Los Ecos de un Cónclave que no fue ni fu ni fa
Pero con un mal resultado para las universidades estatales
¿Podremos decir que a la tercera es la vencida en el caso de la gratuidad para la educación universitaria?
Porque tras el término del cónclave del pasado lunes, el único anuncio concreto fue el tercer ajuste en la estructura de distribución de los dineros estatales destinados a financiar la gratuidad para los alumnos más vulnerables del sector terciario.
Y ello ha significado una consecutiva disminución en los recursos que recibirán las universidades estatales, cuyo 70% de estudiantes más vulnerables se beneficiaba en un primer anuncio con la mencionada gratuidad.
La semana pasada ese universo de beneficiados bajo a un 60% y tras el cónclave se redujo a un 50% al incorporar en la distribución a algunos planteles privados.
El tema lo dejaré hasta ese enunciado porque merece un texto propio que está en elaboración y sólo mencionar por último que estos sucesivos cambios en los anuncios gubernamentales otorgan razón a quienes reprochan al Ejecutivo mostrar improvisación en materias de tanta trascendencia como lo es la Educación y sobre la cual a año y medio de asumido el actual Gobierno debiera haber claridad y precisión.
Sobre los restantes anuncios que la Presidenta formuló finalizada esta reunión que desde el propio Oficialismo generó tanta expectativa, habría que decir que representaron el mismo estilo de las eternas cuentas del 21 de mayo, que en definitiva no es cuenta pública sino una sarta de promesas.
En definitiva, el final del cónclave fue un “21 de mayo chico”.
Si revisáramos ambos textos- 21 de mayo en propiedad y este 21 de mayo “chico”- veremos que ambos contienen similares promesas sólo que este último está reducido a algunos temas de educación, salud, seguridad, Reforma Laboral y una mención casi tangencial de la realidad económica que vive el país.
¿Serán estas las prioridades que el país esperaba se precisaran en este cónclave? No lo sabemos porque la mandataria no lo especificó.
Quedaron en el tintero otros temas que se estimaban se dilucidarían en este cónclave: ¿Qué significa “realismo sin Renuncia”? ¿Cuál será la estrategia del Gobierno para abordar la situación económica? ¿Cuáles son los compromisos que en definitiva se postergarán? ¿Cuál es el Diagnóstico del Gobierno sobre la realidad del país, y como ésta se vincula con el “sin renuncia”?
¿Qué pasará con el Programa de Descentralización? El tema también fue muy brevemente deslizado en los anuncios finales del cónclave, pero reducido a la elección de Intendente para el 2017.
¿Podrá ser posible que la Descentralización sea entendida como el mendrugo de conceder a quienes viven en regiones elegir a la primera autoridad?
Este no es un tema menor para el 40% que vivimos en regiones y que somos tan chilenos como los metropolitanos y por tanto estoy elaborando un artículo sobre esta aspiración que publicaré la semana próxima.
Este 21 “chico” ha causado decepción también las filas oficialistas aunque lo han explicitado muy discretamente.
Desde el enfoque político, y trascurridos otros 3 días que esperamos para redactar y observar la resonancia de este cónclave, ya se puede visualizar que la reunión claramente profundizó la escisión existente entre el sector más moderado y el ala izquierda de la Nueva Mayoría. Y particularmente entre esta última fracción y los ministros del Interior y Hacienda: fue lo que retratamos, cuando se produjo el cambio de gabinete, y que describimos como la retroexcavadora y la bicicleta.
Estimamos que en la reunión se impuso la postura comunista que ha amenazado con retirarse de la coalición si no hay cumplimiento cabal del programa comprometido.
Esta afirmación que planteo no es una proyección al ojo: las complacientes expresiones del Presidente del PC, Guillermo Teillier, una vez concluida la reunión, lo explicitaba y ahora, a 3 días del cónclave, la guerra por imponer la aplanadora o andar en la “bici” está desatada. Es decir, el tema no fue zanjado. Tal vez termina entre un híbrido: entre aplanadora y “bici”.
Conclusión: persiste la incertidumbre en el rumbo del programa y del país. Y este último es el que más interesa, porque cuando hablamos del país, nos preocupan particularmente aquellos de menores recursos y la clase media.
En definitiva, este cónclave no fue ni fu ni fa. No se abordaron los temas de pe a pa, más ruido que nueces y lo único concreto fue que las universidades estatales retrocedimos porque una vez más nos cambiaron las reglas del juego: Qué bonito…..
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