El “Martes” 13 de La Moneda

Nada logró salvar al abogado Enrique Rajevic de irse al agua como candidato de la Moneda a ocupar el cargo de Contralor General de la República, aun cuando  el Ejecutivo se tomó una semana más para imponer su apuesta. No lo salvó ni la votación de la Nueva Mayoría en pleno, “cuadrada” con “la jefa”, como diría Peñailillo, ni el sufragio del senador Rossi, quien por  1 hora se despojó de su licencia médica, eso que ningún otro trabajador chileno puede hacer.

Pero ya debiéramos  estar más que acostumbrados a las torcidas de nariz de los políticos con respecto a las leyes que sí rigen para el resto de los chilenos. Claro que aunque nos acostumbremos, siempre habrá que decir un téngase presente sobre las maldades parlamentarias.

Todos perdieron.

Quedó en  entredicho la “muñeca” del ministro del Interior, Jorge Burgos, para alinear a los parlamentarios en el pronunciamiento por el candidato de La Moneda. También fracasó la capacidad de convencimiento de la  Ministra de Justicia, Javiera Blanco, especialmente mandatada por la Presidenta para que liderara la ronda de conversaciones en la Cámara Alta y lograra reunir los 22 votos que requería la aprobación.

El ministro Burgos se la jugó mal: arriesgó su capital de político de menos macuquero y perdió. Ahora muchos le miran con cara de él es el culpable.

No es primera vez que le sucede a La Moneda salir trasquilada tras una persistencia en escoger representantes a elevados cargos. El ex director de Impuestos Internos, Michel Jorratt duró un suspiro como titular y resultó insostenible mantenerlo en el cargo, al que  la Presidenta lo designó tras quedar develadas sus faltas.

Para Rajevic no debe haber resultado grato haber sido expuesto a la luz pública, con sus virtudes y defectos, que  deben haber pesado al final del proceso.

Debió aprender de algunos empresarios y algunos políticos que cuando se autoperciben con  tejado de vidrio procuran pasar “piolitas”: desaparecen de pantalla y de focos de tv, arrancan de las cuñas periodísticas y se repliegan en sus cuarteles.

¿Alguien ha visto asomar la nariz de Ponce Lerou por algún lado; la de Ena von Baer? y de  tantos otros que  con rapidez, cuando son descubiertos en sus maldades, se desplazan por un agujero negro del que salen sólo cuando amaina el temporal y llegan recauchados, impolutos del paso del tiempo.

Creo que a Rajevic le faltó olfato para percibir  hacia donde iba la mano como para haber dejado libre el ofrecimiento de Bachelet, quien también tuvo la oportunidad de proponer un nombre transversal y sin pecado inmaculado.

Esta es una derrota para el Gobierno y con este traspié además se suma otro capítulo que ratifica que lo político está por sobre el país.

En efecto, este revés no  logra borrar la percepción de “trueque” en la votación para los respectivos cargos de Contralor y de Fiscal Nacional, cuya nominación presidencial se despejó hoy al disponer la gobernante que su delfín será Jorge Abott, actual director ejecutivo del Ministerio Público.

El intento de cocinar ambas designaciones en la misma olla se percibió desde distintos frentes, un asunto que abordo tangencialmente mañana en la columna del Semanario “Tiempo”.

Está  demasiado cerca esta  derrota como para saber si se volverá a intentar hacer el mismo mix con esta dupla de cargos, porque la Presidenta deberá nominar un nuevo postulante a Contralor ¿o Contralora? (¡Dios nos libre con lo odiosas que somos las mujeres¡), pero no estaría mal.

Pero alguna vez, aislemos la cuestión politiquera y soñemos que la clase política se abstiene de obsesionarse con los “enjuagues del poder” y piense que, en el escenario que hoy existe, del cual  varios de ellos son protagonistas,  Chile debe contar pronto con el mejor Contralor y el más eficiente Fiscal.

Eso, en nombre de otorgar una señal de tumbar los escándalos y la delincuencia: colocarse en los pantalones de los ciudadanos que se sienten acorralados por el escandaloso incremento del delito, haría  muy bien a los parlamentarios.

Ah….se me olvidaba…un bonus track: al senador Jorge Pizarro le hubiese sido más provechoso pasar el día de la derrota contralora en su distrito donde, le contamos, los damnificados estaban con el agua hasta el cuello por los temporales y en la intemperie: calle Balmaceda de Coquimbo estilaba de agua y de pena de pobladores que lo están pasando muy mal.

Para algunos parlamentarios, en cambio, la lluvia fue una excusa para llegar atrasados a una sesión que fracasó por la ausencia de más de un centenar de diputados.

El diputado Ricardo Rincón se justificó “porque no podía circular a velocidad por la lluvia”…eso es caricatura: existe reloj, sabrá calcular y tiene chofer que no correrá rápido, pero le deja en la  puerta faraónica del Congreso.

Tema de la sesión fracasada: la Ley de Transparencia y Probidad….claro ¿qué interés podría tener tal temilla?

Ayer fue el “día después” de Martes 13, pero La Moneda debió celebrarlo atrasado.