Nuevo gabinete: ¿Quién gana y quién Pierde?
El nombre de Álvaro Elizalde comenzará a sonar como el pato de la boda en el cambio de gabinete que se produjo hoy las 09:00 hrs. cuando la retroexcavadora le pasó la cuenta a todo el comité político, a excepción de la Ministra Secretaria General de la Presidencia, quien desde hoy es la nueva Ministra del Trabajo.
Y es justamente este último nombramiento el que hace menos comprensible la salida de Álvaro Elizalde, uno de los secretarios de estado del Comité Político que tuvo un buen desempeño en su cargo de la Secretaría General de Gobierno. Rincón en cambio entra en una cartera- la del Trabajo- que debe alcanzar amplio protagonismo a propósito de la tramitación en la Reforma Laboral y que ha causado tensión entre empresarios y la CUT- y desde esa perspectiva menos se comprende este nombramiento porque la militante de la DC no registra antecedentes de manejo en esa materia.
Desde otra perspectiva, el único saludo que hace la Presidenta a la vieja guardia- al menos en su Comité Político, no sabemos aun que pasará con los subsecretarios que cumplen un rol muy técnico- es a un hombre que ya tenía en su gabinete, el militante de la DC, Jorge Burgos, quien asume como Ministro del Interior.
Estimamos que ese enroque- hasta el momento Burgos ocupaba la cartera de Defensa- tiene como objetivo contar con un ministro que podrá conciliar la multiplicidad de intereses de la Nueva Mayoría, un bloque que ha dado muestras de quiebres importantes en su cohesión interna. Desde la visión política, la pérdida fue para el PPD, partido en que milita Rodrigo Peñailillo, y cuya colectividad aspiraba a mantener el cargo.
En ese sentido, la retroexcavadora funcionó para el autor de este parafraseo, el presidente del PPD, Jaime Quintana, porque el cargo de mayor relevancia en la esfera política de Gobierno quedará ahora en manos de la DC.
No nos convence el nombramiento de Marcelo Díaz, en la Secretaría General de Gobierno, quien deberá construir similar confianza a la que generaba su antecesor, Álvaro Elizalde.
Tampoco comprendemos la necesidad de mantener en el cargo al ministro Alberto Undurraga, mencionado en el Caso Penta, con una boleta nunca bien aclarada.
En una línea diferente, la baja aprobación del Ministro de Transporte, Andrés Gómez-Lobo no explica su mantención, y no sólo no entendemos su mantención por el rechazo de la Opinión Pública, sino porque es un área sensible en la calidad de vida ciudadana, particularmente la de a pie, y en la que no se ha visto progreso.
Al nuevo ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés- en reemplazo de Alberto Arenas- le espera dura tarea porque en la economía doméstica del Gobierno, avanza de manera preocupante el déficit fiscal y el temor es que este año ese mal indicador se eleve por sobre el 4%.
Valdés viene respaldado por abundante pedigree en experiencia nacional, particularmente el sector público, hasta hoy era el presidente del Banco Estado, y en lo internacional también ha ocupado cargos de relevancia.
Falló el pronóstico de quienes esperaban un enroque en Educación, para llevar nuevamente a la Hacienda Pública al actual ministro de Educación, quien se mantuvo en el cargo, algo que disgustará a las dirigencias estudiantiles que habían enviado mensajes a La Moneda para su cambio.
El ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, cuya salida era inminente, hizo declaraciones, al partir, resaltando muchos proyectos que a su juicio, él tuvo amplio protagonismo. El ex secretario de estado hizo cero autocrítica y evitó dar espacio a los periodistas a preguntas, una forma bastante poco ortodoxa, para evitar responder lo que él sabía se le iba a consultar.
Para ser justo, podríamos entender que su salida era necesaria, pero lo que la hace menos legítima es la permanencia de Undurraga en el MOP.
Nos sorprendió el nombre de Ernesto Ottone en Cultura, pensando en primera instancia que se trataba del autor del libro “Un Viaje Rojo” (lo estamos leyendo), quien fue asesor del Presidente Lagos, pero en definitiva se trata de Ernesto Ottone Fernández quien nos imaginamos es hijo del anterior
. El nuevo secretario de estado, curiosamente, fue crítico de la gestión de su antecesora, la ahora ex ministra Claudia Barattini.
Comentar también que una vez más se tuerce la nariz a la decisión ciudadana, al designar a un diputado por la IV Región, Jorge Inzunza, en la Secretaría General de Gobierno. Así será una colectividad la que burlará la votación, y elegirá un hombre o mujer de sus filas para designar al interior de una colectividad un parlamentario, cuya elección es decisión de votantes.
Los políticos parecen no aprender nada y por tanto habrá que reiterar que este cambio de gabinete no marca ninguna inflexión en lo que espera la ciudadanía: llegar a la verdad aunque duela en los tres escándalos que hoy sacuden al país.
Y para quienes esperaban que este gabinete fuera con fuegos artificiales, radical, el inicio de una nueva Era Después de Cristo, digamos que nos parece frío,frío como el agua del río.
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