Ex mandatario respalda a  Ministro Jorge Burgos

Postura laguista ingresa a lucha interna del bloque oficialista

La Nueva Mayoría sigue enfrascada en su pelea interna sobre los tiempos para llevar a cabo el Programa y también la estrategia y los contenidos del mismo.

Esta semana entró al ring el ex Presidente Ricardo Lagos  cuyas declaraciones nos han inspirado un artículo que ya publicaremos.

Pero por los medios de  comunicación se ha anticipado que el ex mandatario se inclinó por la gradualidad,  respaldó al ministro Jorge Burgos, algo muy comprensible  y coherente con su propia posición, como analizaremos en  la columna en elaboración.

De momento, revisamos el clímax que alcanzó en la semana que hoy termina esta lucha interna que  lideran el PC y la DC y cómo este “gallito” por el Poder y por imponer respectivas posiciones mantienen a las autoridades y al Parlamento alejadas del Chile cotidiano: aquel que la pasada semana experimentó tragedias y carencias a propósitos de la rigurosidad del invierno que enfrentó  el país de norte a sur.

Chilenos que perdieron su vida y otros a quienes el mar les llevó su fuente de trabajo abordamos en  una columna publicada en el Semanario “Tiempo” y que mezcla ambas realidades: la catástrofe y la lucha  interna del bloque oficialista que amenaza su cohesión y lo deja al borde la fractura.

Les invito entonces a leer la columna difundida en el Semanario “Tiempo” titulada:

Entre Confusiones y Aluviones

(Publicada en Semanario “Tiempo” el  14.07.2015)

Con confusiones y “desconfusiones”- neologismo creado por el Presidente de la DC, senador Jorge Pizarro,- ¿dónde queda el país?

Porque esta semana,  mientras la clase política  mantenía la hoguera a fuego vivo en torno a las tensiones de la Nueva Mayoría (NM), el rumbo del Programa de Gobierno, los dichos de la Mandataria y el tira y afloja entre la DC y el PC, el país se caía a pedazos entre aluviones y temporales intensos.

El foco del Gobierno, Parlamento y Partido se situó en esta pelea soterrada, agudizada tras el “Realismo sin Renuncia”, frustrante cónclave, mediatismo presidencial y mini-cónclave de falangistas para apoyar al Ministro Jorge Burgos. Con tanto vaiven, es natural que  el senador Pizarro se declare “confundido” y luego “desconfundido”: así, el parlamentario retrató el caos que vive hoy la Nueva Mayoría y que trasmite incertidumbre al país.

Eso, mientras la lejana Sra. Juanita de Ricardo Lagos hacía malabares para que su vivienda no se anegara, otras 6 personas perecieron producto de fuertes  temporales, vientos huracanados y un aluvión se dejaba caer sobre Tocopilla.

Las regiones costeras- desde Antofagasta hasta el sur- sucumbieron en embarcaciones de humildes pescadores, que quedaron sin su fuente de trabajo.

En medio de este quiebre latente en la NM, está el Chile cotidiano.

El de clase  media y el de  menores recursos que quisiera que estos políticos elegidos para  llevar el timón firme  del país hacia el desarrollo, no estén tan turbados y que tengan claro hacia donde escorar el barco para que cuando sobrevengan temporales, aluviones, sismos y todo tipo de catástrofes a las que somos tan sensibles, todas las Sras. Juanita del país no queden tan a la deriva.

No planteamos que parlamentarios y ministros tomen palas y cascos, pero es deseable que su foco de preocupación sea el trabajar con el norte de un país que hoy está debilitado en su economía, acosado por la delincuencia y necesitado de mayor infraestructura para enfrentar los desastres. Es evidente que se requiere una propuesta largoplacista y preventiva en materia de catástrofes.

Por ejemplo, el árido norte carece de  suficientes lagunas  para mitigar aluviones que representan pérdidas de vida e ingentes daños.

Esas materias, además de educación, salud y energía, debieran estar en la prioridad y por sobre el tironeo por el Poder e imponer posturas en que está focalizado el Gobierno y su bloque político.

Tan prioritario es el Chile real que lo segundo- la lucha por el poder, usar la retroexcavadora o la bicicleta o el predominio doctrinario- debiera subordinarse a las necesidades ciudadanas.

Si el conglomerado no lo entiende así, lo que ocurrirá es que las rencillas terminarán por escindirlo y dejar también muy mal parado al país.

Y entonces preguntaremos ¿en que quedó la chapita “Todos por Chile” con que se festejó el “segundo tiempo” del Gobierno?