalde…”
¿Que un DJ puede llegar a ser alcalde de Valparaíso? Todo puede ocurrir en esta ciudad.
Allí, en 1888, un joven nicaragüense publicó un poemario, “Azul”, que cambiaría la poesía de Hispanoamérica y dos niños correrían por la misma calle Pedro Montt sus infancias paralelas sin saber que llegarían cuando adultos a escribir juntos una página trágica de la historia de Chile: Allende y Pinochet
Un caballero de apellido francés -Dubois- perpetraría una serie de crímenes que pasarían a formar parte de la mitología de los asesinatos en serie en el mundo. La ciudad ha tenido que soportar incendios desmesurados, terremotos y una catástrofe política más no va a marcar más de la cuenta la piel curtida de un Valparaíso que parece a la vez vulnerable e inmune a todo.
¿Lo del DJ alcalde es una chacota? Más bien habría que decir que el desempeño de la clase política de la ciudad ha sido hasta ahora una sucesión de gags desastrosos que hacen posible que un DJ se convierta en alcalde.
Él no puso la música; en realidad, fueron los caudillos y padrinos políticos de la zona y esa música ha sido la de un carnaval de corrupción, ineficiencia, mal gusto.
El DJ no es, en realidad, Méndez, sino Lagos Weber. Él está mezclando, probando, a ver “si salta la liebre”. A eso aspiran los políticos: a que “salte la liebre”, no a que Valparaíso tenga una administración seria, un presente menos abyecto y un futuro posible. Nuestra política se ha llenado de DJs, magos e improvisadores de mala muerte, faranduleros, actores de sainete, operadores, payasos (perdón por insultar un oficio que respeto mucho; el de payaso, claro…).
Pero no culpemos al DJ Méndez de esto. Él simplemente ha llenado el vacío, el hoyo negro que han dejado los que han administrado estas décadas perdidas de Valparaíso y que podrían haberse usado para devolverle a la ciudad su dignidad y su esperanza. Tal vez haya que agradecerle que su aparición sincere, haga visible el patético espectáculo de nuestra clase dirigente.
¿Acaso los que antecedieron al DJ son mejores, más serios, más sólidos que él? Tal vez Lagos Weber tuvo una iluminación, y pensó que un acto psicomágico (como los que recomienda hacer Jodorowski) era necesario para sacar a Valparaíso de su deterioro.
Tal vez haya que llamar a todos los payasos de la ciudad (digo a los de verdad), a los malabaristas, a los cantantes de bolero y tango a tomarse el municipio de una vez por todas y echar a los inoperantes, a los que aceptaron coimas a la calle y vestirlos de artistas callejeros. Un gobierno circense ¿no significaría un rito de purificación, una catarsis, para expulsar a los malos espíritus, y permitir que circule el aire y todo vuelva a empezar de nuevo?
Por lo demás, el circo es de las pocas instituciones que funcionan bien en Chile: su gente son grandes empresarios y trabajadores de verdad. Al revés del Estado, que está haciendo mal su pega. Me imagino ese “cambio de mando” pintado por Gonzalo Ilabaca; la película la tendría que dirigir Jodorowski, claro, y se llamaría “El aquelarre sagrado”.
Los ex alcaldes Pinto y Castro serían una gran dupla payasesca, Lagos Weber sería el DJ de esta fiesta ritual y el Congreso sería una disco abierta las 24 horas. La política como espectáculo, pero de verdad, no disfrazando el espectáculo de ritual republicano; no más discursos serios y solemnes, no más diputados y senadores, sino artistas de chingana, la gran chingana de la post-política.
Y que el PPD -el gran artífice de esta transición psicomágica- se cambie de nombre y se llame Partido Post Democrático. ¿No sería todo más sano, más transparente, más verdadero?
Y un artista popular como senador por circunscripción. Primera Región, senadores: Adrián y los dados negros; Región de los Ríos: el Tony Cucharita (¡gran valor!); Región de La Araucanía: Américo. ¿Y Presidente de Chile? Kramer, por supuesto; ¿quién mejor que él para dirigir este baile de rostros desbocados?
¿O usted prefiere a Yerko Puchento?
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