La Corrupción…..

Las “Especiales” Definiciones de un Lobbysta

enrique correaSin duda la frase del actual lobbysta Enrique Correa, otrora ministro del Interior en los primeros años de la Concertación (1990-1994)  en cuanto a que “el Financiamiento irregular de la Política no es  Corrupción” se convertirá en enunciado más controvertido de 2015.

Esta sentencia es la que mejor refleja el muro de resistencia que han levantado sectores interesados en bajar el perfil y desarticular consecuencias a la seguidilla de escándalos e involucrados del mundo político y de empresas del sector  privado insertas en la danza de procesos que tienen lugar y de tantos otros que  inexplicablemente no han sido.

La frase recorrió ayer las redes sociales , luego que el Diario “La Tercera” publicara una extensa entrevista donde habla  de lo que él mejor sabe: de los escenarios políticos y de los servicios que presta al mundo privado.

Sobre ambos él ha tenido un protagonismo importante, pero  efectuado con mano de monja: discreto, sutil, subterráneo, reservado y que ha consistido en tender puentes de conexión para ensamblar intereses mutuos.

A eso se le llama lobby y Enrique Correa se autodefine como lobbysta. Fue uno de los primeros que se  inscribió cuando apareció  la Ley que nosotros bautizamos como “El Cuento del Lobby”, por  los vacíos y la ineficacia que presenta.

Correa está  calificado como el lobbista más prestigiado del  país y cómo no, si cuenta con articulaciones que pesan en el arte del lobbismo: sus contactos políticos,  esfera de la cual es originario, desde donde emigró para insertar su negocio y atender a  privados, fundamentalmente  a empresas magnas.

En efecto, del curriculum de Enrique Correa hay que consignar que él es  ex Mapu, ex DC y ex PS, todas militancias que forman parte de su pasado, a las que renunció para sentirse más cómodo en su actual profesión de lobbysta.

Según Correa, el financiamiento irregular a políticos en campaña, no es corrupción en tanto esta práctica está destinada al enriquecimiento personal de quien recibe los dineros y su tesis, aunque no la especifica, no enriqueció a los políticos que pidieron dinero a empresas por debajo de la mesa.

¿Y qué es una campaña electoral rumbo al Parlamento o La Moneda sino invertir para lograr un cargo pletórico de privilegios  laborales y salariales, en tanto Chile es un país en el que los parlamentarios reciben una mayor remuneración que en naciones de más desarrollo y recursos como Alemania, por ejemplo. Y que los convierte en los empleados  públicos a  años luz de los restantes, sólo por su remuneración?

Correa remite  este lazo financiero entre privados y  políticos y lo explica como “hechos irregulares e informales”,  negando que configure  el delito de corrupción.

En ese aspecto, omite referirse a la confiscación que en esa estirada de mano se hace de la capacidad de decisión del parlamentario al momento de votar leyes que pueden afectar los intereses de los empresarios. Léase que de esa manera se  incauta la necesaria autonomía del Congreso y de La Moneda para legislar y gestionar en beneficio del interés ciudadano y del país.

Incluyo a La Moneda porque  nunca se aclararon suficientemente, los dineros que se traspasaron desde Soquimich para la Pre-campaña que en un principio se negó hasta que resultó demasiado evidente el número de personas involucradas en ella.

Y que significó la salida del primer Ministro del Interior del gabinete, así como el despido del director de Impuestos Internos.

Justamente han quedado en una nebulosa por el SII se ha negado a presentar querellas

Por lo demás, resulta estrecha la acepción que hace Correa del concepto “Corrupción”. Según el Diccionario de la RAE, una de sus definiciones, es “el vicio o abuso cometido en las cosas no materiales” y cita como ejemplo, la corrupción en las costumbres.

También digamos que hay una riqueza importante de sinónimos para el concepto de corrupción, lo que da cuenta de la amplitud de la acepción.

Vamos a citar sólo  algunas homologías presentes en diccionarios de consulta. Hay muchas: soborno, cohecho, compra y adulteración.

Otras: conclusión; descomposición y deshonestidad.

También depravación y degeneración. Estas últimas las cito, a propósito de mi último artículo sobre la Corrupción publicado este sábado en el cual incluyo a la Iglesia Católica y sus curas pedófilos: Esa jerarquía confesional (los Arzobispos) ha sido defendida por Correa a través de su cuenta de lobbysta y por tanto no nos extrañemos que en una próxima entrevista este ex socialista afirme que los abusos cometidos con menores por conspicuos curas defendidos por  sus jerarcas no fueron corrupción. Si la lógica es que para ser corrupto hay que lucrarse, ahí tiene Karadima una muy buena defensa, un argumento al estilo Correa.

Se ha olvidado ya la polvareda que levantó el nada de cristiano Bullying que hicieron los propios Arzobispos cuando impidieron que  el jesuita Felipe Berríos fuese designado capellán de La Moneda.

