No hay plata para inyectarle oxígeno pero de sus jugosas ganancias hubo fiesta de depredación
Codelco está sufriendo el siempre vigente “pago de Chile”: con precios dorados, se le estrujó al máximo y hubo fiesta de bonos millonarios, sueldos inalcanzables para el chileno fuera del rubro minero, para el Gobierno fue caja grande para financiar programas sociales y hasta generó un “milicogate”.
Hoy la empresa estatal está sin un peso en los bolsillos y su capitalización será al ritmo de las hoy también escuálidas arcas fiscales, anunció Hacienda.
El Gobierno también se niega a eliminar o re-estructurar la Ley Reservada del Cobre, que es un verdadero parásito colgado de Codelco.
Las necesarias inversiones no marcharon al ritmo de todo el dinero que generó durante su superciclo. Y aun hay un agujero negro para dilucidar cómo esta minera estatal llegó a su actual pobreza.
A todas esas aristas me refiero en la columna elaborada para este viernes y que publicará el Semanario “Tiempo”.
Pero el de Codelco era un desplome ya claramente avizorado y nada se hizo desde el Gobierno para evitarlo.
Nosotros también lo advertimos en un artículo publicado hace 2 años que no ha perdido vigencia, por el contrario, advierte sobre una amenaza latente que también re-consignamos en el artículo del viernes.
A nuestros numerosos nuevos lectores le invitamos a revisar esa columna publicada en 26 de septiembre de 2014.
La Real Competencia con el Perú
Publicado el 26 de septiembre de 2014
Perú y Chile pareciera se miden en lo territorial, por interpretaciones diferentes con respecto a nuestras fronteras que nos llevó a La Haya en un proceso que los chilenos dimos por concluido aunque no nos conformara el fallo internacional, y por cuestiones que el país vecino estima no zanjadas.
En un reciente y muy fugaz paso por el aeropuerto del Callao pude constatar dos cosas: no nos quieren, a juzgar por el glacial trato que nos brindaron en un negocio de ese terminal y que la economía peruana sigue por la vía que estaba la nuestra: creciendo con una confianza ganadora.
Ambos países van por carriles muy parecidos a pesar de sus diferencias en lo limítrofe.
Por coincidencia, el influyente diario peruano “El Comercio”, y “El Mercurio” convergieron ese día en analizar las proyecciones mineras.
Ambos matutinos dan cuenta del difícil momento que enfrenta el rubro, uno de los principales para los dos países, por ser el cobre- su principal recurso metalero- un commodity que mueve una multiplicidad de otros sectores de las actividades económicas respectivas.
Estamos en lo mismo con el Perú: encaramos una menor demanda del metal y el freno que representa en ambas economías.
A los peruanos les preocupa la escasez de proyectos mineros sólidos a contar del 2016, cuando se produce una inflexión en Inversión minera y les genera una incertidumbre.
Ellos el 2.000 lograron duplicar sus proyectos y a partir de ese año iniciaron un fuerte crecimiento sectorial, cuyo peak se genera este año para reducirse al 50% el 2017. Pero los geólogos piensan que a partir de esta última fecha, los megaproyectos tomarán nuevo impulso, sería su segunda ola tras 8 grandes proyectos que han desarrollado entre 2002 y 2014.
Tienen 52 inversiones comprometidas hasta el 2020, con asombroso parecido a las perspectivas de Chile que suma 53 proyectos a materializar el 2021. Cochilco, al igual que los peruanos, teme la ralentización de estas propuestas por el escenario incierto de demanda y los elevados costos de producción. Fue el diagnóstico fresquísimo que extrajimos de la página de Cochilco aportado por Sergio Hernández, vicepresidente ejecutivo de esa Comisión.
Tanto en el país vecino como en Chile se observa además una preocupante baja en compra de maquinaria minera, señal inequívoca que los inversionistas se han detenido a pensar si avanzan en sus propuestas.
Perú y Chile coincidieron en reciente Feria Minera realizada en Colombia, y Hernández se reunió con sus pares peruanos, además de otros de América Latina para intercambiar ideas sobre esta actividad que nos une y no nos separa como ha sucedido históricamente con la maleable política contingente. Nuestra capacidad exportadora es la real competencia con el Perú. Esta va por el carril del fair play: no nos dejemos engañar con los estratégicos velos comunicacionales de los políticos.
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