Imitando a Michael Jackson, Cencosud ha dado un paso atrás en su cierre perimetral con barreras de su área de estacionamiento de su sucursal en La Serena.
Así, este Consorcio procedió a retirar la valla de cemento que interrumpía el flujo desde calle Alberto Solari hacia Amunátegui.
Imagino que habrá entendido que no es atribución de una empresa privada efectuar tales interrupciones para una vía que aun estando en dominio de su propiedad integra ya un nudo vial de importancia y más aun si es de importancia para despejar la congestión de tránsito que ya emergió como un problema serio en la Serena.
Aún cuando la normativa pudiese estar de parte del Consorcio, en este caso debieran primar valores superiores, como lo son la integración de una empresa a una ciudad, su contribución y responsabilidad social.
No resulta presentable que una empresa se instale como una suerte de satélite, ajena a los conflictos de la ciudad y su objetivo se circunscriba al lucro en su rubro.
Recordemos que esta cadena de abarrotes ha procedido a instalar barreras en los corredores perimetrales de su área de estacionamiento, con el propósito de iniciar cobro por ingresar. Ello implica además de la calle Alberto Solari que ya rectificó, las 2 entradas desde Avenida El Santo, con grave menoscabo en el ya conflictivo flujo vial. Estas dos últimas barreras se mantienen.
Siempre es factible rectificar errores. En este caso, Cencosud ha reparado en un 33% su desacierto. Aun falta que se pronuncie por el restante 66%, porque no es posible cerrar dos acceso de importancia en los ejes viales de Serena como son los desde y hacia Avenida El Santo.
Creo que la empresa está en sus atribuciones instalar todas las barreras que estime conveniente en su área de estacionamiento siempre que no entorpezca el flujo de vehículos y peatones a nivel urbano. Y también aplicar a los clientes que desean favorecerle con su compra, un recargo por llegar a su establecimiento, pero su responsabilidad ética y también su deber es contribuir con la ciudad y su calidad de vida.
Este proyecto va en dirección contraria y habría que modificarlo en su integridad: sin dañar a la ciudad y que el Consorcio cumpla su objetivo de lograr más utilidades.
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