¡Feliz Aniversario¡
Han comenzado días cálidos en La Serena, ciudad que hoy miércoles 27 de agosto está de aniversario. Cumplirá muchos más, es una de las primeras ciudades fundadas en el país. Su trayectoria ha sido con altos y bajos, al ritmo de actividades ligadas a sus recursos naturales y otros como el Turismo, que han emergido al compás de empresarios gestores y de muchos visitantes- nacionales y extranjeros- quienes se han encantado con su tranquilidad y la cercanía de playas extensas. Además de su vecindad con zonas interiores donde pueden disfrutar de un descanso aún pueblerino, como Pisco Elqui, cuna de Gabriela Mistral, nuestro Primer Premio Nobel, quien es hija de esta tierra. La Serena es como la hermana del medio: no es Norte propiamente tal y no es pleno centro del país.
Cada vez que se conversa con algún metropolitano, estos con envidia expresan que gozamos de sol todo el año. Y hay que precisar que ése es un mito, que nuestro clima es, al igual que la ciudad la hermana del medio: un verano muy reducido apenas enero y febrero y ya en marzo, salvo días excepcionales, comenzamos con días muy tibios para internarnos en pleno a contar desde abril en un prolongado invierno que nos “regala” este clima con días muy fríos hasta en el mes de noviembre.
No recuerdo ningún Otoño desde que vivo en La Serena: no hay hojas crujientes para pisar ni lo agradable de esa estación que no registra las extremidades del verano ni las del invierno. La Primavera también pasa por La Serena muy fugazmente como pidiendo permiso, no molestar mucho y los brotes de los árboles tan luego llegan se van.
Con el verano nunca se sabe: jornadas muy frías, otras muy calurosas, bastante neblina. Pero de qué quejarse si eso es propio de la costa y el gran regalo que al menos para mí significa vivir al lado del mar, con el ruido y la espuma de las olas y el graznido de gaviotas que se anuncian muy temprano.
Ese es el escenario que me reconcilia con esta ciudad, a la que me costó acostumbrarme, a la que ya no me acostumbré, porque carece de otras aficiones mías que ya he vaciado en otros artículos.
Pero las ciudades, al igual que los individuos, tienen debilidades y fortalezas.
Un imperdible que también disfruto en La Serena son sus puestas de sol: todas distintas, todas me embelesan, particularmente aquellas en que se funde un gris muy especial con un sol refulgente de anaranjado.
Y cómo no me van a encantar si se sitúan junto al mar, brioso, extenso y azul. Me atrevería a decir que La Serena es la ciudad de Chile que exhibe las mejores puestas de sol. Hay muchos escenarios, además de frente al mar, desde sus colinas como para disfrutar de este espectáculo que a diario nos regala la naturaleza.
Pero decíamos que, como toda ciudad, hay debilidades. Como periodista no puedo dejar de mencionarlas La primera es la gran sequía que ya avanza hacia la década, un mal casi endémico, que azota a toda la IV Región y sobre la cual ha habido una débil y desarticulada gestión y sobre cuyo impacto poco nos motivamos quienes vivimos en Serena porque el drama está al interior, en sus valles, su agricultores y sus embalses prácticamente secos.
La Serena Colonial también ya desaparece, apenas su cascarón central. Ha dado paso a construcción inocua, comercial, que no ha sabido conservar ese estilo por la cual se hizo conocida esta capital de la IV Región. Ha faltado conciencia, campaña e interés de las autoridades por conservar ese estilo. Penoso, porque las ciudades debieran tener cada una su identidad, su marca. Esta ciudad la está perdiendo en medio de renovación y de propuestas “cajas de fósforos” que lo único que pretenden es maximizar el metro cuadrado. Ambos objetivos se pueden compatibilizar: lo colonial y lo funcional, pero carecemos de un plano regulador que así lo exija y preserve.
La congestión en una ciudad de calles estrechas está restando la calidad de vida en La Serena que era valorada por los visitantes. Se echa de menos una mirada integral, urbanística para resolver la demanda que ya es permanente en la mayoría de las arterias serenenses.
Hasta ahí mi visión de esta ciudad en este nuevo aniversario en que he pretendido retratar una Serena cotidiana.
Hay mucho más que decir: lo dirán otros que tal vez valorarán el Casino de Juegos, la Pampilla dieciochera, trepar Cerro Grande que ya retratamos en un artículo o visitar La Recova. Sobre esta última tengo una visión que no se compatibiliza ni que es amigable con este aniversario que hoy celebra esta ciudad.
¡Un muy Feliz Aniversario Serena¡
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