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Nota de la Editora:
No habrá Noche de Paz ni menos Noche de Amor para la Reforma Educacional. Los cambios, a los que en general me refiero en la siguiente columna, que les invito a leer y que escribí para el Semanario “Tiempo”, han más que tensionado a la coalición de gobierno al interior del Senado donde se debate el corazoncito de esta transformación.
No están precisamente dando un ejemplo de tolerancia, cuando está nitido que un sector de la Nueva Mayoría no está dispuesto a aceptar y le disgusta que esta Reforma en el transcurso de su tramitación sufra alguna metamorfosis.
¡Por favor! ¿Quien puede escapar de esa mutación: los seres humanos desde que nos engendran hasta el último suspiro vamos cambiando. Y como nos cambia la vida para una gran mayoría.
Pero volviendo a la Reforma. ¿no es tolerable pensar que si la Educación le importa a todo el país, impacta de múltiples formas, a todos nos involucran, por qué mantener incólume la propuesta inicial como si algo pensado por un grupo pequeño fuese la última palabra?
¿De dónde emergieron esos seres pensantes que estiman lo suyo como lo único correcto? Eso equivale a ser hiperpresumidos. Y eso no está distante de la tontera, digamoslo muy francamente, es un hecho casi objetivo: los presumidos y arrogantes están a un tris de titularse de necios.
En el artículo que les invito a revisar hago el símil con ese excelente relato de Kafka, donde aborda al hombre autoasumido como un insecto, una visión magistral, aplicable a todos los tiempos y universal.
¿Acaso todos alguna vez no nos hemos sentido insectos? ¿O nos han tratado como insectos? ¿Ninguneados?
El símil que hacemos con la Reforma Educacional es que estamos en el punto de inflexión en que nuestra educación, la chilena, nos deje a nivel de insectos o lleva a las nuevas generaciones a transformarse en seres creativos, autónomos y dueños de sus propias decisiones gracias a la formación que les brindamos.
Eso está en juego, ni más ni menos.
Mi artículo, donde juego con “La Metamorfosis” de Kafka:
“La Metamorfosis” y la Reforma Educacional
“La Metamorfosis” es uno de los relatos más aplaudidos de Franz Kafka. Es el asomo en esencia en la literatura del existencialismo como corriente de pensamiento para interpretar al hombre en su condición humana.
Este cuento retrata al hombre reducido a una condición de insecto, agobiado por la sociedad, el sistema y la familia.
Usaremos sólo el título de esta obra kafkiana para hacer el símil con la Reforma Educacional, porque ni siquiera pensemos que la propuesta pretendería que los estudiantes se autoperciban como insectos.
Por el contrario, ¿acaso la Educación no nos debe metamorfosear en superpoderosos? ¿Dotarnos de un gran activo en el pensamiento, la creación, la capacidad de decisión y un potencial de conocimiento que nos prepare para la vida?
Claro que sí, hacia allá deberá conducir y todos por tanto, estamos preocupados que así sea: que la Reforma Educacional metamorfosee la preparación actual y le inyecte calidad.
Pero primero, muchos demandamos que el proyecto actual sea metamorfoseado y algo de eso- si somos optimistas- se está percibiendo en el debate que ha seguido en el Senado.
También se observa un viraje en el Gobierno. El ministro ya renunció a sustraer las patinetas a los alumnos subvencionados y la Presidenta ha dejado entrever estar dispuesta a aceptar cambios. Ya algo aventuró la semana pasada, cuando manifestó que su primer sentir fue empezar esta transformación por la Educación Pública.
¡Eureka¡ interpretó a muchos, particularmente a todos los especialistas que concuerdan que el primer paciente para entrar a quirófano y ser metamorfoseado sea la Educación Pública.
Donde se educan los pobres, que requieren de que su formación sea la metamorfosis que les otorgue la viabilidad de una mejor calidad de vida.
Todos los pesimistas recordaron la frase presidencial sobre el Transantiago, que ante la debacle que aún continúa en ese sistema de transporte, Bachelet dijo que su primera intuición era no aplicarlo. Ahí sí que se cumplió “La Metamorfosis” de Kafka, con personas que viajan cual viles insectos. Y generando una impresionante sangría de recursos aportados por todos los chilenos.
En la Reforma Educacional estamos enfrentados a lo mismo: se aprobaron más impuestos, que deben gastarse en realmente mejorar- metamorfosear- la Educación y a las nuevas generaciones.
El contexto actual de la Educación debe también ser metamorfoseado: no puede ser que un profesor-sostenedor- alarmado por lo que ve venir con la Reforma- ofrezca, en vulgar aviso económico, la venta de su colegio y que la mejor oferta venga de un empresario para convertirlo en sala de juego.
Y que docentes terminen detenidos por movilizarse. ¿Ve que estamos a nivel de insecto kafkiano? Empujemos entonces la real Metamorfosis.
Feliz Navidad. Metamorfosee a sus hijos en esta fiesta y regáleles libros.
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