La Tía Rica de los Parlamentarios
¿Qué hacemos con legisladores que no creen en las leyes que ellos mismo elaboran?
¿Y qué hacemos también con congresistas que pasan a llevar las mismas normas sobre las que ellos legislan?
Nada, no dedique ni un segundo a cavilar sobre el tema porque en Chile ya está requete contra comprobado que toda la legislación está destinada sólo para que la cumpla a rajatabla el ciudadano común y corriente para no exponerse a las penas del infierno.
¿Los congresistas? Ellos están insertos en una de las tantas burbujas que los deja al margen en el cumplimiento de la ley y además de una variedad de otras prácticas, con las que ayudan a configurar el país de la desigualdad.
Hay muchos ejemplos de los enunciados anteriores: régimen de trabajo y escala de sueldos especiales, a pesar de su condición de funcionarios públicos, y privilegios diversos que les diferencian del chileno gris que patea sus deudas y sus frustraciones.
La semana que hoy se cierra destapó otras ollas de franquicias exclusivas para el oficio de legislador que explican las razones de defender estas plazas laborales con dientes y uñas, y también con triquiñuelas legislativas para asegurar su permanencia ad eternum en el hemiciclo, con carreras legislativas que en algunos congresistas ya cumplen Bodas de Plata y con traspaso de postas legislativas a hermanos e hijos.
Lo más fresquito en materia de parlamentarios y sus desaguisados fue el Bancongreso, una suerte de Tía Rica para los parlamentarios.
¿La justificación es que esa práctica ya no existe? Claro, profitaron de esa vaca lechera hasta que surgió el temor a ser descubiertos.
En esta nueva línea de abusos parlamentarios, el más extravagante es el caso de la senadora Jacqueline van Rysselberghe, quien debió “destapar” el ilícito de que fue víctima por parte de uno de sus asesores, que le falsificó la firma y solicitó en su nombre un préstamo ascendiente a $ 5 millones como parte de los “anticipos” que en condiciones “ultrablandas” obtenían los congresistas de la caja chica del Congreso. Esa a la que todos contribuimos con nuestro sudor de frente, y que en el privilegiado régimen congresista se cancelaba sin interés y sin reajuste.
Al contrario de lo que nos sucede a los otros ciudadanos. Todos los restantes funcionarios públicos no podemos solicitar de nuestra institución un préstamo ni aun pagando IPC más intereses, y si acudimos a un Banco, ahí se nos aplica el régimen leonino.
Está el caso de chilenos que han sufrido el rigor por sobre la ley. ¿recuerda el caso de Eurolatina con modestos ciudadanos que se murieron esperando la devolución de sus viviendas? ¿ Y el Caso La Polar, cuyas deudas aplicaban interés sobre intereses?
Recordamos estos dos “modelos”, para graficar el diferencial entre ser legislador y chileno del montón.
Volvamos a la van Rysselberghe, quien alguna vez pretendió postular a la Primera Magistratura, y que ahora dio señales que no tiene fe en lo que ella misma aprueba. ¿Cómo así aspiraba a llegar a La Moneda?
Porque la explicación que otorgó para no perseguir judicialmente a su ex asesor cuando se percató del robo fue que “no iba a lograr nada con la denuncia”.
Es decir, la parlamentaria bebió de la propia medicina de miles de chilenos que siendo víctimas de robos, atropellos y abusos no logran nada.
Que lo digan por ejemplo, los familiares del Carabinero atropellado por el senador Jaime Quintana; la familia del hombre atropellado por el hijo del ex senador Carlos Larraín y tantos otros ciudadanos que integran la voluminosa nómina del balance del ex Fiscal Sabas Chahuan a quien le aplaudieron una cuenta en que el 93% de los denuncios pasaron a la lista de los casos no resueltos. ¿merecía aplauso?
¿No será hora que los Poderes Legislativo y Judicial se apliquen y con toda la red de apoyo que ambos tienen, generen las condiciones normativas y operativas para que los chilenos recibamos efectivamente señales que en el país el delito paga y que la ley pareja no es dura?
No, la Ley no es pareja y tampoco se practica. Para abordar esta materia, los parlamentarios resolvieron debatir a puertas cerradas, impidiendo la presencia de periodistas.
Es decir, la Ley de Transparencia no existe tampoco para ellos.
Veamos una segunda trasgresión parlamentaria, que es aun más fea que la anterior.
La Asociación de Funcionarios del Congreso denunció este jueves prácticas antisindicales por parte de parlamentarios.
¿Serán los mismos que hoy están acuciosamente elaborando una Reforma Laboral para el resto de los chilenos?
¡Claro que siiiiiiiiií!
Lo peor que los dirigentes dijeron: obligan a los conductores que les llevan en sus cochecitos con aire acondicionado a imprimir velocidad sobre 180 Kms. por hora y si algún osado y despistado carabinero que no se percata que el cochecito transporta a un chileno de elite le pasa un parte, el pobre conductor debe pagar el 50% de la multa de su bolsillo. El congresista, en tanto, se echó en el bolsillo la norma de tránsito, abusó del funcionario y le depredó su esmirriado salario. ¿Estará bien eso?
Los dirigentes acusaron además el no pago de horas extras y el despido de una funcionaria con fuero sindical.
¿Ve? colocan firmas en leyes que ya anticipadamente no están aplicando.
Cuán graciosos son estos parlamentarios: les encanta practicar ese refrán que dice : En Casa del Herrero Cuchillo de Palo, porque con tanta pillería de viáticos dobles, solicitudes de préstamos, pasada de platillos por empresas, viajes en plenas catástrofes, habrá que preguntarse ¿Cuándo se dedicarán a legislar para toooooodos los ciudadanos, incluidos ellos?
Tomemos mejor todas sus pilatunadas con humor….por nuestra salud mental.
Si los legisladores no creen ni practican las leyes que ellos mismos elaboran; la Presidenta tampoco fía en su Ministro del Interior, ¿a quién otorga su voto de confianza el resto de los chilensis?
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