“Chinatown”
Junto con otra veintena de espectadores (escaso público) pudimos re-ver en pantalla grande una de las grandes películas de Roman Polanski- “Chinatown”- que fue ganadora de varios galardones de la cinematografía internacional (Oscar, Globos de Oro, Bafta).
Está en la cartelera de Cinemark en su programación del ciclo clásico, que lamentablemente no logra atraer público.
Lo hemos dicho en relación con otras realizaciones: el horario y apenas 3 funciones lo sitúa en un círculo vicioso ¿poco público o inadecuada programación? Y también difusión. El horario de las 15:00 hrs. no es el más apropiado, apenas 3 funciones y tampoco está incluida en la cartelera de la información por la prensa escrita.
Pero hacemos el reconocimiento de la cadena por hacer el esfuerzo de mantener estos ciclos.
“Chinatown” bien vale la pena de asistir y la última oportunidad de ver esta gran producción por pantalla grande es este miércoles 8 a un horario de mayor afluencia, a las 19:00 hrs.
“ChinaTown” se inscribe en el cine-negro, pero reúne además otros méritos de plena vigencia en todos los tiempos. En Chile hasta las nuevas generaciones encontrarían consonancia con su relato porque desarrolla el permanente tema de la corrupción que hoy tenemos en plena vigencia con los recientes escándalos.
De hecho, la narración se desenvuelve en medio de un intrigado negociado inmobiliario y del uso del agua ¿Alguna similitud con el Chile actual? Y estamos hablando de una realización del año 1973.
Actúan un joven Jack Nicholson; Faye Dunaway, muy desaparecida de las pantallas chilenas, y el incomparable John Huston.
Un segundo tema que también podemos traspasarlo al Chile actual es el abuso infantil, planteado en su expresión más escabrosa: el incesto.
“Chinatown” es una caja de pandora que va destapando un enmarañado argumento con el asomo de personajes muy malvados y otros que son víctimas de los primeros. Y en medio están los policías corruptos y otros ya retirados que luchan por la justicia, un personaje recurrente en las películas policiales y del cine negro en los 70 y 80.
Es la atmósfera estadounidense de esos años y además tiene el atractivo de algunas escenas filmadas en el barrio chino. Que puso ser en cualquiera de los grandes centros urbanos de ese país: todos tienen un barrio chino donde no hay cabida para las costumbres norteamericanas, sólo para el necesario dólar.
La cinta se exhibe tecnicoloreada. La hubiésemos preferido en su natural blanco y negro que imprime mayor dramatismo al relato.
La recomendamos: se entretendrá, se asomará al cine de los 70, a un buen filme y verá que nosotros recreamos en la vida real argumentos de la ficción como la corrupción, el abuso y la codicia.
En una de esas, Polanki se entusiasma y filma “Chiletown”: material no le faltará.
Apoye el cine clásico, para que no nos autocondenemos al cine de segunda categoría. Este último entretiene a un gran número de público, y está bien, pero también es conveniente asomarse a lo otro: a producciones que como “Chinatown”, permanecen por siempre en su propuesta.
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