Con 15 operadores políticos “resolverán” la Centralización del país
Próximo a ser votado, el Proyecto de Descentralización no causa ni desazón ni euforia en las postergadas regiones.
Estaba previsto que la mantención del Poder pasaba por preservar la concentración política, aun cuando el lamentable costo se traduzca en un menor desarrollo del país.
Y ello porque la propuesta es fiesta de los políticos que están focalizados en el tira y afloja, como siempre, sacando cuentas, de si este proyecto con el que se pretende decir que se está cumpliendo la promesa de descentralizar el país, conviene aprobarlo o postergarlo hasta el 2017.
Que lo lleven hasta el 2040, si es que se les ocurre: es una iniciativa eufemística que no resolverá la desmedrada situación de las regiones, sin las cuales la Metropolitana no subsiste.
Remitir la Desconcentración Nacional a la elección de una figura decorativa en que se convertirá el Intendente electo y crear otros 15 operadores políticos que se llamarán – ahora- delegados presidenciales, (le han modificado el nombre un sinnúmero de veces para que se perciba presentable, este es el peor) es un chiste de mal gusto para las regiones.
Este tema lo abordamos ya en diciembre de 2016 en el Semanario “Tiempo” y aun no lo publicábamos en estas páginas, a la espera de su mayor desarrollo.
El contenido que redactamos hace 11 meses se mantiene invariable, así como el Centralismo es una realidad histórica de Chile.
Esta propuesta la volveremos a analizar en la columna que publicaremos en el Semanario este viernes, pero ahora le invitamos a leer la anterior que lleva un enfoque distinto a la que ofreceremos esta semana.
El Espejismo de una Elección
Publicado el 09.12 del 2015 en Semanario “Tiempo”
¿Y qué ha sido de la prometida Descentralización?
Nada bueno, desde que el Ministro de Hacienda tiró la siguiente palada para enterrarla al cercenarle presupuesto de la Ley Espejo y financiar construcción de hospitales.
Que algunos planteles funcionarán en regiones, habría que ver su proporcionalidad versus los que se construirán en la Región Metropolitana.
Justificable o injustificable, lo cierto es que la Descentralización ha quedado reducida al derecho de elegir Intendente.
¿Y eso habrá que entender como Descentralización?
Tal prerrogativa no es sino un dulce político que no resuelve en absoluto los ingentes problemas y postergaciones que presenta el resto del país que no sea el Área Metropolitana.
Con la elección de Intendentes las regiones además se bancarán una autoridad inamovible aunque su labor resulte muy ineficiente.
Generará además una fuerte tensión cuando el Intendente pertenezca a fracciones antagónicas al Gobierno de turno. No cabe la menor duda que esas regiones recibirán el castigo de menores recursos desde el poder central.
Por tanto, el beneficio de elegir la autoridad no será maná del cielo.
Agreguemos que el proyecto considera la figura de un Gobernador Regional de designación presidencial cuyo rol no está claro.
A falta de información y claridad, especulemos: el gobernador puede ser el paralelismo del poder central, una suerte de inquisidor para cautelar al elegido, o una especie de tutor para regiones a las cuales nunca se les ha permitido crecer.
Por eso, la elección de Intendentes la remitimos a un espejismo, para no acometer con un proyecto serio el grave problema de Centralización del país que aporta una mala calidad de vida tanto para la Región Metropolitana- un hacinamiento asfixiante- y para las regiones, que no son prioridades en mejor infraestructura y servicios básicos.
En efecto, más que elecciones que no resolverán las postergaciones, las regiones requieren mayores incentivos, recursos y obras para atraer la inversión que generará empleos.
Eso no está en la voluntad del actual Gobierno y no ha estado en ninguna Administración anterior, porque desde la perspectiva política resulta más cómodo administrar el patrimonio electoral en la congestionada Región Metropolitana, que estar capturando los votos a través de regiones a las cuales hay que conceder obras para esa captura.
Esa es la verdad de la milanesa en la cacareada Descentralización: las regiones nos encontramos donde mismo porque una vez más, bajo el pretexto de los escasos recursos, es al primer programa al que se renuncia.
El Parlamento en su otrora centralizada sede santiaguina ha organizado seminarios en que representantes regionales plantean sueños utópicos de cómo organizar la descentralización del país.
Esa es una mera catarsis, así como la elección del Intendente es un simple espejismo de descentralización.
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