Este filme francés representa un canto a la vida a pesar de relatar una gran tragedia
En tiempos de cuarentena, una buena opción son las películas a través del cable y plataformas que reemplazan a la sinigual pantalla grande. No digamos que es una esplendorosa oferta, por el contrario, bastante limitada a quienes buscamos en el cine algo más que entretención.
Con la excepción de Film and Arts, que siempre tiene una muy buena propuesta de largometrajes. Acaba de exhibir una película extraordinaria que recomendamos. En alguna otra semana la repondrá o podría ser adquirida en tiendas de la especialidad.
“La Escafandra y la Mariposa” es una producción franco-estadounidense, que constituye una realización extraordinaria donde se entrecruzan la vida, la muerte y la vulnerabilidad del ser humano que nos cuesta tener presente aun en las circunstancias que hoy experimentamos.
Este filme relata el vía crucis por la que atravesó Jean-Dominique Bauby, el editor de la Revista “Elle”, una publicación francesa referente en moda femenina, tras un accidente cerebral a los 42 años que le dejó postrado enfrentando el denominado “síndrome del cautiverio”. Este deja encapsulado en un cuerpo que ya no funciona a una persona que mantiene intactas todas sus facultades intelectuales, sensitivas y emocionales: pavoroso.
No he anticipado nada que pueda frustrar el placer de ver esta película que llegó a los cines el 2007, porque su valor radica en el trabajo que desarrolla su director para no convertir esta tragedia en un dramón que dadas las circunstancias actuales no estaría recomendando.
La cámara está fundamentalmente enfocada desde la única facultad que le queda al periodista, su ojo izquierdo, y de cómo se asoma a un mundo limitado a personas resolviendo por él. El relato va mezclado con pasajes de su vida suspendida en un periodo de plena productividad, de gran desarrollo profesional y afectivo.
Es precisamente el músculo ocular el que le permitió escribir su libro bajo el título “La Escafandra y la Mariposa” a través de una tarea titánica facilitada por su foniatra y la dictación de las palabras mediante el guiño de su ojo.
La narración va mezclada con bellísimos paisajes de exultante expresión de la naturaleza que hacen de esta realización, a pesar de la tragedia, un canto a la vida que merece ser disfrutado, además de tener presente lo frágil de la existencia en su plenitud. Pero también está expresado por Bauby, a través de la mariposa y su eterno peregrinar, en plena libertad de revoloteo por donde ella quiera, dejando estela de belleza con sus alas. La mariposa fue el alter ego del periodista que se sintió en toda la breve vida que le restó atrapado como en una escafandra.
El relato de Jean Dominique Bauby plantea una vez más hasta donde es posible prolongar la vida de pacientes y desde esa perspectiva, el filme es sobrecogedor.
“La Escafandra y la Mariposa” fue candidata en 2007 a 4 Óscar: Director, Guion, Fotografía y Montaje, todos los que dan cuenta del gran mérito que tiene la realización en su integralidad.
No los logró a pesar de haber triunfado como Mejor Película en Lengua No Inglesa, en los Globos de Oro, galardón de antesala al Óscar. Su director Julian Schnabel, se llevó también un Globo. Lo mismo estimó el Festival de Cannes que le otorgó la distinción al Mejor Director y le asignó además el Gran Premio Técnico.
Reconocido también por la Palma de Oro y por los Bafta- versión británica de los Óscar- que distinguió a este excelente largometraje como el Mejor Guion Adaptado.
Sumó otros 6 premios internacionales para ratificar su calidad técnica y de relato.
Escuchado es su idioma original- el francés- este filme es un deleite.
Por cierto que lo recomendamos y también el libro, que equivale a internarse en el alma de Bauby y empatizar con que, a pesar de su enorme drama, la muerte de su cuerpo no logró extinguir su real existencia.
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