De la retroexcavadora a la “bici”
Este artículo lo escribí apenas trascurrida la designación del Nuevo Gabinete que se hizo al Estilo Bachelet, inédito, anunciado de manera exclusiva para un medio y que impulsó una serie de innovaciones en los cambios ministeriales.
Ex ministros han afirmado- dolidamente- que se les informó que ya no formaban parte del Circulo Dorado de la Moneda minutos antes de la ceremonia de cambio.
Estilo que no compartimos, particularmente con quienes nos han acompañado en las duras y en las maduras, independientemente que lo hiciesen bien o mal, y mucho menos si deben irse porque había que hacer un cambio completo de un Comité, como le ocurrió a Álvaro Elizalde. Más aun si una de las integrantes- Ximena Rincón- sólo fue enrocada.
Metaforizamos lo que podría representar este cambio con la retroexcavadora- que para su autor ya debe pesar como a Cazsely le pena su autogol- y con la bicicleta, vehículo en que se desplazaba el ahora ministro del Interior.
Entre la famosa “retro” y la “bici” hicimos la analogía con los ritmos, que han sido uno de los tanto factores que le han jugado de forma negativa a este Gobiern, esto es poco tiempo a la Opinión Publica para comprender sus propuestas, al margen que las comunicaciones y las coordinaciones también han generado piedras en el camino.
Pero en cuestión de ritmo, el problema es que su propio Gabinete, así como las fracciones parlamentarias del bloque oficialista, tampoco van al mismo compás.
Muchos le tienen alergia a la política de los acuerdos, como ni esa no fuera una estrategia propia de la democracia, al margen que se la han endosado muy hábilmente a la derecha y ya política de los acuerdos es sinónimo de derecha Opus Dei.
Hay también un temor reverencial a cambiar una coma del Programa, aun cuando eso vaya en viento en contra de lo que señalan las encuestas, como una aproximación de lo que piensa la ciudadanía.
El nuevo gabinete se está acomodando y los ajustes deben ser con el propio estilo de la Presidenta, como con el Parlamento y los Partidos Políticos que le acompañan.
No será fácil, porque tanto al interior del Parlamento como en la NuevaMmayoría, se han expresado distintos énfasis y posturas.
Les invito a leer este artículo que publiqué en el Semanario “Tiempo”:
A la hoy figura más cercana a la Presidenta, el ministro del Interior- Jorge Burgos- le vimos en reiteradas ocasiones desplazarse en bicicleta por las calles de Providencia, su barrio, y también caminar de la mano de sus hijos rumbo al ex Cine las Lilas, hoy derribado por una retroexcavadora que dio paso a un adefesio de inmobiliario.
Creo que con él pasaremos de la retroexcavadora a la bicicleta. Es mi interpretación de los cambios del gabinete ministerial.
También transitaremos de la soberbia a la mesura, de la avasalladora retroexcavadora a la modesta bicicleta. Así funcionaría mejor la política hoy cuando tenemos una Opinión Pública contestataria e inquisitiva.
Burgos es clase media y por tanto que el ex secretario del Interior fuese objeto de un ataque elitista, según señaló el autor de la retroexcavadora, eso provino de la clase política, envanecida con sus privilegios, porque el ciudadano le apoyó hasta que se vio involucrado con Martelli.
En el Gobierno de Piñera faltó clase media en su gabinete; en el Gobierno de Bachelet es necesaria la ponderación para impulsar los cambios.
Ojalá no nos equivoquemos, pero Burgos podría- si se lo permiten- otorgar al Programa de Gobierno el ritmo de quienes se mueven de forma prudente en bicicleta.
No lo hará contra el tránsito (Opinión Pública) y cotejará que los obstáculos hay que acometerlos con discreción.
También deberá sacar a la Presidenta de la burbuja en que estaba, en la cual se fue quedando sola, a tal punto que todas las decisiones que adoptó la mandataria para hacer el cambio de gabinete- desde la confidencia a Don Francisco hasta la mañana del lunes- demuestra fehacientemente que estaba muy sola: sin sus asesores más directos, sin sus partidos políticos y sin su bloque en el Parlamento. Hay formas y formas de quedar sola. La peor es estando muy acompañada.
Era demasiado sintomático que toda su institucionalidad proclamara tanta lealtad e incondicionalidad. Cuanto más fuerte se gritan algunos enunciados, tanto menos se está seguro de éstos.
No es sano ensalzar tanto el presidencialismo, ni el parlamentarismo. Tampoco practicar la partidocracia y menos la bonocracia, el uso de influencias, el nepotismo ni el contubernio entre los poderosos.
Todas esas prácticas dejan ventana abierta a la corrupción y todas se practican en Chile.
La estrategia de hacer política debe cambiar. Han trascurrido demasiados años en políticos insertos en burbujas y- lo que repito siempre- ciudadanos huérfanos, a solas con su día a día, sus deudas y su calidad de vida que se deteriora.
Me refiero a pobres y clase media. Son quienes precisan que más políticos transiten en bicicleta. A ritmo más lento, con mayor prudencia, al aire libre, fuera de la burbuja, captando la realidad del país.
Ojalá la Presidenta gobierne al ritmo de la bicicleta. ¿Para qué sacrificar calidad por urgencia?
Comments
No comment