Sismo y Tsunami: inoportunos pero estaba anticipada su ocurrencia y los daños pudieron mitigarse
No fue mentiroso como se señala: sí inoportuno y explicamos por qué
Se ha calificado de mentiroso el terremoto y tsunami que azotaron a la IV Región.
No me adhiero a tal calificación y estimo más bien que fueron desastres inoportunos, en tanto no respetaron los festejos patrios y se dejaron caer en plenos preparativos del descanso en una celebración importante.
Llegaron- como todo desastre que se respete- sigilosos, nos pillaron desprevenidos.
No obstante, pudieron anticiparse y haber podido mitigar los daños sufridos, como lo señala una apreciada colaboración que me aportó mi apreciado amigo Herman Carvajal y que detallaré más adelante.
La Fiesta de la Pampilla ya funcionaba en plenitud en tanto los tradicionales festejos al interior de las empresas y colegios se sucedían, cuando se registró el prolongado y vigoroso sacudón magnitud 8,4.
Pero no es la proximidad de la fiesta lo que en definitiva importa, resultaría demasiado frívolo acotarlo a esa perspectiva, sino que quienes resultaron dañados por ambos desastres han debido esperar el término de estas celebraciones para que el aparataje público estuviese funcionando en plenitud y estar en condiciones de aplicar todo el rigor del auxilio y el inicio del necesario catastro. La inoportunidad se vincula también en que los desastres imposibilitaron las externalidades positivas que representan estas fiestas para pequeños sectores económicos de la región.
Seamos sinceros, desde todos los frentes se rebajó la dimensión de los daños para exculparnos en tanto sucedían los festejos. Eso, al margen de lo bien que resistió la zona para la magnitud de los eventos y de la correcta evacuación que, al parecer (no me encontraba en la región) se realizó desde el sector costero.
Hubo dos siniestros- sismo y tsunami- uno encadenado al otro- en un lapso mínimo de tiempo, ambos de gran vigor, porque a la fecha ha sido el sismo de mayor intensidad a nivel mundial.
Simplemente hay una evaluación retardada para la dimensión significativa de los acontecimientos.
Por lo mismo, particularmente se requiere una rápida valoración de modestas viviendas situadas al interior de la IV Región para definir su condición de habitabilidad. En momentos en que además ha continuado la ocurrencia de movimientos telúricos como el de 6,2 grados registrado esta madrugada hacia el sector de Los Vilos.
Hasta lo contabilizado hoy, los cataclismos suman 13 fallecidos y más de 900 viviendas dañadas, entre las no habitables y las destruidas.
Hay que adicionar a ese balance las pérdidas cuantiosas en los sectores costeros en jornadas destinadas a compensar bajas ganancias estacionales. Son mermas sufridas en las áreas de alojamiento y gastronomía, teniendo en cuenta que en la IV Región se trata de empresas pequeñas, muchas de ellas familiares, para las cuales la fecha representa la oportunidad de elevar ingresos. Lo mismo significa para el personal que se desempeña en el sector.
Agreguemos la dinámica del atractivo que tiene para visitantes el terminal pesquero de Coquimbo, que concentra sólo a comerciantes pequeños, quienes además sufrieron el siniestro de sus instalaciones.
En la misma magnitud de siniestrados se sitúan los pescadores artesanales con la pérdida de su equipamiento. El sismo y maremoto representará igualmente en los sectores turístico y pesca artesanal una merma en fuentes de trabajo e ingresos en un periodo en que la crisis económica ha disminuido la oferta laboral.
El Gobierno anunció hoy un bono asistencial por 3 meses para pobladores y pequeños empresarios, al margen del apoyo para recuperar su fuente de trabajo.
Una debilidad preocupante en la Cuarta Región para enfrentar cataclismos de la envergadura de los ocurridos es su precaria red asistencial en salud que quedó aun más en evidencia en esta emergencia, cuando la Fach debió retirar con su equipo en vuelo a pacientes críticos y derivarlos a Santiago.
Nos hemos sumado en otras oportunidades a la inquietud por las carencias en la multiplicidad de recursos para ejecutar una adecuada asistencialidad sanitaria en la región que va de más a menos desde sus principales centros urbanos, La Serena y Coquimbo, a localidades al interior que muestran infraestructura, equipamiento y recurso humano aun más frágiles.
A consecuencia de ambas catástrofes, 1.400 niños adscritos a los programas Teletón no cuentan con espacio para ser atendidos, porque la sede institucional sucumbió, así como quedó muy dañada la torre antigua del Hospital de Coquimbo.
Todos los planteles escolares están enfrentando una nueva interrupción de sus actividades debido a la necesaria evaluación de su infraestructura.
Por último, valorar la certeza de las proyecciones efectuadas por 2 académicos quienes hace 5 meses anticiparon la ocurrencia de estos desastres. Sergio Barrientos, Director del Centro Sismológico Nacional y el geógrafo UCV Marco Cisternas advirtieron de una futura catástrofe estableciendo con exactitud la zona amagada.
Mi estimado amigo, Herman Carvajal, me envió la publicación del Diario “Las Últimas Noticias” del 05 de abril de este año, con las afirmaciones de estos 2 especialistas, quienes preveían esta ocurrencia de sismos.
Los profesores Barrientos y Cisternas sustentaban sus afirmaciones en que ya han casi trascurridos 100 años desde la última catástrofe con epicentro en la franja situada desde la Serena a Los Vilos. Afirmaron que el denominado “silencio o brecha sísmica” hacía prever su pronta ocurrencia, lo que ocurrió el pasado miércoles.
Era entonces una “Crónica de un sismo anunciado” como con acierto lo tituló Herman en su correo.
Pero…no olvidemos que La Serena a Los Vilos es una franja regional, que tradicionalmente, por su carácter regional, recibe menor atención y actitud preventiva desde el nivel central. Las regiones además sufren el síndrome del hermano menor y “cacarean” de manera muy débil tanto sus autoridades como sus pobladores.
Hoy en la mañana la agenda noticiosa estaba más alarmada por el cuantioso número de fallecidos a causa de accidentes de tránsito en Fiestas Patrias en que estuvo involucrada la ingesta de alcohol: 32 víctimas, más del doble que los hasta la fecha contabilizados en este sismo y el tsunami que han pasado a integrar la extensa lista negra de desastres 2015, incluidos los de carácter político.
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