La Diva Italiana y su intacto talento actoral en un filme de afecto materno dentro y fuera de pantalla
La figura materna ha sido una recurrente representación en la cinematografía internacional y en este artículo nos referiremos a las dos últimas películas que por distintas plataformas están enfocadas en ese vínculo.
Es el caso de la última cinta protagonizada por Sophía Loren, titulada “La Vida ante Sí”. Su presencia es un enorme acicate para ver este filme, porque esta diva italiana quebrantó así su retiro de la pantalla y porque Italia ha sido un gran ausente en la cartelera nacional. Desde hace una década además que la actriz no filmaba un largometraje y hoy llega a las plataformas dirigida por su hijo Edoardo Ponti.
Así, el tema familiar va por varias vías. La Loren que accede a retornar al cine para dar impulso a la carrera de su hijo como director, intentando éste a su vez emular a su padre, Carlo Ponti, uno de los notables directores del neorrealismo italiano.
El enfoque de esta realización cinematográfica es el vínculo madre-hijo que se construye entre una judía italiana y un niño senegalés.
Los vínculos consanguíneos o simplemente afectivos no concluyen en los lazos mencionados. “La Vida por Delante” está basada en la novela del escritor judío-franco-ruso Romain Gary, un prolífico autor cuya férrea unión con su madre es retratada en el filme “Promesa al Atardecer” que en esta temporada está exhibiendo Films & Arts.
Este antecedente es importante pues gran parte de la obra de Gary, así como su participación como aviador en la Segunda Guerra Mundial y su condecoración como Héroe con la Cruz de Guerra fue impulsada por la gravitante presencia materna.
Hay por tanto un círculo virtuoso sobre la maternidad, lo filial y lo paternal en torno a este filme, “La Vida ante Sí”, al que se puede acceder a través de la plataforma Netflix para ver la que podría ser la última actuación de la Loren. Esta suposición sólo la puede dilucidar ella, cuya motivación para reaparecer en pantalla a sus 86 años, podría estar impulsada sólo por ese vínculo filial.
No es una gran película, pero es una correcta realización que permite constatar que Sophia Loren mantiene intactas sus dotes histriónicas en el rol de una anciana que comienza a experimentar el deterioro mental.
Claro, no es la Loren de “Matrimonio a la Italiana”, ni aquella de “Dos Mujeres” o la permanentemente embarazada comerciante callejera de “Ayer, Hoy y Mañana”, y de toda su prolífica filmografía que se extendió por 60 años (1951-2010) ni el papel que hoy representa da pie para los enérgicos roles que hemos citado, pero su excelente actuación se sitúa en el punto exacto que exige el relato.
Recomendamos a Mama Rosa-el rol de la Loren-junto a Momo, un niño senegalés, con el cual construirá un sólido y afectivo vínculo madre-hijo cuyo mayor mérito es rescatarle del narcotráfico.
En la misma temática se conduce “Dulces Sueños” la película que exhibió el pasado fin de semana el Centro Cultural Las Condes. Este drama italiano tiene como protagonista a un niño de 9 años enfrentado a la muerte materna, un trauma que le acompañará hasta la adultez.
Ambas realizaciones son una buena alternativa en el cine de pandemia. Desde la butaca de su casa.
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