En esa gestión habría mediado Enrique Correa con sus estrechos lazos en la Casa de Gobierno.

Tal maniobra se revela en los correos entre Ezatti y Errázuriz y la mano que meció la cuna habría sido la de Correa. La Mano Invisible o como Ud. quiera llamarle, parodiando al mismo Correa que en la entrevista afirma que el vínculo de  dineros entre políticos y empresarios es cualquier cosa, menos corrupción, “como ud. quiera llamarle”,  sugiere al periodista.

Claro que en su  estrecha acepción según Correa, entrarían por ejemplo al ruedo de la Corrupción todas aquellas universidades que hicieron de la educación un lucro, incluso con figuras engañosas como fue la creación de inmobiliarias que arrendaban sedes a planteles con los cuales tenían comunidad de directorios.

Esa era una irregularidad. Según el concepto de Correa, una corrupción porque significó lucro.

Pero se salvan porque el otro concepto que  se  ha instalado y que  resultado muy cómodo al mundo privado es que la Corrupción se da entre lo fiscal y lo particular.

¿Ve que hay explicación para todo?

¿Cómo llegó Correa al lucrativo negocio del Lobby?

Brevemente digamos que  en el Primer Gobierno Democrático, él fue designado Ministro Secretario de Gobierno, un puesto que, unido a sus sucesivas militancias en la DC, Mapu y PS, le nutrió de un abanico de contactos, la base esencial para un lobbismo exitoso como el desarrollado por él en  estas últimas décadas a través de su empresa Imaginacción, en que  ha incursionado en el mundo de las Comunicaciones y fundamentalmente en el Manejo de Crisis, el contagio que ha afectado al mundo  estatal y privado.

Este contacto “dorado” de Correa está dado por sus importantes lazos políticos que le permitieron llegar al mundo empresarial, sector que requería de su gestión para que le tendiera puentes comunicacionales hacia las  cúpulas fiscales.

Sumemos que hoy su hijo, Carlos Correa, es subdirector de la Secretaría de Comunicaciones en La Moneda, a donde llegó porque uno de los discípulos políticos de Correa es el ex ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo.

La familia política es un círculo tan cerrado, que resulta fácil seguirle la pista.

En la elitista cuenta de Enrique Correa hay de todo: público y privado; político, deportivo y eclesiástico, por mencionar algunos sectores que han sido favorecidos por  el maletín de Correa que circula por pasadillos de La Moneda y del Parlamento.

Hasta Blanco y Negro S.A estuvo presente en su gestión; ya mencionamos  los dos últimos  Arzobispos;  el mundo minero, también el de las Isapres; el Banco Central; municipalidades y una larga lista de grandes empresas.

Podríamos hacer numerosas otras disquisiciones sobre la ya famosa  frase de Correa, pero digamos que una de sus cuentas ha sido Soquimich  y junto a  esta minera, su principal accionista, Julio Ponce Lerou, hasta ahora involucrado en el Caso Cascada y en los voluminosos recursos que traspasó desde ese  holding al mundo político de  todas las ideologías. Ponce Lerou sólo conoce las fachadas de los tribunales.

Este cliente explica en toda su dimensión la frase de Correa. porque además  ha asesorado a los involucrados en ese escándalo. Uno que ha recibido el respaldo de Correa ha sido Rodrigo Penailillo.

Correa es un actor importante en el Muro de Resistencia levantado para obviar que la mano de la Justicia se deje caer sobre políticos, empresarios y el poderoso mundo que cometió irregularidades que según Correa no es corrupción.

¿Qué queda para la ciudadanía que aun desde la ingenuidad aguarda que se dictaminen fallos coherentes a  los delitos?

Simplemente cruzar los dedos y esperar que los Tribunales y el Ministerio Público, en el poco espacio que otorga  este Muro de Resistencia, pueda hacer lo suyo.

Ese es una pretensión que se visoriza difícil, muy difícil.

Susana Pozo Pizarro, es Periodista (UCh), Magíster en Información Económica. A nivel profesional ejerció en formatos de Televisión, Radio, Periódico y Revista. También se desempeñó en Comunicación Corporativa y culminó su carrera como Editora y Columnista del sector de Economía en Diario “El Mercurio” de Valparaíso. A nivel académico ocupó cargos en la Universidad de La Serena como académica, Directora de la Escuela de Periodismo y vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Administrativas. En 2008 recibe el Premio “Elena Caffarena” que otorga el Gobierno para reconocer a mujeres destacadas en su ámbito profesional. Hoy es columnista del Semanario “Tiempo” de La Serena y maneja este sitio para analizar la actualidad así como otros temas de interés. Nos estamos acercando a 1.800 seguidores en twitter y un número significativo que nos siguen a través del contacto directo y de correos. Nuestro interés es otorgar análisis independiente y acogemos comentarios que pueden observar enfoques distintos y opuestos al nuestro.

Susana Pozo – who has written posts on Agenda Alternativa.


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