Chile Inmovilizado
Y a su vez también movilizado ¿Cómo es eso?
Ah…es que eso ocurre en este país y ningún otro: quienes se movilizan, inmovilizan a quienes se les paga para que las instituciones funcionen en forma correcta y bajo normas éticas.
Eso explica el título
Entre tanto escándalos políticos y todas sus derivadas, el país mantiene un preocupante inmovilismo en avanzar en materias de relevante importancia.
Pareciera que la Pauta de Gobierno se ha detenido, tema que ya se ha abordado y desde esta perspectiva se cuestiona el liderazgo que debiese alcanzar la Presidenta Michelle Bachelet, en tanto es conductora de una propuesta y cuenta además con una mayoría parlamentaria.
Concedamos también que en estos años ha surgido un Quinto Poder (tras el sitiual que tienen los medios de comunicación, guste o disguste) que es el de la calle y de grupos asociados en torno a definidos intereses y que también han alterado algunas líneas de navegación.
Un ejemplo nítido de ese nuevo interviniente es la actual movilización docente. Los profesores no han permitido avanzar en el Proyecto Docente, han salido a protestar, mantienen paralizadas las clases del sector municipal e insisten en que sea retirada la propuesta que ya había sido consensuada con sus representantes.
Así, hay muchos planteles sin su labor docente y una situación similar ocurre en universidades ocupadas por sus alumnos.
Junto con el proyecto docente habría que preguntarse cómo avanza el resto de la Agenda presidencial comprometida, aunque para ser justos, los acontecimientos registrados en los últimos meses, han llevado a insertar nuevas iniciativas como los Proyectos vinculados a Probidad y Transparencia.
En tanto hay comisiones que avanzan lentas, como la asesora presidencial para el Perfeccionamiento Previsional, un tema importante para los chilenos, sobre el cual estoy preparando un nuevo artículo.
Porque en las actuales condiciones, nadie quiere jubilar.
Tanta resistencia hay en el tema de las jubilaciones que ni los congresistas, que deben ser los trabajadores públicos con mejor remuneración, desean abandonar el sillón parlamentario e inventan nuevas triquiñuelas para mantenerse en el ejercicio de esa “sacrificada” labor.
De ese tema trata el artículo que publiqué la semana pasada en el Semanario “Tiempo” que titulé “El Vendedor Viajero del Futuro”.
En la columna identificamos varios legisladores que ya cumplirán nada menos que 30 años que han sido más de dulce que de agraz.
Les invito a leer este artículo:
El vendedor viajero del futuro
Cuando en Chile aún no surgían los megacentros, el vendedor viajero recorría el país para ofrecer su mercadería a pequeños distribuidores.
Le recuerdo a propósito de la “letra chica” del proyecto sobre reelección de congresistas que se vociferó como una iniciativa para poner límite a la gerontocracia existente.
Algunos parlamentarios han hecho carrera desde la Cámara Baja hacia la senior y dirán que algún mérito tienen para su prolongada permanencia. Hoy algunos no podrán sustentar ese argumento.
También han estado amparados por sus colectividades y por el ex binominal, pero cuyo sistema reemplazante les otorga una nueva oportunidad al abrirse al abanico de otros 47 cupos.
Con la excusa de poner límite a estas trayectorias maratónicas representando la voluntad del pueblo se expresa una vez más la recurrida y reiterada figura del gatopardismo, esto es cambiar para que todo siga igual.
Sí, porque la propuesta indica que los diputados pueden re-elegirse dos veces en un distrito: 8 años en el cargo. Sin embargo, la letra chica del proyecto pretende que eso sea válido para un único distrito y luego el mismo legislador que ya le tomó el gustito a la semana corta de trabajo, privilegios, fueros, triangulaciones financieras, sueldo público XL, muy superior a la media, podrá itinerar siendo re-elegido y andar de distrito en distrito como el antiguo vendedor viajero.
Lo mismo ocurre con los senadores que podrán ser re-electos una vez y bajo el mismo procedimiento practicarán la gerontocracia.
Qué lamentable: estamos una vez más frente a la “trampita” legislativa, que nos pinta propuestas correctivas a malas prácticas y volvemos nuevamente a ser embaucados.
Recordemos: ¿Qué pasó con la promesa del término del binominal?: nos instalaron otros 47 Honorables, los independientes quedaron desterrados y deberemos desembolsar más dinero para alimentar el voraz Parlamento.
¿Qué pasó con la Ley del Lobby? Nada, Infolobby.cl es sólo información escueta y cuantitativa de reuniones formales, y dar cuenta de chocolates y flores recibidos por algunas legisladoras. Hoy sabemos cómo se practicaba el lobby: en las oficinas empresariales.
¿En qué quedó el Sernac financiero gestionado por Piñera?: otro gatopardismo
Esta nueva propuesta va en la misma dirección.
Tenemos congresistas celebrando bodas de plata en el Parlamento: los senadores Jorge Pizarro, Juan Pablo Letelier, Carlos Montes, Adriana Muñoz y otros más tienen sillón asegurado hasta 2022: completarán 32 años. Patricio Melero, Jorge Ulloa, José Ortiz, Sergio Ojeda, René García y Sergio Aguiló cumplirán 23 años en el hemiciclo.
De prosperar esta propuesta como está presentada, renacerá el vendedor viajero en los legisladores que itinerarán ad eternum en distritos jugando a las sillitas musicales y ofreciendo su mercancía.
Si esta no es una leguluyada, ¿qué es?
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