El mayor Daño se lo lleva la Ciudadanía

Aun pareciera que no hemos terminado de enterarnos de todas las aristas vinculadas a los indultos que en víspera del Nuevo Año el Presidente Boric determinó conceder como broche de oro del 2022- eso para su coalición de Partidos – y como bofetada en el rostro para quienes  estiman que los sucesos del 19-0 no son para repartir premios.

Pero es así no más, es atribución, privativa en calidad de Presidente de la República y hay que respetarla. Aun a pesar del cúmulo de errores  cometidos como que estimara que con su prerrogativa estaba corrigiendo un error del Poder Judicial- y de formas cuestionables o talvez nada de prolijas para seleccionar a los merecedores del indulto. O de raciocinios livianos, como que otras Administraciones han ejercido tal facultad, cuando lo que se cuestiona son sus explicaciones y los elegidos para esta condonación.

Son seguramente estos errores de fondo los que justificarían revisar si es pertinente mantener este privilegio presidencial, hoy cuando las Democracias pretenden eliminar toda discriminación en particular esta prerrogativa más propia de un régimen despótico.

Y eso tiene sentido cuando se conoce que 7 de los beneficiados registran prontuarios desde 2005 y por tanto no son “hijos” del estallido.

Todos estos antecedentes incrementan la frustración en la gran mayoría de chilenos que demanda paz social y desarticular la delincuencia que en plenitud actúa con desparpajo, extrema violencia y está dejando una estela de víctimas, sin considerar el clima de intranquilidad que siembran al apoderarse de las calles.

Por eso, el mayor costo de esta decisión presidencial se lo lleva la ciudadanía que constata con desazón y pesadumbre que los esfuerzos del Gobierno están focalizados en “cumplir compromisos personales”,  como dijo el mandatario, y con ello abandonando el deber de generar programas para combatir la criminalidad.

Les invito a leer la columna sobre esta cuestionable decisión que hoy publicamos en el Semanario “Tiempo”.

El Perturbador Legado de 2022

Publicado en Semanario “Tiempo” 06/01/2023

No ha sido silente el adiós de 2022. Por el contrario, en relevo de los fuegos artificiales, cuya ausencia representó una calamidad para el sector turismo y pequeños empresarios, 2022 fue un año que agonizó demostrando que el último estertor puede alcanzar amplia resonancia y que el tiempo es un mero convencionalismo.

Desde el Presidente Boric llegó la candente brasa que encendió la animosidad de los otros 2 Poderes Públicos, tras las explicaciones entregadas por el mandatario por los indultos concedidos a 12 participantes en el estallido de Octubre, además de un frentista condenado por un asalto a banco.

Nadie reprocha la atribución presidencial, sino la fricción proveniente de sus palabras, que provocaron escozor en el Poder Judicial, por descalificar la regularidad del proceso que condenó a los indultados, y el impacto de las mismas, que provocó el quiebre de la Mesa de Seguridad a la que se sentaban Oficialismo y Oposición, un gran logro dentro de las tensiones, para llegar a un Acuerdo en la urgentísima necesidad que clama la ciudadanía por el combate a la Delincuencia.

Claro, porque quienes fueron beneficiados con el perdón, estaban procesados por protagonizar hechos violentos, los mismos que dieron pie a generar una espiral de delincuencia que protagoniza hoy el mundo del hampa que se sintió amparada ante el debilitamiento y descalificación de las fuerzas policiales.

El contexto, la oportunidad y las justificaciones por el indulto constituyeron una muy inapropiada amalgama heredada del 2022 y su resonancia no se apagará fácilmente.

Porque si para la Oposición los indultados son delincuentes y el perdón es una pésima señal para la necesidad apremiante de recuperar la seguridad y combatir la criminalidad en todas las violentas formas que se ha instalado en Chile, para el Presidente Boric, en cambio, esas personas “no son delincuentes”, agregando que es una decisión “meditada, un compromiso personal y por el bien de Chile”.

Tal disparidad de visiones no ayudará en nada a mitigar el clima polarizado existente en el país que alcanzó su punto álgido en  la revuelta de 2019 con un impacto no menor en la percepción que el Mundo tiene de Chile para su inserción en los mercados internacionales.

A nivel interno, este “ingrediente”, que llegó como misil a sólo horas que concluyera el 2022, desalienta la esperanza de un más  apropiado escenario político, porque es un latente condimento, en instantes que se pretendía el acuerdo transversal para combatir la delincuencia.

En tanto, suben las cifras que consideran la Delincuencia como el peor problema y eso porque  el Crimen Organizado ya impera en gran magnitud impactando en la percepción y la experiencia que siente y vive el chileno que, al margen de los números, representa un ejercicio de realismo ciudadano.

Decíamos en columnas anteriores: verano cálido, pasto que no crece y ahora decisiones arriesgadas, mezcla que no dará tregua al 2023