Fallece en una jornada de celebración del Número Pi
Una emblemática jornada eligió el destacado físico-matemático Stephen Hawking para partir de este mundo.
En efecto, hoy miércoles el mundo científico celebra el “Día de Pi” una cifra de gran significancia para matemáticos sobre la cual no especularé en su comprensión, no es mi especialidad. Cuando me aproximé en mi etapa escolar a la recurrente cifra, mi profesora de matemática y física era de tan alto vuelo (se desempeñaba en la Universidad, algo hoy impensado, en un liceo) que no se molestaba mucho en otorgar segundas explicaciones a las lerdas en las asignaturas, entre ellas yo. Además me tenía entre ceja y ceja porque no concebía que en “sus” asignaturas fuera tan porra teniendo un muy buen rendimiento en las restantes. Muchas veces llegaba y antes de dejar los enormes libros que siempre portaba en el escritorio, me llamaba al pizarrón para echarme en la cara mi ignorancia. Hay profes que nos resultan inolvidables, ésta lo fue por razones muy negativas siendo una académica brillante.
Aunque resulte un tanto narciso el relato no lo es tanto, porque lo relaciono con Hawking, una inteligencia superior que supo bajar a las esferas de quienes ven un misterio en las materias que él dominaba. No se enclaustró en la vanidad, ya tenía suficiente con las limitantes físicas, de las cuales escapó su mente que voló a las alturas.
Para retornar en rigor al fallecimiento del científico y su relación con que la celebración de Pi, expliquemos que es el 14 de marzo en alusión a los 3 primeros dígitos de la endiablada (al menos para mí) cifra si la lectura de la fecha se hace al modo estadounidense : marzo 14 (3,14).
Y el lamentable deceso de Hawking no puede estar más aproximado a la controversia que hay sobre esta celebración.
El destacado científico falleció a las 1:00 de esta madrugada ( 1 hora después estamos escribiendo sobre este deceso que en algunas horas será titular en todo el mundo occidental) y sucede que hasta hoy la celebración de Pi se concentra a la 1: 59 PM del día 14, en alusión a la aproximación de sus 6 dígitos ( 3141:59) pero algunos científicos más puristas aseveran que en rigor, la celebración debiera ser a las 1:59 AM (precisamente cuando escribo este artículo) porque la 1 PM debe traducirse en 13:00 PM. Tienen toda la razón los que desean madrugar (como lo hago yo) para celebrar a Pi y no quedarse en la comodidad de las 13:59.
Hawking, con su fallecimiento, ha otorgado la ruta: murió a la 1 de la madrugada.
Su deceso es la segunda de un destacado hombre en apenas el primer trimestre de 2018. El primero fue nuestro Nicanor Parra y ahora se va este pensador, cuya inteligencia superó a sus dificultades físicas, desafiando toda la lógica de su mal que le generó atrofia muscular y que pudo llevarle a la muerte hace varias décadas.
Su enfermedad comenzó a manifestarse en 1963, apenas tenía 21 años y fallece a los 76 años, dejando, él sí, un gran legado para el mundo científico.
También para los niños, porque se encargó que su literatura llegara al mundo infantil, en un lenguaje simple, muy propio de los grandes, que no trepidan en ser simples y desprovistos de soberbias, y vanidades varias que a muchos grandes terminan empequeñeciendo.
Hawking viaja ahora hacia las estrellas que fueron su mundo a pesar del confinamiento y el encapsulamiento a que lo sometió su cruel enfermedad, una señal más de su grandeza. Uno de sus últimos convencimiento fue la existencia de vida extra terrestre.
Allá se reunirá con Parra y algunos otros que no son tantos.
Al igual que nuestro antipoeta, permanecerá en este mundo. Dirá como Parra “voy vuelvo”, ahí está su obra, su gran legado.
Y ese- reiteramos- sí que es un gran legado.
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