El Grandioso “Citizen Kane”
Recomendamos ver este filme en pantalla grande
“El Ciudadano Kane” (Citizen Kane) es la película que por más de 65 años ha sido calificada como la mejor de todos los tiempos: la Nº 1.
Por su trama que con tanto acierto encadena el comienzo al final del relato y por cómo cada uno de sus fragmentos elaborados preferentemente sobre la base del flasback responden y son necesarios para el argumento y el mensaje.
Es una película inteligente y particularmente talentosa para su época: filmada en 1940 y exhibida al año siguiente.
Hay una escena al comienzo que explicará la última palabra del protagonista, cuya muerte sucede luego porque ésta no es una narración lineal. Sin embargo, los saltos temporales (flashback, analepsis) suceden sin que demanden gran esfuerzo del espectador en su comprensión y desde esa perspectiva es una película sublime.
Por todo lo anterior, no comparto con los críticos de cine que “explican” el enigma que lleva a la investigación de un periodista sobre la última palabra pronunciada por un magnate del periodismo.
Eso debe descubrirlo el espectador y sino lo hizo, recomiendo verla por segunda vez con calma, tal vez en esa segunda función, apoyado hoy por un video que permite retroceder.
No tiene ningún valor ver “El Ciudadano…..” con la respuesta al enigma, aun a pesar de los otros méritos de la cinta.
En contraposición, la interpretación de ese enigma es un reto a la inteligencia del espectador y a su buen manejo de relacionar los hechos.
Para lograrlo, el público no podrá dejar de ver con mucha atención los primeros 10 minutos, al menos, y saber retener la información lograda: un desafío.
Este miércoles 15 de julio, esta excepcional cinta formará parte del ciclo de Cine Clásico que una cadena cinematográfica exhibirá como única vez en una de sus salas a las 19:00 hrs.
Me imagino que esa mezquina programación se relaciona con la también mezquina respuesta que otorga el público a presenciar estas joyitas de la cinematografía.
“Retrocinema” el proyecto que gratuitamente tenemos programado con la Dirección de Extensión de la ULS, tiene a “El Ciudadano….” como su broche de oro de este año, pero el avasallamiento que se ha hecho de las dependencias universitarias, que impiden continuar con la actividad académica, tiene en suspenso esta posibilidad de exhibir esta magnífica cinta.
Por eso, generosamente, a través de esta página, la promocionamos como una película que hay que ver.
Esta es la primera película actuada, dirigida, producida en 1940 por un juvenil Orson Welles, quien junto a Hermann Makienwicz, fue también su guionista.
“El Ciudadano…..” además de todas las singularidades que relaté al comienzo, tiene otras múltiples historias y méritos.
Hay ya mucha evidencia que el protagonista- un magnate del periodismo- está inspirado en William Randolph Hearst, dueño de una cadena de periódicos en los años 30, cuyos trazos de vida están retratados en esta producción.
El relato predominante del largometraje con 2 horas de duración, es la vida de Hearst, particularmente su lado oscuro y eso explica que prohibió en sus periódicos cualquier alusión a la cinta. Y por cierto que generó en él un odio contra los guionistas, particularmente contra Welles, al punto que se cuenta que tramó un fallido “montaje” para que el cineasta fuese fotografiado con una menor que contrató en polémica actitud que en esos años pudo significar para Welles la cárcel o el exilio.
Si es cierta esta historia, ratifica el lado oscuro de Hearst, el mismo que retrata la película. Una de sus nietas fue secuestrada en los años 60, por un grupo terrorista al que se unió, al enamorarse de su raptor: toda una historia familiar que el dinero no puede impedir.
Veamos algunos aspectos interesantes de la película que sí pueden relatarse y sirven de contexto. “Citizen…” responde al cine negro, para mayor negrura. A este género nos hemos referido profusamente en estas páginas a propósito de otros largometrajes que alcanzamos a exhibir en “Retrocinema”.
