La semana anterior pude apenas esbozar un “petit bouchée” del “$ peso” que representan las Universidades No Estatales Tradicionales (UNECRUCH) en el presupuesto fiscal. Ampliaremos ahora a cuanto “$pesan” este G-9 (sólo 9 planteles), las Estatales y los estudiantes. Con qué piso llegan a pelear por el “botín” de la Reforma.
El mayor trozo de la torta en 2013 fue para los estudiantes: el 71,5% y sólo el 28,5% va para las instituciones, en una relación totalmente inversa al año 90, ilustra la Contraloría, cuando el 74% era para las instituciones versus el 26% para estudiantes.
Entre los 6 organismos del sector terciario que se reparten las platas fiscales, son las universidades Estatales (UE) las que concentran los mayores recursos (33,2%), “aunque bastante cercanas a las UNECRUCH (26,7%) y eso sin considerar el número de instituciones que compone cada clasificación, 16 y 9, lo que resulta en un financiamiento fiscal por entidad mayor en aquellos planteles No Estatales del CRUCH”. Lo entrecomillado es la conclusión textual de la entidad controladora y que destacamos la semana pasada. Y reiteremos que 5 planteles del G-9 pertenecen a la Iglesia Católica: en rigor una sola institución.
De lo recibido entre alumnos e Instituciones, lidera la lista de las top la Universidad de Chile y le siguen dos UNECRUCH (U. de Concepción y PUC). Con los menos aportes en la educación terciaria, vaya nuestra solidaridad con la estatal y regional Universidad de Atacama.
Cada UNECRUCH por aportes exclusivos a estudiantes recibe en promedio M$ 20.718.905, cifra superior a los M$ 13.860.668 que recibe en promedio cada Universidad Estatal y a los M$ 8.035.326 de las Universidades Privadas.
Esta superioridad de mayores recursos para las UNECRUCH se replica en el Fondo Solidario (FSCU), en el Aporte Indirecto (AFI) y en el AFD con un promedio este último de M$ 16.096.874 en contraste con las Estatales que sólo se empinan en M$ 11.845.885.
Tras estas elocuentes cifras, resulta absolutamente desproporcionado el berrinche de las UNECRUCH que claman por más fondos estatales.
Y es plenamente lógico que se fortalezcan los presupuestos hacia universidades estatales
Porque entre las universidades estatales hay 7 que reciben menos dineros que el que se les asigna a cada una de 7 universidades privadas, 4 Institutos Profesionales y 2 Centros de Formación Técnica.
En ese listado ignominioso se sitúan las universidades Tecnológica Metropolitana, de La Serena, Arturo Prat, Metropolitana de Ciencias de la Educación, de Los Lagos, de Magallanes y de Atacama.
Saque la cuenta: 5 de estos 7 planteles son regionales, casi el 50% de las Ues estatales de vocación regional (12).
Vuelvo a preguntar ¿Dónde están los parlamentarios “regionalistas” que no dan la pelea por sus universidades? ¿Y el G-12?
! Se buscan ¡
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