Las callecitas de Buenos Aires
Tienen ese no sé qué e intensa vida nocturna
Fuimos en fugaz viaje a Buenos Aires, aprovechando el largo fin de semana. La idea era salir del país y abstraernos de la permanente atención que tenemos sobre la demasiada enrarecida atmósfera política local.
Pero no logramos aislarnos de la tensa contingencia política trasandina, en una nación que está al paso de víspera de elecciones federales y el término de la dinastía kichneriana y sobre ese tema escribiré un artículo aparte.
Lo grato fue la oferta de espectáculos, así como la elevada temperatura que nos recibió el jueves, 26 grados, que nos permitieron a altas horas de la noche, cenar al aire libre.
Y es que en Buenos Aires, todas las noches parecen fines de semanas: estuvimos inmersos en una librería hasta las 0:30 hrs. y luego pudimos cenar a la 01 de la madrugada, un servicio imposible de encontrar en Chile. Por el contrario, cuando nos retiramos, seguía llegando público que era recibido por los mozos con la misma gentileza que habrán tenido con los comensales de las 20:00 hrs.
Y en eso Argentina no ha cambiado: la actividad nocturna es intensa, con hasta 2 funciones teatrales a partir la primera desde las 20:30 hrs.
Disfrutamos viendo actuar en vivo y en directo a Ricardo Darín en el tradicional Teatro Maipo, donde por tres años se mantiene la premiada obra “Escenas de la Vida Conyugal”, en una versión bastante ajustada a la original que aclamó el público en 1973 bajo la dirección del cineasta sueco Ingmar Bergman.
Una reflexión sobre la vida matrimonial que puede comenzar de manera muy romántica y que termina muy mal. Esta obra sin embargo, aborda un enfoque poco recurrente en la diversidad de aristas en que ha sido interpretada la vida matrimonial, y es el de aquellas parejas que sin ya amarse, mantienen una enrarecida relación.
Por coincidencia, vimos también una segunda propuesta en un patio de una vieja casona adaptado como sala teatral. “No Abras la Puerta” aborda también el tema de la familia, aquella extendida que también plantea lo mismo: juntos viven en el eterno reproche pero para enfrentar un conflicto se contienen.
Curiosas vertientes para convivir.
Una tercera coincidencia es que asistimos a un show de Soledad Villamil, quien actuó junto a Darín en la película “El Secreto de sus Ojos” ( Recomendada siempre a ojos cerrados).
Un show que pudo alcanzar un tono mayor: lo permitía el histrionismo de la actriz-cantante y la excelente banda que le acompañaba, pero el repertorio elegido resultó lineal, demasiado monotemático y la sorpresa: no incluyó tango, a pesar que el público lo pidió.
Y no se interprete como chauvinismo, lo grato de la Villamil y que representó el punto de inflexión en su repertorio, fue la interpretación del tema “Maldigo” de Violeta Parra.
Ahí la artista puso la intensidad que no le escuchamos en sus otros arreglos. Realmente elevó el tema y nos imaginamos que le dio el sentimiento de su autora.
Grandes elogios y recuerdos para Violeta Parra, con un solo error porque la situó como una de las exiliadas por la dictadura, en circunstancia que nuestra gran artista y artesana falleció en 1967. Tampoco ella tenía su carpa en el sur, sino en La Reina, cuando esta comuna tenía una atmósfera más bucólica.
Volvamos a Darín y su “Escena de la Vida Conyugal”. El actor sacó aplausos cuando interrumpió en un momento álgido la interpretación de la obra, al ver que una persona de platea alta sufría un colapso. Creo que en Chile eso hubiese significado silbatina.
Esta adaptación argentina está dirigida por Norma Aleandro (“El Hijo de la Novia”) que en sus tres años en cartelera supera las 200 funciones.
El Teatro Maipo se sitúa en el ahora denominado microcentro, donde se concentran las salas más tradicionales de la excelente oferta teatral bonaerense.
Venido a menos en el día cuando golpea el deterioro y la suciedad, este microcentro se engalana de noche con sus tradicionales salas de la calle Corrientes, donde las magnas e iluminadas marquesinas, además de la frenética muchedumbre, maquillan lo que se ve menoscabado de día.
En calle Corrientes compiten tres grandes del espectáculo: Antonio Gasalla, la aun escultural Susana Giménez y Enrique Pinti.
Como un signo de mesura ante la crítica situación económica, la cartelera argentina además se nutre de reposiciones casi históricas, como lo son “La Nona”, “Esperando la Carroza” y “La Casa de Bernarda Alba” de Federico García Lorca.
Entre los clásicos hay versiones de Otelo, El Hombre de La Mancha, en tanto el Teatro Colón, que lo recorrimos, se preparaba para presentar “El Lago de los Cisnes” en el pasado aniversario patrio, el lunes recién pasado.
La oferta bonaerense es infinita en teatro y espectáculos. Esta rutilante capital de alguna manera se las arregla para pasar el chaparrón económico que vive y que lo abordaremos en otro artículo.
Pero a nosotros nos golpeó el bolsillo. Los libros, una variedad enorme de títulos, ya no es posible encontrarles a bajo precio. En eso se acerca a Chile, donde lamentablemente el costo de los textos no ayuda en elevar la cultura en nuestro país.
El uruguayo Eduardo Galeano, fallecido recientemente, destaca en toda esta oferta, así como a lo menos unos 4 títulos con la oscura muerte del juez Alberto Nisman.
Y si bien la producción local disquera es de muy bajos precios, la foránea es castigada con elevados valores.
Esta es una pincelada de nuestro paso por la capital trasandina, donde buscamos refugio para olvidarnos de los escándalos políticos locales y de una cuenta presidencial que ya analizaremos en lo que más impactó: los anuncios en educación.
Comments
No comment