Al periodista que indaga el misterio que guía el relato nunca le conoceremos, siempre aparece de espaldas o en penumbra. Y también cuenta con relato en off, además que la historia termina mal para todos los personajes: no se escapa nadie. Todas características sine qua non del cine negro.
Asimismo está presente el flashback: de manera profusa para ir conociendo la vida de este magnate que va de mal en peor.
El flaskback (llevar el relato a hechos pasados) fue un juguete en las manos de Welles: poder mezclar hechos actuales con pasados y que el público no pierda el hilo conductor resulta complejo. Más difícil es cómo lo hizo este cineasta con una mixtura de décadas que recorren la vida de Charlie Foster Kane desde su niñez hasta su muerte.
Además del elemento incógnito, esta producción deja al descubierto algunas de las miserias humanas: un hombre dominante, con apetito extremo por el poder, torpe en las decisiones que adopta y en cómo maneja su vida, todo lo cual le llevará, a pesar de su riqueza material, a una gran soledad.
Esta espectacular producción tiene el mérito de constituir un gran y exitoso laboratorio en que el novel Welles, con menos de 30 años, experimentó en nuevas y audaces manipulaciones en la imagen para la época, como fue la gran profundidad de campo que en esos años era una novedad. Y cuando sólo funcionaba la creatividad y la artesanía.
Los escenarios adquirieron otra dimensión, como resultado de la profundidad de campo y también con el uso del contrapicado, que significa literalmente instalar la cámara en el suelo para lograr una monumental imagen. El plano picado (desde arriba) también está presente. La cámara en picado en “Citizen……” logra mostrar el dramatismo de un palacete atiborrado de objetos, obras de arte que permiten reflexionar y preguntarse ¿qué objetivo tuvieron para tan triste final?
Ese es el objetivo de esos planos cinematográficos: constituyen un relato visual que no necesita de parlamento y eso Welles lo maneja de manera espectacular.
Cuento todo esto porque el mérito de la película es observar todos estos detalles, con los cuales estas películas del cine negro alcanzan gran mérito en el lenguaje de cine.
Welles trabajó para la RKO Picture en esta producción en condiciones privilegiadas: no se le pudo discutir todas las condiciones que impuso, como que todos los actores tenían poquísima o primera experiencia en la actuación.
Eso está expresado de manera destacada en los créditos iniciales.
Del grupo de actores, además de Orson Welles, muchos destacaron a partir de este filme.
Joseph Cotten, entre ellos, su gran amigo, descolló como una gran figura de los años 40, ayudado por ser un galán de grandes atributos físicos.
Agnes Moorehead quien interpreta a la madre de Kane, está irreconocible para generaciones incluso hoy adultas, pero si señalamos que ella interpretó el rol de Endora en la serie “La Hechizada”, muchos la relacionarán.
Alan Ladd también llegaría tras “El Ciudadano…” a convertirse en uno de los galanes más cotizados de la época.
Esta magnífica cinta fue candidata de 9 Oscar- una proeza para el novel director- pero sólo obtuvo la estatuilla al Mejor Guión Original.
Se piensa que en la decisión del jurado pesó la figura de William Randolph Hearst como el magnate poderoso de la época retratado en “Citizen Kane”.
Pero hubo reconocimiento como la Mejor Película de parte de la National Board of Review y del Círculo de Críticos de Arte de Nueva York.
El prestigio vendría en la década de los 50 y permanece incólume hasta la fecha.
Digamos, o más bien recordemos que Orson Welles descolló con esta ópera prima, tras su radioteatro titulado “La Guerra de los Mundos” que relataba la llegada de alienígenas a la Tierra.
La puesta en voz y sonidos especiales fue tan espectacular en ese drama radial que causó pánico en la población, generó huidas, accidentes y muertes. Costó convencer a los norteamericanos que se trataba de una representación y no una realidad.
Así de ingenua era la Opinión Pública. Por cierto, eran otros tiempos.
Planifíquese y vea esta espectacular cinta, una joya cinematográfica.
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